Los ganaderos pasiegos, «desesperados»: Más de 70 ataques de lobo en los últimos cinco meses
Denuncian que se han certificado todos estos daños a los guardas, a los que suman otras 20 desapariciones en las zonas de Bucimprun, Cotera, Busticabañas o la Rasía
Un grupo de ganaderos de Vega de Pas y otro de San Pedro de Romeral han denunciado el ataque indiscriminado de lobos que sufren en ... la zona, desde hace unos cinco meses. Contabilizan unos setenta daños certificados por los agentes de Medio Natural, a lo que suman otras consecuencias colaterales como veinte desapariciones más sin verificar por la ausencia del ejemplar, abortos por estrés y ejemplares malheridos. Un fenómeno que, según explican, les tiene entre la «desesperación y la angustia», porque los incidentes son ya «a diario» y les están arruinando. A todo esto se suma que las incursiones del depredador se produce en una zona muy reducida de territorio, unos «6 kilómetros lineales» en el límite entre los dos municipios.
Teresa Gómez es una ganadera jubilada de la zona que ha traspasado la ganadería a su hijo Isidro González. Los dos están ya al límite porque el lobo se ha cobrado la vida de una veintena de sus animales en unas semanas. Varios potros, una novilla gestante y un ternero son el cruel saldo del ataque de lo que creen que es una manada completa de lobos. No son los únicos afectados ya que hay otros vecinos que también han sufrido ataques en la zona de Buscimprun y La Rasía, además de Busticabañas, Cotera y otro más en el límite con San Pedro. Lo «extraño» del caso, según explican, es que los lobos atacan insistentemente en esa zona reducida de territorio desde el verano, cuando lo normal es que suelan alternar y recorrer otros territorios. Además, coincide que es justo el lugar donde se produjo una de las extracciones del cupo que Ganadería maneja para sacar del territorio ejemplares que están causando estragos.
«Desde el verano a mi hijo le han matado al menos 20 animales y si me llamas mañana pues igual son más», explica Teresa Gómez, que habla como portavoz del resto de los afectados por los ataques. Ella ya está jubilada pero está muy preocupada por la situación. Su hijo Isidro, de 35 años, es ganadero local y tiene caballos además de otro tipo de ganado. Su trabajo le encanta pero la situación le está sobrepasando y si la cosa sigue así ha pensado en tirar la toalla. «El lunes nos mataron dos potros, el martes otros dos, el viernes pasado tres y la otra semana una novilla preñada, un ternero y otros dos animales que estaban en fincas nuestras no en pasto comunal y a 300 metros de las naves ganaderas», precisa para explicar que no estaban en una zona desprotegida y evidenciar que el lobo «está campando a sus anchas». Tiene la cuenta bien hecha y los ataques certificados por los guardas locales, pero la matanza diaria en lo que les tiene en vilo. «Es que no es vivir, mi hijo tiene que levantarse muy pronto para ir a ver a los animales porque si tarda, y han atacado, los buitres lo comen y luego no se puede certificar así como así», incide Teresa.
Los ganaderos piden actuaciones y la extracción de ejemplares en la zona para poder «vivir tranquilos»
La «desesperación y angustia» que sufren está ya instalada en la rutina del día a día y no hay jornada que no haya muerte en esta parte de la montaña pasiega. «Mi hijo tiene una vida, una niña pequeña y tenemos miedo, esto no es vida para ellos», lamenta la ganadera jubilada. Explican que han llamado a los guardas y que, uno de ellos, ha visto dos lobos en la zona en la que se han cebado, pero por el nivel que ha alcanzado la matanza entienden que ha de ser «una manada completa, porque matan muchos animales de seguido», afirman. De todo esto han dado parte a la Consejería de Ganaderí.
Los vecinos de Teresa e Isidro han corrido también la misma suerte, hay una pareja de ganaderos que han contabilizado ya la pérdida de 53 animales desde el año 2024. Otro pareja ha perdido también 12 potros en Bustaleguín y dos jatos en los últimos ataques. El suma y sigue se acumula en peticiones de certificación a la guardería. «Pedimos soluciones urgentes, los ganaderos de esta zona viven en exclusivo de la ganadería y nuestros hijos lo necesitan», replica esta portavoz de los afectados que recuerda que se extrajo un ejemplar «pero los otros vinieron al entierro y se quedaron», ironiza.
«Esto es un sin vivir para el ganadero y sus familias», añade Gómez, que hace mucho hincapié en llamar la atención sobre el hecho de que la mayor parte de estos ataques se dan en un reducido espacio de territorio muy localizado, de ahí que reclamen una actuación urgente por parte de las autoridades competentes. «Todo se concentra entre Buscimprun, Cotera, Busticabañas y La Rasía en Vega de Pas, y el último en el límite con San Pedro de Romeral. Las demás zonas de Vega de Pas hay uno o dos ataques pero no con esa agresividad», insisten.
Se ha extraído ya un ejemplar de los cinco previstos en la zona
Desde la Consejería de Ganadería y Desarrollo Rural se insiste en que se está actuando. Se recuerda que hay extracciones previstas en esa comarca –un cupo de cinco lobos– de los que ya se ha aplicado la medida en un ejemplar «y se sigue trabajando en ello con los agentes del Medio Natural». Insisten en destacar que el mes pasado ya se hizo un balance de 25 lobos retirados, más otros cinco que habían sido localizados por casos como atropellos, enfermedad o furtivismo en toda la región.
Si reconocen que en la zona pasiega se han dado estos casos y que hay ataques, pero explican que estos se dan «al igual» que en el resto de Cantabria. «Ya dijimos desde el primer momento que seguirá habiendo ataques y daños en toda la región porque durante tres años y medio no se pudo realizar control poblacional de la especie» alegan. También recuerdan que ellos se ciñen a los parámetros previstos en el plan de gestión del lobo.
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Asimismo, ponen en valor que Cantabria es la única Comunidad Autónoma que está realizando extracciones «y somos los únicos que lo comunicamos e informamos sobre ello», valoraron. Insisten desde la Consejería que por las peticiones de extracción que están defendiendo
están sometidos a denuncias.
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