Una segunda vida para cinco rincones de Santander
Los ganadores del concurso de ideas para microespacios darán un lavado de cara a zonas de la ciudad que estaban en desuso
Esa inapreciable extensión de césped al lado de una parada de autobús o aquella bolera sin uso ubicada entre dos edificios. Pequeños rincones ... que forman parte del paisaje de la ciudad pero que, por falta de utilidad, quedan abandonados y sin ningún provecho. Para remediarlo, el concurso de ideas para Microespacios -que ya va por su cuarta edición- los recupera y les da una segunda vida. Urbanismo y el Colegio de Arquitectos de Cantabria (Coacan) ya han seleccionado a los ganadores de la última edición, cuyos proyectos convertirán cinco pequeñas áreas sin uso repartidas por Santander en zonas de juego y puntos de encuentro para los vecinos.
Escuelas Verdes, una grada ajardinada
-k8VC-U1303152757531UF-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
Uno de los patios bajos de las Escuelas Verdes de la calle Antonio de Cabezón será uno de esos espacios que se trasformarán. El proyecto ganador para dar una nueva vida a este lugar es 'Jardín Escénico', de Galo Toribio -Qunna arquitectura- y Cristina Martín. Actualmente, este espacio se encuentra elevado y cerrado con un muro, rodeado de edificios y sin apenas espacios verdes a su alrededor. La propuesta consiste en crear una plaza abierta que, por su topografía, se configurará a modo de teatro urbano con una grada ajardinada que permitirá programar eventos.
Bajada del Caleruco: un espacio a tres niveles
-k8VC-U1303152757537JE-624x211@Diario%20Montanes.jpg)
Estos dos arquitectos también son los ganadores del microespacio ubicado en la bajada del Caleruco. El proyecto, llamado 'Simbiosis', convertirá una plaza sin conexiones ni uso en un espacio conectado a tres niveles, accesible y con zonas soleadas y otras protegidas con vegetación que, según la época del año, funcionará de una manera u otra. La parada de autobús localizada en esta ubicación se integrará en la propia plaza.
Lavadero de Fumoril: El arte japonés Kintsugi
-k8VC-U130315275753mDB-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
Toribio y Martín también han ganado el segundo premio de otro de los espacios seleccionados en esta edición del concurso, el lavadero de Fumoril, en Cueto. Quien finalmente transformará este espacio será el proyecto 'Kintsug1' de David Ceballos -ceroarquitectura-, quien se basa en el arte japonés Kintsugi para «reparar las heridas emocionales» del espacio.
Este conjunto arquitectónico del siglo XIX está compuesto por un lavadero, un abrevadero y una fuente «con tradición e historia», recalca el documento ganador. La propuesta de Ceballos consiste en reparar «las heridas producidas en los últimos años» 'cosiendo' las diferentes áreas y homogeneizando el espacio desde su pavimento a sus estructuras. La idea es crear un punto de encuentro que revitalice el entorno urbano con la ejecución de tres pequeños muretes, la incorporación de un canal de agua y la definición del nuevo pavimento de piedras.
Cazoña: Punto de encuentro
.jpg)
El diseño elegido para renovar el microespacio de Cazoña es 'Juegodepaso', de Alberto G. Ahijado, Martha Wall, Marcos Jayo y José Luis Ruiz. Se basa en la idea del lugar de paso que «nadie percibe ni recuerda» y la intención es transformarlo en un punto de encuentro que se ubique «en el mapa interior de cada uno». Ahora es un lugar sobredimensionado por el tráfico que se convertirá en una puerta verde de acceso al barrio. Está pensado para el disfrute de todos, desde los niños que pasen por allí de camino al colegio, que podrán escalar las diferentes alturas y esconderse entre la vegetación, hasta los adultos que podrán disfrutar de los árboles y los bancos. Tampoco deja de lado a la biodiversidad, ya que los insectos y pájaros también encontrarán cobijo en esta zona verde que forma un oasis entre el asfalto de la ciudad.
De bolera a espacio de juego
-k8VC-U130315275753bYF-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
El último microespacio es ahora apenas perceptible, una bolera entre edificios del paseo de General Dávila. La propuesta ganadora, 'Juega', de Lucas Peraita y Javier Torrado, transformará el lugar en un espacio deportivo. Para estos arquitectos, «lo más atractivo del enclave es su integración en un tejido urbano saturado y totalmente urbanizado». La pequeña ubicación que han rediseñado es «un hueco sin edificar que produce una fuga visual, un pequeño desahogo hacia una zona verde». El estado actual sólo plantea el uso de bolera y el nuevo proyecto contempla integrar otros usos. La bolera se desplazará al norte, aunque conservará sus medidas para poder jugar correctamente, y se creará un espacio entre muros al sur que podrá abarcar medio campo de fútbol sala, de 'minibasket' o incluso un 'skate park'.
Elegidos entre 61 proyectos
Entre las sesenta y una propuestas presentadas se eligieron estas cinco como ganadoras, a las que se adjudica el proyecto y la dirección de obra. También se seleccionaron cinco accésits, que reciben un premio en metálico de 800 euros. Según subraya el concejal de Urbanismo, Javier Ceruti, destaca la alta calidad de la participación «con propuestas muy interesantes en su planteamiento, con un gran nivel de interpretación y conocimiento de los lugares seleccionados, además de con soluciones realmente interesantes y variadas para adaptarse a los objetivos planteados en cada uno de los lugares objeto de la convocatoria».
Ceruti anunció el 11 de enero los cinco proyectos ganadores de este concurso de ideas y los cinco accésits que recibieron el premio en metálico tras la reunión del jurado que se celebró la semana anterior. El tribunal, formado por cuatro arquitectos locales -incluido el decano de Coacan y un arquitecto municipal, a los que se unió Fuensanta Nieto como profesional de reconocido prestigio- también contó con la participación de la alcaldesa Gema Igual y el propio Ceruti.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.