El PRC de Camargo se desvincula de la petición para renombrar el aeropuerto
Los socios del PSOE en el Ayuntamiento reconocen que la incorporación del valle entre los apellidos de la terminal «no es una prioridad» actualmente
camargo. Los cerca de 100.000 euros que el municipio tendría que desembolsar han sido un factor clave. La mitad regionalista de la coalición de gobierno de Camargo (PSOE-PRC) se desmarca de la petición para cambiar el nombre al aeropuerto Seve Ballesteros-Santander. «No es una prioridad en estos momentos», aseguran los socios de los socialistas. De momento, el PRC no invertirá esfuerzos en materializar la reivindicación y dejará todo en manos de los socialistas, volcados mientras tanto en estrechar las relaciones con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y conocer los cauces administrativos de una reivindicación que, si llegara a despegar, necesitaría tanto el aval del Gobierno de Cantabria como el del Ayuntamiento de Santander para quedar grabada definitivamente en los letreros de la terminal afincada en Parayas.
En estos momentos los empeños de los regionalistas para este 2022 están centrados en la recuperación económica y la creación de empleo, pero no en la incorporación del topónimo camargués en el nombre del Seve. Menos aún teniendo en cuenta los costes, cerca de 100.000 euros en actuaciones de señalización que han sobrepasado las perspectivas del PRC, que tiene a los concejales Héctor Lavín, Gonzalo Rodeño, Eugenio Gómez y María José Fernández como algunas de sus principales caras visibles en el municipio. No dejan de creer en la idea, pero consideran que este no es el momento.
Es más, uno de los responsables más movilizados en el nuevo bautizo del aeropuerto y en saldar esta «demanda histórica» del municipio ha sido el propio Gómez. Fue él quien solicitó la incorporación de Camargo en el nombre del aeródromo a José Luis Ábalos, durante una visita del exministro a las dependencias del Ayuntamiento a propósito del cubrimiento de las vías, en julio del año pasado. El edil de Desarrollo Local fue, incluso, el primero en atreverse a formular una nueva denominación: Santander-Camargo-Seve Ballesteros. «Se trata de una reivindicación que tenemos desde hace años», declaró entonces el concejal, tan optimista de cara a las «posibilidades» del plan como convencido de la justicia de esta petición: «El aeropuerto está en nuestro territorio». Nueve meses después, los regionalistas no se han deshecho de aquella reivindicación, pero han preferido ordenar sus prioridades.
La estela de la decisión
El replanteamiento del partido y la división de la coalición de gobierno sobre la urgencia de este asunto parece una cuestión meramente municipal, pero la segmentación de PRC y PSOE podría ser determinante en los próximos meses. El paralelismo se da por sí solo. Si el presidente Revilla y los suyos adoptan la misma postura que sus colegas de Camargo, la adhesión del municipio al nombre del aeropuerto tendría todas las papeletas para quedarse en tierra. Al menos, hasta que los regionalistas decidan.
Cabe recordar que la predisposición del Ejecutivo regional es igual de importante que la del propio Consistorio. Ya lo comunicó el Ministerio: «Es requisito fundamental que la propuesta de cambio de denominación disponga de la conformidad de los gobiernos de la comunidad autónoma y del Ayuntamiento de Santander, afectados por la propuesta de Camargo».
Recabar ese consenso en el seno del bipartito es indispensable. Ni hablar ya de convencer al Partido Popular (PP) que manda en la capital, de momento escueto pero muy claro en su postura. «Santander y Severiano Ballesteros son dos marcas reconocibles a nivel internacional», transmitió a inicios de noviembre la concejala de Turismo, Comercio, Mercados y Relaciones Institucionales, Miriam Díaz, en cuanto supo de las intenciones del municipio vecino.
«Bienvenidos a Camargo»
Turbulencias al margen, el núcleo socialista del Ayuntamiento de Camargo sigue reservando un hueco en su agenda al Ministerio de Raquel Sánchez. Una de las principales valedoras de la causa es la alcaldesa, Esther Bolado, segura de las bondades de una reivindicación que, anécdotas al margen, afectaría a la atención turística, la cartelería y a cada renglón luminoso dedicado a Cantabria en todas las terminales del mundo. «El objetivo es alcanzar el máximo consenso posible», concilia.
Como ella, el Consistorio sabe que las relaciones con Madrid podrían no ser tan estrechas pasadas las elecciones generales de 2023. Hasta entonces, la fórmula con que el personal de a bordo saluda a los viajeros con destino al Seve tiene por delante un año de debate. Algunos defienden el enunciado tradicional; otros, el nuevo: «Queridos pasajeros, bienvenidos a Camargo».