Un lavado de cara a las placas del Hombre Pez de Liérganes
La restauradora Lydia Quevedo, a través de la Fundación Santa María de Toraya y con el mecenazgo de la familia del escultor, da una nueva vida a la obra
Al igual que notamos el paso del tiempo cerca del mar en algunos edificios y esculturas, la exposición a la humedad del río deja su ... huella. Las placas de la leyenda del Hombre Pez, en Liérganes, necesitaban un lavado de cara. Toda la superficie pétrea estaba plagada de «musgos, hongos, líquenes y vegetación varia». «Es un patrimonio protegido que necesitaba una recuperación y, en estos casos, solo un profesional puede intervenir», explica Lydia Quevedo, la artífice de la recuperación y presidenta de la Fundación Santa María de Toraya.
La obra, diseñada por Fernando Cuerno Cabrero, fue tallada por Saturnino Merodio en el Siglo XX y, precisamente ha sido la familia del escultor y cantero quien ha financiado los trabajos que ha ejecutado la Fundación que dirige Quevedo. En primer lugar, «hemos desarrollado una limpieza suave de la obra», para eliminar los hongos y la vegetación que surgió en la misma con el paso del tiempo y la exposición a un clima húmedo por la cercanía al río. Después, enumera la restauradora, «se ha consolidado la piedra y se han tapado las grietas», el deterioro era importante y «la falta de mantenimiento» ha provocado mayor desgaste. También se ha procedido a restaurar alguno de los relieves «que estaban deteriorados y comenzaban a alisarse», para poder apreciar mejor cómo era la obra inicialmente.
Y, por último, «hemos aplicado un tratamiento de hidrofugación para que estos hidrorepelentes hagan que los organismos tarden menos en proliferar». Así, la piedra estará protegida por una capa «perlada» que impide que las gotas de agua se asienten en la superficie pétrea «y la mantenga durante más tiempo intacta». En definitiva, es una actuación al completo que, además de restaurar la obra, «pretende garantizar su mantenimiento a lo largo del tiempo».
La Fundación también ha actuado sobre los bancos del paseo que, a pesar de ser de un material diferente, «estaban deteriorados por la ubicación en la que se encuentran». Forman un conjunto «que tiene sentido», por lo que se ha aplicado sobre ambas infraestructuras la misma línea de trabajos. Ambas piezas (los bancos y las placas del Hombre Pez) son municipales, por lo que el Ayuntamiento de Liérganes ha colaborado con la intervención, «nos han prestado el servicio de agua y la toma de luz». A juicio de la experta, «es indispensable contar con el apoyo del Consistorio en el que trabajamos para cualquier tipo de intervención».
La Fundación
Precisamente, el objetivo de Quevedo –y de la Fundación– es «recuperar y mantener» el patrimonio de Cantabria. Y, para poder hacerlo, la colaboración público-privada es esencial. «Trabajamos en distintos proyecto que, ya sea a través de fondos públicos o mecenazgos, promuevan el mantenimiento de nuestro Patrimonio». Lydia Quevedo, además de ser la presidenta, dirige la Fundación Santa María de Toraya. Algo inusual, pero que tiene una explicación clara: nadie mejor que una doctora en Bellas Artes y especialista en conservación y restauración de bienes culturales puede encabezar los proyectos de la organización.
Es más, «el objetivo es ir derivando cada trabajo que me llega a título individual y poder dedicarme, como ha ocurrido con las Placas del Hombre Pez, al cien por cien a las restauraciones de patrimonio». Desde 2018 trabaja para Santa María de Toraya, «que precisamente surge de un proyecto de restauración muy ambicioso en Hoz de Anero, Ribamontán al Monte». A parir de ahí, «nos dedicamos a abordar proyectos, ya sea con financiación pública o privada, que recuperen el patrimonio exclusivamente de Cantabria».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión