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El plumero, especie invasora, se esparce en los últimos años por toda la zona ferroviaria de Santander y el arco de la bahía. Antonio 'Sane'
El plumero «coloniza» Cantabria, que aún no ha aprobado el plan de erradicación

El plumero «coloniza» Cantabria, que aún no ha aprobado el plan de erradicación

Esta especie invasora ha alcanzado el interior de la región, parques naturales y zonas de acantilado adonde hasta ahora no había llegado

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Domingo, 17 de septiembre 2017, 08:14

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«Cantabria está absolutamente colonizada por el plumero. Por dejadez de todos y descoordinación entre las Administraciones, esta planta invasora nos ha ganado la partida», lamentan desde la Consejería de Medio Rural, Pesca y Alimentación, departamento responsable de liderar y ejecutar el Plan de Acción Contra el Plumero, en coordinación con la Consejería de Medio Ambiente. Pero el plan todavía no ha recibido luz verde.

Son siete los meses de retraso desde que el Gobierno regional anunció, en febrero, la aprobación inminente del borrador que recoge la estrategia para la erradicación del plumero, la planta invasora más veloz a la hora de proliferar y expandirse, aunque no la más peligrosa de las que hay en Cantabria.

Para ir gananado tiempo, la Consejería de Medio Rural se ha puesto manos a la obra. «Estamos desarrollando acciones del plan, aunque esté sin aprobar, ya que existe un riesgo de que el plumero invada parques naturales y se introduzca en municipios del interior de la región, a donde antes la planta no llegaba», según informan los técnicos.

La planta invasora ha llegado por primer vez al interior de la región y a parques naturales

Además, el Parlamento adoptó por unanimidad una resolución instando al Gobierno regional a que apruebe esta estrategia para confinar la especie invasora, que se caracteriza por arrinconar y extinguir otras plantas autóctonas allá donde se instala.

El presupuesto que maneja el Gobierno señala dos partidas para invertir en la estrategia regional de especies exóticas invasoras, que es la acción marco en la que se encuadra el plan. Ambas partidas son de 300.000 euros, una de la Consejería de Medio Rural y otra de la de Medio Ambiente.

Como caso flagrante de la invasión plumeral, la Consejería de Medio Rural cita el entorno del arco de la bahía, donde «no se acabará con la planta a corto plazo, no antes de 2020. En esta estrategia hay que ir de menos a más y abordar algo tan extenso no serviría de nada, volvería a reproducirse», según explicaron técnicos encargados del proyecto medioambiental.

Requiere un trabajo manual, confinar la planta y un mantenimiento costoso a largo plazo

Por su parte, asociaciones ecologistas advierten de que el tiempo apremia: «Estamos en riesgo de que se plumerice el territorio, aunque todavía podemos evitar que la situación pase a ser irresoluble», opina Felipe González, delegado territorial de SEO/Birdlife, la Sociedad Española de Ornitología.

«El Polígono industrial de Medio Cudeyo es el plumeral más grande de Cantabria», denuncia González. «Ya no vale que las constructoras dejen un solar desnudo y abandonado, hay un protocolo de obligado cumplimiento que las empresas deben seguir para acondicionar el suelo antes de terminar los trabajos», añade.

La Dirección General de Medio Rural ha elaborado un manual de buenas prácticas, dirigido a las empresas constructoras. 'Las Prescripciones Técnicas Generales para erradicar la planta con potencial invasor' exige una serie de requisitos obligatorios al terminar los trabajos y, en caso de incumplimiento, las empresas se enfrentarían a multas por encima de los 3.000 euros.

El Parlamento, por unanimidad, adoptó una resolución para exigir la aprobación del plan

Las constructoras deben resembrar el solar antes de dar por finalizado el trabajo y tomar precauciones en los movimientos de tierras para no fomentar el traslado de las semillas de estas planta.

Según el barómetro de SEO/Birdlife, el protocolo ha cosechado resultados positivos: «Ya se ven cambios en las obras públicas y en le red comarcal de carreteras hay menos presencia de plumero».

«Cantabria, la zona cero»

«Cantabria es la zona cero del plumero», explica Felipe González, quien asegura que «hay consenso en que esta planta invasora entró a través del Puerto de Santander en los años 40 desde Argentina y lo hemos extendido a todo el arco Atlántico, Portugal, Galicia, Asturias, País Vasco y Sur de Francia, y algún núcleo en Cataluña y Andalucía».

El plumero, ultrarresistente a las condiciones del clima, arrincona especies autóctonas, herbáceas y leñosas. Está presente en 83 de los 102 municipios de la región. Quedan libres Liébana, Campoo-Valderredible, la parte sur del Saja-Nansa. Pero el mapa está vivo: la expansión es tan inesperada que ya se han localizado ejemplares en Valdeolea.

«Antes solo crecía en suelos de escombros y pobres, como los de autovías, pero por su extraordinaria capacidad para aclimatarse al medio hostil, está llegando a campos del interior donde ha cesado la actividad ganadera, y esto nos preocupa mucho, ya que acaba con la rica y variada vegetación autóctona», alertó el delegado de SEO/Birdlife.

El Gobierno de Cantabria lleva invertidos 2,5 millones de euros desde 2005 con el fin de erradicar esta especie, pero hasta el momento todas las iniciativas para su control han fracasado porque «las acciones necesitan un seguimiento. Es improductivo quitarlo si no va acompañado de un replante y de otras medidas que eviten que reaparezca. Es decir, que si se para a mitad del proceso, es como si no hubieras hecho nada», explican los técnicos.

De las acciones de control y contención de la dispersión del plumero se encarga Tragsa y empresas de integración laboral como Ampros, Amica y Serca, que realizan una «extraordinaria labor especializada que requiere de mucho tiempo», según destacó la Consejería. Se organizan en cuadrillas de ocho personas, que retirar la planta manualmente y las confinan.

Buenas prácticas

En la dispersión y distribución del plumero puede intervenir el ser humano -uso de tierra vegetal «contaminada» en obras civiles o la incorrecta limpieza de las carreteras- o factores naturales -vientos o heladas- que fijan la distribución actual. Además, autovías y líneas férreas actúan como corredores.

SEO/Birdlife ha liderado iniciativas locales para su erradicación en El Astillero, donde se limpiaron 70 hectáreas de zona plumeral. También, en colaboración con el Ayuntamiento de Santander, se erradicó el plumero en la S-10, en fincas de la Avenida de Los Castros, en la vaguada del Parque de las Llamas y en solares de la zona de El Alisal. Además, la organización prepara una convocatoria para los fondos LIFE de la Comisión Europea para optar a más recursos para estas labores.

Entre las fórmulas de mantenimiento, se emplea el pastoreo dirigido, que se ha llevado a cabo en Santander, mediante acuerdos con pastores locales para que llevan sus ovejas a pastar a estas fincas, previo acondicionamiento del terreno.

«Surge una oportunidad en la lucha contra esta especie para crear nuevos hábitats, con la siembra crecen arbustos, bosques, zarzas... una vegetación muy interesante para aves migratorias e insectos». Esta la nota positiva que, en toda esta batalla contra el plumero, aporta SEO/Birdlife.

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