Torrelavega muestra su malestar con el Gobierno por el BIC de La Lechera

El edil regionalista, preguntado por la decisión del Gobierno regional, señaló que tras conocerse el rechazo de las alegaciones formuladas por el Consistorio, desde Torrelavega se ha dado traslado a Peña Herbosa de u malestar e incluso desde la capital del Besaya se están estudiando las diferentes posibilidades de actuación que hay para corregir esta decisión. Durante la comisión de Urbanismo, el concejal de ACPT (Asamblea Ciudadana Por Torrelavega), Iván Martínez, preguntó si a la vista del resultado se considera un error la tramitación del expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, dadas las obras que se pretendía ejecutar en las instalaciones. Según Lizari, el Gobierno de Cantabria defiende su decisión, conforme a su normativa pero aclara que la declaración de BIC no supone la imposibilidad de ejecutar obras en La Lechera, aunque reconoce que «sí lo condicionará». Desde la oposición, la concejala de Torrelavega Sí, también recordó que dado el escaso valor arquitectónico de la nave 10, se entendía que lo lógico era que se quedara fuera de la declaración de protección especial. En este sentido, el concejal responsable de Urbanismo explica que en la delimitación se han admitido las alegaciones del Ayuntamiento, «dejando fuera la piscina pero no el aparcamiento y la nave número 10».

Por su parte, la concejala del PP, Olga Quintanilla, reprocha al equipo de gobierno local la «escasa» reivindicación pública que se ha realizado al respecto, y que durante el último año y medio se haya hablado de varios proyectos para ubicar en el aparcamiento de La Lechera y «parece que ahora no se va a poder hacer nada». Asimismo, teme si es posible que ese condicionamiento que ahora impone el Gobierno regional «puede estar vinculado a algún proyecto que se pretenda ejecutar», lo que a su juicio «explicaría porque no hay oposición a esta decisión entre los regionalistas y socialistas de Torrelavega». También, el portavoz de ACPT, Iván Martínez, critica que este asunto no se haya tratado en ninguna comisión informativa del área por lo que las alegaciones considera que han sido formuladas «por el equipo de gobierno, no por el Ayuntamiento».

Sobre futuros proyectos a ejecutar en La Lechera, Lizari aclara que la declaración de BIC no quiere decir que no se pueda construir, «sino que hay que solicitar la preceptiva autorización», aunque reconoce que el equipo de gobierno local «pretende que se excluya la zona del aparcamiento del área protegida». Sobre esta cuestión, destacó que los técnicos municipales aseguran que la delimitación del ámbito de protección no significa que «nunca» se pueda construir, «lo que implica es que se necesita la previa autorización de la Dirección General de Cultura».

Las alegaciones presentadas por el Ayuntamiento de Torrelavega planteaban, por un lado, que en la declaración «se recoja en la descripción del bien la existencia de la ampliación realizada en el año 1985 (pabellón norte), exenta del conjunto protegido por su nulo interés histórico o arquitectónico» y, por otro lado, que «se reduzca el entorno de protección a los límites del recinto fabril, excluyendo la piscina municipal y el espacio libre»

Por otro lado, las propuestas de la comisión técnica de Patrimonio Científico y Tecnológico, los informes de las Instituciones Consultivas, y del Servicio de Patrimonio Cultural, que se refieren a La Lechera, como un conjunto, sin que conste que los añadidos supongan una evidente degradación o impidan una mejor interpretación histórica del bien, entienden que se debe «desestimar la alegación referida a los edificios añadidos que conectan las naves delanteras y las traseras del complejo, puesto que las distintas industrias que ocuparon este espacio fueron realizando modificaciones y adaptando los espacios a sus necesidades.