Tres franciscanos mexicanos relevarán a la comunidad actual en Santo Toribio
Los tres monjes serán presentados este próximo domingo durante una misa solemne
Ya es oficial: tres franciscanos llegados desde México se harán cargo del monasterio de Santo Toribio, después de que ha transcurrido año y medio desde ... que Juan Manuel Arregui, Provincial de la Provincia Franciscana de Arántzazu, comunicase al obispo de Santander, Arturo Ros, que abandonaban el monasterio de Santo Toribio donde la comunidad franciscana llegó en el año 1961. El abandono se anunció debido a la falta de religiosos que se pusieran al frente de la comunidad, lastrada por la edad avanzada de los franciscanos del monasterio lebaniego.
Los franciscanos que han llegado ya procedentes de México al monasterio son Fray Felipe, Fray José de Jesús y Fray Rafael. Serán presentados a los fieles lebaniegos el próximo domingo, 14, con motivo de la celebración de la Exaltación de la Cruz, durante una misa solemne que tendrá lugar a las doce del mediodía.
La noticia de que la actual comunidad abandonaba Santo Toribio causó un hondo pesar porque había dirigido los designios del lugar desde el año 1961. Por eso el anuncio de su marcha conmocionó a los lebaniegos, que valoran la gran labor que hecho durante todos estos años, custodiando y venerando la Reliquia del Lignum Crucis, el más grande trozo de la Cruz donde murió Cristo que actualmente hay en el mundo. Los franciscanos han atendido el monasterio, conservando tradiciones como la 'Vez', se han ocupado de la bajada anual el Domingo de Pascua de Pentecostés a la villa de Potes, de la celebración de Semana Santa y, al tiempo, atendían muchas parroquias, principalmente de los municipios de Camaleño, Cillorigo de Liébana y Cabezón de Liébana. Igualmente, como contaba el actual padre guardián Juan Manuel Núñez, «hemos celebrado bautizos, comuniones, bodas y entierros».
Actualmente, permanecen en Santo Toribio el citado padre guardián y el padre Óscar Soroa. Juan Manuel Núñez llegó al monasterio en el año 1981 y estuvo hasta 1990, que fue destinado a Nájera. Luego regresó de nuevo al monasterio lebaniego en el año 2009 donde ha continuado hasta la actualidad.
Juan Manuel reconocía (en mayo del pasado año al conocer la noticia de su marcha) sentir mucha pena por tener que abandonar el monasterio «pero llevaré siempre la Reliquia del Lignum Crucis en mi corazón. Mi vida la dejaré en este lugar cuando tenga que abandonarlo».
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