El circo más joven retumba en Torrelavega
La plaza de La Llama ha acogido este sábado la Gala Internacional de Escuelas de Circo Joven ante un público entusiasmado con el espectáculo
Como si los cuerpos no pesaran, como si no existiera la gravedad, como si con las posturas se pudieran decir frases, en silencio, solo con ... la música y el movimiento. Así ha empezado en Torrelavega el Festival Ciudad de Circo, en la plaza de La Llama, con un modesto escenario y los aplausos de un público numeroso y entusiasmado recibiendo el espectáculo. Demostraron que hace falta poco para impresionar mucho –la gente no paraba de emplear expresiones como 'guau' y 'hala'–. Empezaron fuertes los anfitriones, componentes de la Escuela Municipal de Circo y Teatro Físico de Torrelavega, que hicieron de maestros de ceremonias con las escuelas de circo llegadas de Países Bajos, Italia, País Vasco, Galicia, Madrid, Andalucía y Castilla y León.
En primera fila, una trinchera de niños y niñas, quietos y boquiabiertos. Un logro. Música estrambótica y dos chicas jóvenes que se cuelgan de un aro y lo mastican con las articulaciones. El factor sorpresa todo el tiempo presente. A continuación, un truco de magia, equilibrio, baile, la expresividad erupcionando en conjunto, la belleza del circo y la habilidad que se aprende con esfuerzo, tiempo y disciplina.
Luego el segundo, tercero y cuarto acto, con piernas que se enredan en el aire, malabares hiperbólicos, saltos de cuidado, interpretación. Además, todos los artistas tenían entre 10 y 22 años. Estudiantes de diferentes escuelas de circo que se dieron cita en esta primera jornada del festival, la Gala Internacional de Escuelas de Circo Joven. Entre el público, Silvia Puente, «maravillada, porque demuestran habilidad, práctica, trabajo y pasión por lo que hacen», explicaba. Además, «lo hacen en un ámbito que no suele ser muy popular entre los adolescentes, por lo que para mí tiene doble valor». Que el circo es una disciplina artística nadie lo duda, pero ¿es alternativa? «Hay más escuelas de las que parece, pero sí, el circo es alternativo», explicaba Lucía, cuya pareja ha estado en la escuela de circo de la capital del Besaya, que por cierto este año cumple su veinte aniversario.
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Parecido a Lucía opinaban Jesica Guerra y Fabián Ribera, dos exalumnos de la escuela de arte (ESAC) Roberto Orallo de Torrelavega, que fueron invitados a acudir al pequeño mercado –era más bien una exposición– ubicado al lado del escenario. Pegatinas, chips, fancines, ilustraciones, joyas y «mucho, mucho trabajo detrás» de cada creación. Un tiempo y un esfuerzo que no se aprecia porque no se ve, «la gente solo ve el resultado». Lo mismo que sus compañeros los acróbatas, que hacían volteretas con el espacio como si no les costara, como si fuera fácil y no requiriera horas y horas de entrenamiento.
Los espectáculos de las diferentes escuelas llenaron la plaza durante la segunda parte de la tarde y lograron reunir a unas cuatrocientas personas, que ocuparon las sillas de La Llama en torno a jóvenes artistas cuyo potencial quedó claramente demostrado sobre el suelo y en el aire, también.
Tenga el circo mayor o menor presencia en Cantabria, este arte estuvo muy presente en la capital del Besaya. Como recordaron los organizadores, «gracias también al trabajo de muchos voluntarios». El festival continuará hoy, domingo, cuando se organizarán talleres para niños, jóvenes y adultos. El sábado, 4 de octubre, a las 13.00 horas, la compañía N+1 presenta su espectáculo 'Cuacac!, entre otras actividades. La propuesta concluirá el domingo, 5 de octubre, a las 13.00 horas, con 'Esto no es un homenaje a Rafaella Carra' de la compañía Niñas Malditas (Castilla y León).
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