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Narnia a través del espejo, de Malora, se alza con el triunfo del Coso Blanco
Ocho espectaculares carrozas participaron la pasada noche en el desfile que inundó de magia y colorido el parque Amestoy de Castro Urdiales
Narnia a través del espejo, la carroza del grupo Malora, entró anoche en el olimpo del Coso Blanco. La alegoría, con 344 puntos del jurado, ... se impuso en el mágico y colorido desfile de Castro Urdiales, que alcanzó su 76 edición, brindando al público congregado en el parque de Amestoy ocho espectaculares creaciones de papel de seda y celofán. La agrupación estalló de alegría al conocer su triunfo, pasada ya la medianoche, festejando con confeti, aplausos, y alguna que otra lágrima de emoción un primer premio reconocido con 14.000 euros.
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Así ha sido el desfile de carrozas
La carroza, inspirada en las películas de Narnia, impactó por sus grandes dimensiones y los detalles de las numerosas figuras -osos, cines, farolas, trineo- que componían esta obra de arte confeccionada con papel de colores exclusivamente blanco y dorado. La elegante estructura estaba dominada por un león, Aslan, que giraba hacia sus laterales y cuyos ojos se iluminaban. Además, la figura protagonista emergía sobre una base conformada por un gran espejo. Un cuidado e impresionante diseño de José Arozamena y Javier Vildósola, que dejó al público boquiabierto. La creación logró también el segundo premio en vestuario y una de sus integrantes, Michelle, fue proclamada embajadora adulta del Coso.
El evento, declarado Fiesta de Interés Regional, reunió a miles de personas que, minutos antes de arrancar el desfile, fijado a las 22.30 horas, se apostaban curiosos tras la vallas que delimitaban el circuito para no perderse este espectáculo de creatividad y belleza. La charanga Amigos Castro Peña marcó el paso inaugural con su animado ritmo. Tras ella, ocho carrozas, fruto del esfuerzo y la implicación de veteranos y noveles carrocistas, que se entregan durante meses en cuerpo y alma, junto a sus colaboradores, para que esta cita perdure en el tiempo.
Los grupos avanzaron a lo largo del recorrido mostrando sus mejores cartas frente a la tribuna del jurado y de las autoridades regionales y locales, con la alcaldesa de Castro, Susana Herrán a la cabeza. La primera carroza en exhibirse fue Saphira de Ángel Rivas Ruiz y Quintana y Amigos, que en la clasificación final logró el segundo puesto con 303 puntos. Esta alegoría se basaba en las historias de dragones de Europa del Este y representaba a guerreros en su enorme castillo, destacando la cabeza morada de un dragón, color que dominaba también en el vestido de las figurantes que lucían unas alas. Un original disfraz que les valió el primer premio en vestuario y, además, su miembro Adain, fue elegido embajador infantil del festejo.
El cuadro de honor lo cerró Colococos con su obra Eternos del cielo, que cosechó 286 puntos. Presentó una puesta en escena conformada por unas criaturas celestiales que recordaban a unos cisnes que viven en un templo. Se llevó, igualmente, la tercera distinción en vestuario.
El ambiente musical a lo largo del desfile nocturno, impregnado de confeti y papelillos como manda la tradición, lo pusieron las peñas El Juncu, La Salvé, El Despiste y el Cancaneo, cuyo abanderado, un crío que movía con gran destreza el palo del estandarte, se metió al público en el bolsillo con su energía y malabares.
La cuarta posición del concurso fue para Apofis, también del Grupo Malora, que unió dos mundos: el antiguo Egipto, representado con dos cobras, una pirámide y una góndola egipcia, y los personajes de ficción infantiles como Stich. Además, su integrante Alba, fue nombrada embajadora infantil mientras que Álvaro fue elegido embajador adulto.
La propuesta de Escalabreta, que participaba por segundo año, quedó quinta con su Galeón de la ilusión, repleto de figuras marinas y piratas. La sexta plaza fue a parar a la carroza El Sueño de Eli, de Javier Carrasco- Coral Santa María, protagonizada por personajes infantiles al estar dedicada a la bisnieta del primero, a punto de cumplir su primer año de vida, y que alienta al creador a seguir en la brecha.
El séptimo lugar lo ocupó La vida Animal, de José Antonio Uriarte, con 32 ediciones del coso a sus espaldas, que dio forma a los habitantes del bosque rodeados de hadas y duendes, mientras que cerró la clasificación Carnavalesca, de Ángel Rivas Ruiz y Quintana y Amigos, con influencias del carnaval veneciano y presidida por una gran mascara escoltada por arlequines, una góndola y torreones.
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