Orejo restaura el singular retablo de la ermita del Carmen
La Fundación Santa María de Toraya financia una actuación que tiene como objetivo recuperar uno de los tres altares de piedra de la región
Hace dos años, la Junta Vecinal de Orejo (Marina de Cudeyo) se hizo cargo de la reparación, tanto de la cubierta como del interior, ... de la ermita del Carmen, que se encontraba en muy mal estado y que requirió un importante desembolso. Quedó entonces pendiente de acometer la rehabilitación de su retablo, que data del año 1666; una cuestión que la Fundación Santa María de Toraya se comprometió a asumir en cuanto tuviera oportunidad de incluirlo dentro de los proyectos que financia la organización, algo que finalmente ha ocurrido. Los técnicos ya han comenzado con las labores, que llevarán unas semanas y que servirán para devolver el brillo a esta pieza artística que es poco común en la región.
«El retablo se estaba venciendo y había que actuar para que no se echara a perder», resume Lydia Quevedo, doctora en Bellas Artes y restauradora de obras de arte de la Fundación Santa María de Toraya, que a su vez incide en que «el pueblo reparó el edificio hace unos años con mucho esfuerzo y nosotros nos comprometimos a asumir el coste de la rehabilitación del retablo». Además, señala la experta, el frontal del altar no sólo es muy antiguo (del siglo XII) sino que también es «excepcional». Una singularidad que se debe a que éste, el de la ermita del Carmen de Orejo, es uno de los tres que se pueden encontrar en Cantabria hechos en piedra −junto a otro existente también en Orejo, pero en la iglesia de Santiago Apóstol, y otro en la iglesia de Ajo−.
La pieza artística data del siglo XVIII y era necesario anclarla bien al muro por el riesgo que tenía de desplome
«La decoración del retablo es excepcional y de inestimable valor por su originalidad», dicen desde la Fundación, que recalcan que «junto al de la capilla de la iglesia no encuentra modelos previos ni posteriores parecidos en la zona». Las labores de restauración «avanzan a buen ritmo», llevarán unas semanas y no sólo servirán para anclarlo en condiciones a la pared para asegurar su futuro, también se eliminarán los restos de pintura blanca que mancharon su superficie al arreglar las paredes. «Es un retablo que nunca ha tenido policromía», asegura Quevedo. Asímismo, el proyecto incluye la restauración de una imagen de la Inmaculada del templo.
Desde la junta vecinal, su presidenta, Emilia Pérez, agradece «la generosidad» de la Fundación por acometer esta obra gracias al acuerdo que se alcanzó entre ambas partes. «Estoy muy contenta como vecina y como alcaldesa pedánea de que podamos proteger un lugar tan emblemático para todos los vecinos de Orejo, testigo de nuestra memoria como pueblo», dice Pérez.
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