«Ni yo misma entraría aquí a comprar»
La rehabilitación del mercado de Puertochico se demora hasta después del verano pese al estado de deterioro que denuncian los puestos que siguen activos
Los seis puestos que se mantienen abiertos al público en el mercado de Puertochico han perdido «todas las esperanzas» en el proyecto de rehabilitación integral ... de esta plaza de abastos anunciado por el Ayuntamiento a finales de 2014 y que, desde entonces, ha tenido distintas fechas de inicio, todas pospuestas. La última estaba prevista para el primer trimestre de 2019, pero ese periodo ha concluido sin que se hayan realizado movimiento alguno. «La promesa nunca llegará», dicen desanimados los comerciantes.
«Ahora parece que septiembre podría ser la fecha de arranque de las obras», según comentó Rafael Escobedo, presidente de la Asociación de Comerciantes del Mercado. Mientras las obras se demoran, la inversión en la instalación que gestiona el Ayuntamiento es inexistente: «Llevamos años sin que se reponga ni un flexo de luz. El cuarto donde nos cambiamos está lleno de cascotes, se han caído todos los azulejos y la limpieza brilla por su ausencia», añadió Escobedo.
La concejala de Turismo, Comercio y Mercados, Miriam Díaz, informó ayer de que «después del verano arrancarán los trabajos. La semana pasada se firmó la licencia de actividad y ahora estamos a la espera del permiso de obra, el último trámite que falta. En unos días mantendremos una reunión informativa con los comerciantes para dar a conocer los ajusten realizados en el proyecto final».
Una vez que se inicien los trabajos adjudicados a la empresa Baika Mercados se prevé que en nueve meses (durante la que no cesará la actividad de los puestos) se transformará esta plaza de 1.546 metros cuadrados en un atractivo lugar en el que convivirán doce puestos de venta directa (frutería, quesería, carnicería, pescadería...) con locales de restauración, 'gastrobares' y restaurantes.
La parte del mercado la gestionará el Ayuntamiento y la de restauración, la adjudicataria, que explotará una terraza acristalada que se levantará en la planta de arriba, en el exterior, junto al Centro Cultural Doctor Madrazo. «Ya no nos creemos nada», lamentó Sari, del puesto de fruta. «Nos vendieron un proyecto innovador que invitaría a entrar, porque ni yo misma, así como está hoy, entraría aquí a comprar» y pasó a enumerar los problemas: «Tenemos goteras, cables a la vista, las puertas no funcionan, estamos a oscuras, se funden los flexos y no se reponen».
«Trabajar en estas condiciones es duro, el olor a cerrado, las cucarachas que ven los clientes. Ya no entra nadie, todos los puestos dan pérdidas. Sólo los clientes que saben que el género y el precio es bueno siguen apareciendo», comentó Nadia Ghaz, que lleva 16 años atendiendo el puesto de hortalizas Carmen;ella recuerda años en los que «teníamos clientela que se desplazaban desde El Sardinero o Reina Victoria».
«No hay derecho a que exista un sitio en ruinas en un lugar tan céntrico de la ciudad», comentó Asun González, compradora habitual. «Da mucha pena, ya no quedan casi puestos, han ido cerrando», añadió otra clienta, Begoña. «Creo que el Ayuntamiento quiere que cerremos y que nos marchemos, pero yo no tengo otro trabajo y la concesión es por 50 años, así que no me voy a ir a ningún lado», comentó otra mujer que atiende el puesto de embutidos.
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