«Lo que nos ha pasado en el camping, puede ocurrir en cualquier lugar»

«El foco está localizado y controlado y, por eso, somos optimistas. Nos ha pasado a nosotros, pero puede pasar en cualquier lado», apuntaba el gerente Luis Cueva, sin ocultar su «preocupación» por lo sucedido. «Es un tema serio».

El responsable de este camping, que ayer tenía unos 300 usuarios, lo que representa un 50% de la ocupación, cuenta que el desencadenante de los siete positivos registrados fue el de una mujer que se iba de viaje a Galicia y, al no encontrarse bien, se hizo una prueba PCR en el País Vascos, de donde proceden todos los infectados.

«Al dar positivo vino al camping y se lo comentó al resto de familiares y amigos que habían estado con ella. Entonces toda esa gente se marchó a Bilbao a hacerse la pruebas». A partir de ahí, Luis fue recibiendo los resultados de los test, que arrojaron un balance de siete positivos. «La señora dio positivo y su marido no. Son gente asintomática. Luego están los dos jóvenes de una caravana que no sabemos cómo se han contagiado», apunta, al tiempo que dice que ha habido usuarios que voluntariamente se han hecho la prueba y han dado negativo. «El camping sigue funcionando con normalidad. Nosotros continuamos con el protocolo de limpieza, desinfección, geles hidroalcohólicos, paneles informativos y la obligación de que todo el mundo lleve la mascarilla, aunque a algunos hay que llamarles las atención porque no hacen caso».

A este respecto, la pedánea de Islares, Dolores Vázquez (PRC), critica que algunos jóvenes del camping no respeten la obligatoriedad de llevar la mascarilla. «La gente adulta del camping está cumpliendo las normas, pero los chavales de 15 a 18 años no. Estamos sufriendo todos el riesgo», lamenta.

Entre los usuarios del camping las opiniones son diversas. Algunos, según el gerente unas tres familias, se marcharon cuando se enteraron de los casos positivos, otros han decidido dar vuelta atrás cuando han llegado y los hay que creen que el riesgo es el mismo que en otros lugares.

Raquel, David y Fernando, vecinos de Logroño, manifestaban ayer opiniones diversas mientras disfrutaban del desayuno. «Estoy preocupada porque aunque los que han dado positivos se han ido a sus casas, quién te dice que el virus no sigue aquí. Tenemos un debate interno sobre si marcharnos o no, no sabemos qué hacer, porque algunos tenemos gente mayor en casa», comentaba Raquel, mientras que David se mostraba más tranquilo porque «no veo un diferencia grande entre poder contagiarme aquí o en otro lugar».