El fiscal, al acusado de robar un retablo: «Si no lo hizo, ¿por qué no fue a declarar ante la Guardia Civil?»
El representante del Ministerio Público mantiene su petición de tres años de cárcel contra el procesado por apropiarse del bien que se encontraba en una capilla que había arrendado y cuyos recibos no pagó
Los propietarios de la Casa y Capilla de los Condes de Torrehermosa, ubicada en el pueblo de Hoznayo (Entrambasaguas) suscribieron un contrato de arrendamiento y ... otro de compraventa en 2017 con particular que apenas pagó cuatro meses de alquiler, que tuvo que ser desahuciado y que ahora se enfrenta a tres años de cárcel por apropiarse supuestamente de un retablo del siglo XVII, valorado en 61.000 euros, y otros enseres religiosos de similar antigüedad que se ubicaban en dicha propiedad.
En el juicio celebrado este martes en la Audiencia Provincial de Cantabria por este pleito, la Fiscalía ha mantenido su petición de tres años de cárcel (y la acusación de seis) por un delito de apropiación indebida y otro de maltrato de obra, ya que el procesado también está acusado de propinar un empujón contra el pecho, «apartándole violentamente» a uno de los dos propietarios del inmueble, el día que se produjo el desahucio.
Durante su declaración, que es en la que sustentan las acusaciones sus peticiones de cárcel, los dos propietarios han relatado con detalle cómo se desarrolló el día de los hechos. Uno de ellos explicó que el día del desahucio, el 25 de noviembre de 2020, acudió junto a la otra propietaria, su hermana, y su cuñado media hora antes de que se personara la Guardia Civil. «Estaban sacando cosas de la capilla, trozos de mesa del altar y la barandilla. Lo metieron en una de las dos furgonetas que tenían allí y se lo llevaron», declaró este propietario, al que dice que el acusado le impidió entrar a la capilla para ver cómo estaba. «Le pregunté qué estaba haciendo y me respondió: 'lo que me da la gana', y me empujó». Entonces dice que su hermana, que vio la acción, llamó a la Guardia Civil. Entre tanto, su cuñado pudo fotografiar la matrícula de la furgoneta que se llevó supuestamente parte del retablo, «del que no hemos vuelto a tener noticias por parte de la Guardia Civil». «También habían cortado dos columnas muy antiguas, quizá barrocas, que dejaron tiradas en el suelo».
Su hermana, añadió que ese día vio la capilla «rara y especialmente vacía». Y el marido de esta confirmó que vio cómo sacaban la barandilla del presbiterio. «Se acercó el señor y me ofreció una hostia que me tiraba el suelo».
La Guardia Civil llamó al acusado para que compareciera por estos hechos «y no lo hizo, pese a que lo intentamos varias veces», según declaró ayer un agente. «Si no hizo nada por qué no acudió a la llamada de la Guardia Civil», cuestionó el fiscal.
Sin embargo, el acusado defendió su inocencia. Cuando le mostraron una imagen de retablo, negó que todos los elementos de la imagen existieran cuando alquiló el inmueble. «En el contrato no aparecía esa capilla tan completa. Lo que había era unas maderas y unos bancos que no servían para nada, pero no un confesionario ni barandillas. Allí no había luz, estaba todo carcomido y decidimos tirarlo. Ante todo soy católico, no tengo porque romper nada de valor».
Del mismo modo, negó haber empujado a uno de los propietarios. «El problema que tienen es que no les podido pagar».
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