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Vecinos caminan frente al Palacio municipal, en el Bulevar Demetrio Herrero de Torrelavega. Luis Palomeque

El proyecto para convertir el Palacio de Torrelavega en centro cultural se queda sin financiación europea

El Ayuntamiento solicitará la documentación de la resolución al Ministerio y estudiará recurrir para no perder la inversión, clave para el futuro del edificio y valorada en 5 millones

Javier Gangoiti

Torrelavega

Lunes, 6 de octubre 2025, 13:04

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Noticia clave y que puede sentar un precedente para el futuro del Palacio municipal de Torrelavega, ya consolidado estructuralmente pero tapiado y sin actividad desde hace años. El proyecto del equipo de gobierno (PRC-PSOE) para convertirlo en un centro cultural se queda sin financiación europea, esto es, sin los 5,2 millones de euros que el Ayuntamiento salió a buscar hace meses en la convocatoria de fondos Feder del Ministerio de Hacienda. En una resolución provisional, dicha convocatoria ha fallado a favor de los proyectos presentados por Santander y Camargo, dejando el resto de iniciativas aspirantes -también la de Torrelavega- «en reserva», ante posibles reformulaciones o desistimientos por parte de las administradoras elegidas. Ese matiz no sería tan relevante a priori como el carácter provisional de este escrito, en el que insisten hoy desde el Consistorio, que solicitará toda la documentación al Ministerio para conocer la valoración de su proyecto en detalle y, en su caso, estudiar el recurso de la resolución.

No sería la primera vez que un recurso de este tipo cambia la decisión de una convocatoria de este estilo, pero de momento el dinero está perdido. Con ella se va la principal vía de financiación que la coalición de PRC y PSOE barajaba para financiar la transformación del Palacio, un proyecto pensado para reorientar el edificio a la esfera institucional y cultural, renunciando a su papel administrativo. En los últimos meses, los responsables municipales han estimado que dicha transformación ronda los ocho millones de euros, pero todavía no existe un proyecto redactado. Es más, el equipo de gobierno, aunque adjudicó su redacción a una UTE de Cero y Voluar, sigue sin formalizar públicamente este contrato meses después.

Si ya era difícil separar disociar esta pausa extrañamente larga con las aspiraciones a captar fondos Feder, la negativa del Ministerio a conceder el dinero a Torrelavega pone en entredicho también este contrato. Desde el Ayuntamiento aseguran que seguirán trabajando para tenerlo preparado, a pesar de todo. Recuerdan que el proyecto está aprobado por la convocatoria de ayudas y que, como ha sucedido en otras ocasiones -ocurrió con el proyecto del Patatal y la Fundación Biodiversidad-, este proyecto podría acabar entrando en la lista de subvencionados.

No está nada claro qué será de este proyecto y del Palacio en general si el dinero, como parece, no termina en las arcas torrelaveguenses. En lo político, además, la resolución desfavorable de esta subvención viene a resucitar el debate entre partidarios y detractores de la transformación del Palacio en un centro cultural. Uno de los grupos que se opuso a la idea -de la mano de toda la oposición- y defendió el uso administrativo del Palacio como un Ayuntamiento tradicional fue el Partido Popular, que presentará una moción en el próximo Pleno para reabrir la discusión, reagrupar los servicios municipales, garantizar el uso administrativo de la antigua Casona de Demetrio Herrero y negociar la adquisición de la parte de arriba -la que linda con Julián Ceballos-, todavía hoy en posesión de la familia.

Esa última es otra incógnita interesante del futuro del edificio. Los descendientes de Luciano llegaron a negociar con el Ayuntamiento de Torrelavega para la venta de esa parte del inmueble, pero dichas conversaciones terminaron quedando en nada y sin motivo aparente como ya trasladó la bisnieta del que fuera propietario del Palacio, Elsa Herrero. «Las oficinas deberían estar centralizadas aquí», opinaba hace unos meses, a preguntas de este periódico y en un reportaje a colación del centenario del traspaso de la Casona a manos municipales, un viernes 12 de junio de 1925.

Fue a las seis y media de la tarde. Bonifacio del Castillo y Orcajo, alcalde de Torrelavega, convocó una sesión extraordinaria en el Pleno del Ayuntamiento, en el edificio de Baldomero Iglesias. El principal punto del orden del día: un acuerdo para adquirir el Palacio que su propietario, Luciano Demetrio Herrero Proigas (La Habana, 1870-Torrelavega, 1939), había ofrecido a la Corporación unos días antes. «Ofrezco a ese Ayuntamiento mi Palacio de Torrelavega a la suma de 275.000 pesetas libres de todo gasto incluso el de impuesto de utilidades, quedando en garantía el mismo edificio hasta el término total del pago. Esta cantidad me será entregada en tres plazos: las primeras cien mil pesetas en el momento de la entrega del Palacio, las segundas cien mil al cumplirse el año de la entrega, y el resto de las setenta y cinco mil al año siguiente, por la misma fecha».

El alcalde y otros quince concejales –Oloriz Vergara, Pérez Gallego, Merino Padilla, Doaso Olasagasti, Fernández Diestro, Ingelmo Terán…– leyeron los detalles del acuerdo que ofrece este antiguo concejal, hijo de Luciano Herrero González y de la cubana con ascendencia catalana Rosa Proigas. Pidió tres pagos por aquella residencia de verano –él residió en Madrid y Barcelona, pero sus abuelos paternos habían vivido en la ciudad– y seis meses para desocuparlo definitivamente. Y así fue: el Palacio se inauguró como Casa Consistorial el 24 de enero de 1926, en años de Isidro Bustamante como alcalde.

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