Las tetas no tienen 'me gusta' en las redes sociales

El último personaje público en protagonizar un titular con la palabra 'censura' ha sido la diosa de ébano, Naomi Campbell. En un principio se creyó que Instagram la dejaría posar haciendo 'topless', más si la fotografía era de los profesionales de moda, Mert Alas y Marcus Piggott, pero mientras algunos medios se hacían eco del triunfo digital de la modelo, Instagram hacía de las suyas retirando la imagen. Ya no está. Comprueben.

A la red social para compartir fotos no le va nada eso de enseñar pezones. Ni tan siquiera en la sombra, como ocurrió con la presentadora Nuria Roca.

La estricta política de Instagram es igual para todos, da igual que seas una de las modelos más fotografiadas del planeta. 'Freethenipple', escribía Campbell junto a la imagen. Libera el pezón, para que nos entendamos. Nada. Que no les convence. Tampoco los más de 65.000 'me gustas' que tenía la instantánea.

Pero el 'recato' con los desnudos no es solo cuestión de Instagram. Facebook y Twitter siguen una política similar, aunque con pequeños matices. El pájaro azul, por ejemplo, permite subir chicas y chicos con poca ropa. Bueno, salir en pelotas también está permitido, pero totalmente prohibida la pornografía. Te cierran la cuenta al momento. Sobre todo, si algún seguidor le da a 'reportar' como spam. Otra cosa es que, a la hora de la verdad, proliferen las cuentas de alto voltaje a un ritmo mucho más elevado del que desaparecen.

La red social de Mark Zuckerberg lo deja muy claro: 'Facebook prohíbe la publicación de fotos de nalgas o pechos en el que se vea el pezón' (norma que rige también Instagram). Miley Cyrus no duraría ni un día. "Tenemos equipos en todo el mundo que revisan la información", amenaza Facebook.

Las restricciones de las redes sociales han levantado polémica en repetidas ocasiones entre sus usuarios. Recuerden al profesor de universidad que llevó a los tribunales a Facebook por haberle cerrado la cuenta al publicar una imagen del cuadro 'El origen del mundo', de Gustave Courbet, donde aparecía una mujer desnuda. Más llamativa fue la censura al museo parisino Jeu de Paume por subir a su cuenta una fotografía de un cuadro en el que se podía apreciar un desnudo clásico de 1940. "Es de un gran valor artístico, que no tiene nada de pornográfico", se defendía la institución. De nada sirvió. La cuenta de Jeu de Paume estuvo cerrada 24 horas. Lo dicho, en las redes sociales no se salva nadie, ni tan siquiera una refinada dama del siglo XX. El David de Miguel Ángel, se ríe. Su desnudo integral de mármol de 5,17 metros de altura sí puede aparecer en Facebook.

Y ojo, tampoco valen dibujos. Las restricciones alcanzan contenidos creados digitalmente, a no ser que tengan connotaciones educativas o satíricas. Y hay una segunda excepción. Las fotos de mujeres dando el pecho o imágenes de senos de mujeres operadas de una mastectomía sí pueden publicar en la red de Zuckerberg.

Hubo otra censura polémica (y viral) en Instagram. Una mujer aparecía vestida, con chandal, tumbada de espaldas en una cama. ¿Cuál era el problema? Que aparecía con una mancha de sangre en su pantalón. La chica es la artista paquistaní Rupi Kaur que no dudó un momento en denunciar públicamente lo que había pasado con la fotografía, censurada en dos ocasiones. Su reivindicación se hizo viral y su frase, "sangro cada mes para ayudar a que la humanidad sea una posibilidad", casi un himno.