La experiencia de ver el Palacio de La Magdalena, a ciegas

Dicen que no hay más ciego que el no quiere ver. Pero para los invidentes que no se sienten identificados con este dicho hay un invento de lo más innovador: Visitas guiadas para ciegos o con alguna discapacidad visual. Lo están probando estos días en el Palacio de La Magdalena y la idea se les ha ocurrido a tres estudiantes del instituto de Peñacastillo. Consiste básicamente en que entrar en el Palacio y seguir las indicaciones de una guía que va explicando los entresijos del edificio y la historia que se esconde entre sus paredes.

Paula Ortiz, Pablo Marcote y Fabián Vásquez, que así es como se llaman los inventores, tenían que idear algo original para su proyecto de segundo curso del ciclo superior de Guías, Información y Asistencia Turística. Y pensaron en algo con utilidad para aprobar con nota. El experimento les ha valido más que eso. Su proyecto ha sido elegido para ser probado con personas en el Palacio de La Magdalena.

Por allí se encuentran estos días grupos de voluntarios colocándose el antifaz sobre los ojos para descubrir durante una hora el edificio a través de otros sentidos. Uno de ellos ha sido el propio concejal de Autonomía Personal del Ayuntamiento de Santander, Roberto del Pozo, quien con la ayuda de una guía ha recorrido las estancias del edificio.

Tras probar el experimento, el edil no ha podido más que felicitar a los alumnos por tan buen invento. "Permite a personas ciegas o con discapacidad visual acercarse a los recursos turísticos desde otra perspectiva, adaptada a sus necesidades y atendiendo a la diversidad de los visitantes", ha explicado.

Pero no solo eso. A su parece, "este tipo de iniciativas son muy positivas porque pueden contribuir a aumentar la oferta turística y de ocio para las personas con dificultades visuales, y también facilitar que otros visitantes aprecien sensaciones diferentes y se pongan en la piel de las personas con discapacidad visual".

'Turismo en otros sentidos', que así es como se llama el invento, plantea recorridos guiados haciendo hincapié en las sensaciones percibidas a través de sentidos como el oído o el tacto. En el caso de participantes sin discapacidad, la visita con antifaz les ofrece la posibilidad de descubrir nuevos matices y sensaciones.