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El coche arrancó de cuajo parte de la barandilla que protege la acera.

Pierde el control y se empotra contra una barandilla en Cazoña

En el vehículo, conducido por un hombre "de unos ochenta años", según los testigos, viajaban otros dos adultos y dos niños

Juan Carlos Flores-Gispert

Domingo, 21 de agosto 2016, 22:14

Tres adultos y dos niños de corta edad resultaron contusionados en la tarde de ayer después de que el turismo en el que viajaban un Peugeot negro se empotrara contra la barandilla de protección de la acera en la calle del Cardenal Herrera Oria, en Cazoña (Santander), cerca del supermercado Lidl. Un aparatoso accidente en el que no se vio implicado ningún otro vehículo. Según el relato de los testigos, el conductor del turismo siniestrado, un hombre que según explicaron «podría superar los ochenta años de edad», «perdió el control al tomar la rotonda por lo que el coche acabó chocando contra la barandilla de hierro» que protege la acera unos dos metros fueron arrancados de cuajo.Como consecuencia del fuerte impacto, saltaron los airbag de conductor y copiloto.

El suceso tuvo lugar pasadas las siete de la tarde, con plena visibilidad, por lo que los conductores que circulaban detrás del coche siniestrado presenciaron con claridad cómo el turismo se empotraba contra las barandillas. De hecho, en un primer momento fueron ellos los que acudieron en auxilio de los accidentados los niños viajaban en sus correspondientes sillas y dieron aviso al 112.El servicio de emergencia movilizó a la Policía Local de Santander, que envió dos agentes motorizados, y al 061.

Dos ambulancias se desplazaron de inmediato al lugar del siniestro y procedieron al traslado de los ocupantes hasta Urgencias del Valdecilla. Aunque ninguno de los cinco sufrió heridas visibles, fueron remitidos al hospital para comprobar posibles lesiones internas. Pese a los importantes destrozos que presentaba el vehículo, «los ocupantes pudieron salir por su propio pie, salvo el conductor que necesitó ayuda de otros conductores por su avanzada edad y por usar en la vida diaria un bastón», según afirmaron quienes le auxiliaron. Las mismas fuentes apuntaron que en el lugar «no había rastro de frenada».

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