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Larga vida a la Sociedad Coral de Torrelavega
La institución celebra un siglo de historia al calor de la sociedad cántabra y torrelaveguense, con un acto en el Concha Espina y la asistencia de más de trescientas personas
Media hora antes de empezar el acto, en el patio de butacas, el vestíbulo y el exterior del teatro ya se abrazaban y saludaban decenas ... de personas. Miembros del coro infantil y juvenil -el futuro de la Coral-, personas del sector educativo, de la cultura, del asociacionismo vecinal, políticos… De todo. Como de todo ha conocido y ha impregnado la Sociedad Coral de Torrelavega (1925) en cien años de existencia. Su gran gala para celebrar el centenario, este miércoles a última hora de la tarde en el Concha Espina y en un acto conducido por el periodista Fernando Uría, fue casi como condensar ese siglo de historia en canciones y amigos. Con cien años a la espalda, no todos pudieron estar, claro, pero su recuerdo sí, mencionado a antiguos coralistas, grandes responsables a la batuta -imposible no mencionar a Lucio Lázaro- y amigos en general.
En estos últimos meses de cumpleaños, la Coral de Torrelavega viene celebrando actos de todo tipo con la sociedad civil, inaugurando murales o abriendo exposiciones que pueden considerarse casi un archivo patrimonio de Cantabria y la ciudad; este miércoles, con aquellos que «nos precedieron» y trabajaron por la entidad con «constancia» más presentes que nunca y consciente del papel de la dirección actual como «sembradores» de lo que está por venir, la institución torrelaveguense se dio un auténtico baño de masas al calor de amigos y entidades de todo tipo, una fiesta de cumpleaños que, lejos de terminar, seguirá dejando actividades a lo largo de lo que resta de año.
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Ese camino, ni el de este programa de actividades ni la propia trayectoria centenaria, jamás habría sido posible si no fuera por el talento de sus integrantes, pero seguramente tampoco habría llegado a ser tan próspero y resistente a todo lo que ha pasado -imagínense, desde 1925- sin el apoyo de sus directivos al mano, colaboradores, instituciones o medios de comunicación. El Diario Montañés recibió este miércoles un reconocimiento de la entidad, precisamente, como muchas otras entidades obsequiadas con un pin y una cerámica. Cientos de nombres propios, negocios y entidades en general fueron citados durante la ceremonia. Ellos también son la Coral.
Porque la harmonía, el apoyo y el ritmo no solo lo han puesto los coralistas. Y a eso se ha referido indirectamente el presidente de la Sociedad Coral, José Nicasio Gutiérrez, cuando ha hecho referencia al carácter colectivo de la institución. «La Coral, además de voces y música, ha sido y es, gracias a todos vosotros, un corazón colectivo que representa a nuestra tierra allá donde vamos, llevando el nombre de Torrelavega con orgullo y responsabilidad, transmitiendo el amor por la música como lenguaje universal que acerca a las personas y genera esperanza en cada rincón», ha declarado. «La coral, canta, siente y vive como una gran familia», dijo, parafraseando a su antecesor en el cargo, Jaime Revuelta.
Para entonces, y por si hubiera alguna duda en lo musical, Manuel Egusquiza, a la batuta, y los integrantes de la entidad ya habían dejado claro por qué la Coral lleva cien años en pie. Su primera interpretación de la noche, 'Sobre las aguas' (I. Shackley) -con acompañamiento a piano-, fue una exhibición total de esa voz compacta que logran sus integrantes, levantando al segundo una ovación cerrada de los más de trescientos asistentes a la gala.
«Os sobran los méritos»
No sería la primera vez que aplaudirían en los cerca de 90 minutos de noche. También dedicó un aplauso fuerte tras cada pieza el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, antes de subir al escenario y deshacerse en elogios a la entidad. «No es solo una celebración, sino una declaración de principios. Cumplir cien años, en una ciudad como la nuestra, es fruto de la pasión, la entrega y el compromiso con un bien que trasciende: la cultura», ha declarado el regidor, antes de recordar el papel de la Coral como «embajadora de la ciudad, transmisora de emociones y defensora del arte como lenguaje universal».
La presidenta del Gobierno de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, también se rindió al legado de la institución. «Os sobran los méritos, porque nuestra comunidad ha aprendido con la Coral de Torrelavega a disfrutar de la música clásica y también de nuestra música popular, con una calidad y un estilo propio avalado por importantísimos premios nacionales e internacionales», ha expresado la jefa del Ejecutivo, anunciado justo después la concesión por parte del Gobierno con la insignia 'C', que reconoce a personas o entidades vinculadas al ámbito de la cultura de la comunidad autónoma,. Su «brillante trayectoria» y su «destacada contribución a la promoción de la cultura musical» bien valen este reconocimiento.
Tampoco perdió la oportunidad Buruaga para recordar algo que siempre dice en sus visitas a la ciudad. «Cantabria no puede funcionar si no lo hace Torrelavega», insistió, recordando el papel que La Lechera, como nuevo centro cultural, tendrá como «casa común» de la cultura en la ciudad. «Larga vida a la Coral de Torrelavega», ha terminado.
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