Una de pescadores
La pesca deportiva siempre ha tenido una gran implantación entre los aficionados astillerenses
Paseaba recientemente por la costa mediterránea en modo vacacional de paso lento y mirada larga, deteniéndome en el rasgo diferencial de la insularidad activa y, veía lo apaciblemente que estaban los barcos de faenar en la pesca de cabotaje fondeados en sus muertos, esperando a sus mareantes para escribir las paginas épicas de todo buen pescador en cuanto a las capturas.
Me picó tanto la curiosidad que en un esfuerzo de cotilleo masculino, puse la oreja al relato que estaba haciendo un pescador lugareño a una especie de turista, de porte peninsular y sin los ojos rasgados, de un pez casi venenoso que se tiene que pescar con mucho mimo y comer con más cuidado, pues se quita la piel con alicate y las espinas con pinzas de cirujano, tanta ceremonia de algo que sale las aguas, pensé que en El Astillero es obligado que exista.
Esta imagen y conversación me transporto a los años de mi infancia cuando hoy en lo que conocen como la dársena San José, existía un playote y los barcos estaban amarrados a los muertos y con la bajamar varaban entre la arena y la basa o se acostaban amurados en la rampa, como nostalgia de autor creo que encaja cojonudamente.
En estas andaba y me recordaba de los barcos y sus patrones, repasando en la memoria transcribo a continuación los que me acuerdo (pido disculpas anticipadas porque estoy seguro que alguna celebridad marítima ira al rincón del olvido): el de Tamayo con su palo y su vela, se llamaba la embarcación 'Ricardo'; Nacho Espeso patrón de la 'Tela' alguna vez salí con él a pescar; Paulino y su 'Revigonte' que hoy patronea Paulino hijo; Canor al mando del 'Chester'; la 'Mami' de Chapartegui y desde hace muchos años de Tanito; Javi Perojo con su 'Ies Aranja'; Arechaga con la 'Barquera'; Macario con la 'Tory'; la familia de Nardiz con la 'Karpa'; Rafael Ortiz con el 'Coriscao'; Manolo el gallego con 'Yeya'; y guardo para el final a quienes más me han ayudado en esta singladura literaria, a Jaime Carral patrón del 'Jara' y en la actualidad lo mismo pero más fuerte 'Siempre Jara' y a Ramón el actual Presidente de la Dársena San José.
Todos los nombrados han tenido fama de ser unos artistas en el arte de la pesca, no exclusivamente por palabra propia, sino en boca ajena, porque también tuvieron su momento de adulación social en función de los regalos que se hiciesen a la concurrencia, pues habitualmente nunca se deshacen los ciudadanos en halagos sino existe contrapartida de satisfacción.
Aunque les aseguro que ellos mismos defienden bien sus capturas, sobre todo cuando se reúnen y no tienen que enseñar lo pescado y hablan de lo que dicen que han pescado y, es aquí cuando entra en juego la fama que tienen bien merecida los cazadores y pescadores.
En la tertulia donde me ilustraban el sábado pasado me quedo con algunas perlas que entre ellos reconocían y estén atentos al dato «De la pesca, lo que se escapa y te ha picado es lo que más se cuenta», (bien coño bien). «Pesco todos los sábados lo que quiero y más» (mejorando lo anterior). «Las lubinas que se pescan en Pedrosa de 250 gramos, cuando llegan a la Calle San José, pesan cuatro kilos» (lo entiendo o milagro por la cercanía de la iglesia o recalificación de la pieza por la Casa Consistorial).
Esta es la parte amable de los días maravillosos de la pesca, porque cuando se viene con la cesta vacía, no puedes contar que ni han picado, la calle San José no existe, se buscan atajos para llegar a casa y al ser posible estar ausentes de explicaciones, pero sin pretenderlo siempre aparece un ser indeseable que está dispuesto a interrogarte.
Lo mejor es cuando preguntas ¿cuál ha sido tu día memorable de pesca? Todos dicen tener más de uno, se recrean con las lubinas, doradas, jargos, rellenas, bonitos, atunes, maganos, cachones, vamos todo lo habido y por haber, pero es aquí cuando tienes que demostrar lo que afirmas para lo cual tienes que avalarlo con documento gráfico. Llegados a este punto es cuando Jaime Carral me cuenta la pesca del pez espada en la que tardaron más de media hora en subirlo a bordo entre Pepe Viota y él. El gran pez se llevó por delante carretes, un bichero y lo denominaba como una fuerza desatada por la naturaleza, lo pescaron, se abrazaron y para tierra a presumir.
En báscula 42 kilos de animal, fue durante mucho tiempo muy comentado en los corrillos marineros, este ejemplar no lo paseó por la calle San José, pero en los muelles de Raos fue venerado y en un restaurante del mismo puerto comido, que por cierto si les invitan a este manjar hagan como en el mus, 'a la mayor paso'.
Hoy en la Dársena San José hay 62 atraques, la mayoría de los barcos son de fibra, pero lo que sí es verdad, que los niños que corrían por allí, empezaron siendo ratas de rampa y se convirtieron con los años en lobos de ría y mar.
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