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Ya ha pasado un año desde que Pablo Gorostiza, un joven de 18 años natural de Cayón, perdió la vida en un accidente en la carretera N-634, a la altura de Río Cabo ... (Torrelavega), cuando el coche en el que viajaban él -en el asiento de atrás- y otros cuatro jóvenes dio varias vueltas de campana por el terraplén. Su madre, Eva Peña, vuelve de vez en cuando a esa curva para comprobar si algunas de las peticiones que ha hecho al Ayuntamiento de Torrelavega para reforzar la seguridad aquí se ponen en práctica. En la Concejalía de Movilidad aseguran que estudiarán la petición. Un año después del suceso, y aún sin poder evitar emocionarse cuando llega a la zona, esta sigue siendo una de las grandes luchas de la familia de la víctima, además de la derivada judicial sobre las causas del suceso, pendiente de la decisión de la Audiencia Provincial.
Su petición pasa por el refuerzo de la seguridad no solo mediante la instalación de un quitamiedos en la curva por la que el coche salió despedido aquel 20 de abril de 2024, sino también con la colocación de badenes en la carretera y señalización indicando sobre la peligrosidad de la curva: «No quiero que vuelva a pasar lo que le pasó a mi hijo».
En el lugar del accidente, junto a las señales que indican la dirección hacia el cementerio de Río Cabo y Zurita, ramos de flores colocados por amigos y seres queridos siguen guardando un recuerdo para Pablo Gorostiza, 'Goros', un futbolista del Cayón y a cuya última despedida, en octubre en Sarón, acudieron cerca de doscientas personas. Desde ese día, un acebo plantado en el parque junto a la estación de autobuses y una placa recuerdan al chaval, el único que perdió la vida en la tragedia.
Su madre no atribuye el fatal desenlace a esa posible falta de señalización, sino a un «exceso de velocidad por parte del conductor». Asegura que, «aunque hubiera algún tipo de señalización» este «no la habría visto». La tesis que apunta al posible exceso de velocidad fue descartada por la jueza el pasado enero, rechazando -contra el criterio de esta familia- que el conductor fuera autor de un delito de conducción temeraria y de un homicidio por imprudencia grave. Al margen de esta causa, Eva insiste en blindar la seguridad en esta carretera: «Es vergonzoso como está».
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