Cioli entra en la Ruta de los Ilustres de Santander

Pasadas las 11.00 horas, se ha descubierto una placa en su honor en una pared del Balneario de La Magdalena que mira al Cantábrico. No podía dar hacia otro lado. La cortinilla la han retirado la alcaldesa; Luis Alberto y Elisa, sobrinos de Cioli, y Paco, uno de sus amigos más cercanos, que, de hecho, no ha podido apenas pronunciar palabra. «Gracias a todos. Gracias, Cioli. Seguiremos luchando para que no se le olvide», ha musitado antes de acariciar con cariño el rótulo que sitúa a su gran amigo en la Ruta de los Ilustres de Santander.

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Esa es el objetivo de fondo de esta ruta local: que la memoria de los vecinos más insignes no se pierda y su legado pueda consultarse con ayuda de un código QR. En esta senda histórica, Cioli se codeará a partir de ahora con María Blanchard, con Pepe Hierro, con José María de Pereda, los hermanos Tonetti o Luis Quintanilla porque, como ha recalcado la alcaldesa, Cioli contribuyó a hacer ciudad gracias a su vocación de ayuda al prójimo. «Acabó siendo una persona dedicada a todos», ha dicho, así que «el mejor homenaje es que todas las generaciones conozcan el 'espíritu Cioli'».

En esta ruta se entra a propuesta de la ciudadanía, si bien el Ayuntamiento valida las candidaturas que recibe con el apoyo del Centro de Estudios Montañeses. Así que la placa es una manera más que tienen los santanderinos de homenajear a un hombre «bondadoso y cercano a su familia», según lo han descrito sus sobrinos. En este caso, la propuesta de homenaje ha llegado del centro de rehabilitación psicosocial de Padre Menni y de los colegios Nueva Montaña, Gerardo Diego y Magallanes. Andoni, el joven que ha hablado en nombre de estos centros, ha celebrado la vocación salvavidas de Sanz Tejera, que comenzó a finales de la década de 1940, cuando realizó su primer rescate en Somo. «Es un honor homenajearle», ha dicho.

Ha sido un homenaje sencillo. Amigos y familiares han hecho pequeñas semblanzas de Cioli, panadero de profesión a quien en su casa llamaban Pepe, y que, una vez acababa la faena, se iba directo a la playa. Allí tenía montada su verdadera oficina, su su centro de operaciones. Le encantaba comer pescado y leer el 'Marca'. Era muy exigente consigo mismo y en reconocimiento a esa tenacidad recibió la Medalla de la Cruz Roja, la de Plata de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, la Medalla al Mérito de Protección Civil de Cantabria y la Cruz de Mérito de la Policía Local de Santander.

Joaquín Capa, Quinín, ha recordado cómo le enseñó a jugar a las palas, su amistad con Paco Gento y lo mucho que le apoyó en sus competiciones de natación en travesía. Cioli iba de copiloto en los botes, procurándole avituallamiento. «Nunca le vi enfadado. Era todo amabilidad. Era una persona intachable, generosa».

Después de los discursos, ha llegado el momento de las fotos y los abrazos. «Así tiene que ser. Mi tío era bondad, vivía por y para la gente», ha dicho su sobrina Begoña.