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Mesas y sillas amontonadas en la calle y amarradas a un árbol, en la calle de Hernán Cortés, en la jornada de ayer.
Los vecinos de Pombo-Cañadío piden que se reordenen las terrazas de los bares

Los vecinos de Pombo-Cañadío piden que se reordenen las terrazas de los bares

Invitan al concejal de Policía a recorrer las calles y piden al Ayuntamiento que asuma el informe del Defensor del Pueblo de reducir las terrazas

Juan Carlos Flores-Gispert

Jueves, 19 de enero 2017, 07:18

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En el Pasaje Verónica, entre el Paseo de Pereda y la plazuela del Cuadro, "desde hace seis meses hay amontonadas seis mesas y veinticuatro sillas. Cerró el local hostelero que allí había y los muebles se quedaron en la calle. Es uno de los desórdenes de terrazas hosteleras que invaden el Ensanche de Santander", dicen los vecinos de la zona. Hay muchos más, "como las mesas y sillas del bar Luzmela, que permanecen amontonados durante días en la calle y amarrados a un árbol. O todo el mobiliario del pub Floridita, junto al Mercado del Este siempre en la calle", afirman los miembros del Asociación de Vecinos Pombo Cañadío-Ensanche. Son tres ejemplos del desorden que "permite" el Ayuntamiento "y al que creemos que debe poner fin", explica el presidente del colectivo,Ricardo Alea.

La asociación pide al Ayuntamiento que aproveche los meses de invierno para reordenar el sector, "ya que sabemos que en cuanto llegue el buen tiempo, los responsables del Gobierno municipal argumentarán que no es posible hacerlo porque es la temporada alta y los hosteleros tienen que trabajar, sin pensar en que los vecinos tienen que vivir y los transeúntes caminar por las aceras, invadidas de mesas y sillas sin orden ni control". En estas semanas de bajísima actividad hostelera, en especial en febrero, "es cuando se debe reordenar el tema de las terrazas, para conseguir que la vida en la zona no se vea aún más perjudicada, como les pasa a los vecinos de la calle de Peña Herbosa, que no pueden ni entrar en sus portales", en palabras de Alea.

El responsable vecinal se ofrece "a salir con el concejal de Policía, Pedro Nalda, por las calles para que compruebe cómo está de desordenado el sector, y que vea que se ha permitido todo a los hosteleros, entre otras cosas, poner toneles y repisas fijas sin control". La asociación pidió el año pasado a los responsables municipales que se marcara en el suelo de las calles el espacio que deben ocupar las terrazas en base a las licencias municipales concedidas, "pero se negaron. En muchas ciudades se hace y es muy eficaz para el control de los hosteleros que invaden las calles".

Lamentan los vecinos de la zona que no exista la figura de Policía de Barrio, que sería muy eficaz para escuchar las quejas vecinales "para el control de todo el desorden hostelero de la ciudad". En cuanto a la petición de los hosteleros de que el Ayuntamiento permita almacenar mesas y sillas en las calles, argumentando que se retiran a las ocho la mañana, Alea dice que el presidente de los hosteleros, Ángel Cuevas, "intenta engañar al Gobierno municipal.Sólo hay que darse una vuelta por el Ensanche para ver que durante días y días las terrazas permanecen almacenadas en las calles, hasta que se montan el fin de semana o los días de sol". Otro ejemplo. "Las mesas y sillas de las tres terrazas de la Plaza Porticada están almacenadas bajo los arcos desde hace días. Espectáculo lamentable", dice Alea.

Defensor del Pueblo

El Defensor del Pueblo, en el último informe emitido (en septiembre pasado), sobre los ruidos y molestias hosteleras en la zona, en respuesta a la queja que le envió la vecina Ana María Gómez García, recomienda al Ayuntamiento "que ha de valorar la oportunidad de adoptar medidas como reducir la superficie y los elementos autorizados a los bares (mesas y sillas), limitar el horario de funcionamiento de las terrazas y preservar las superficies necesarias para el correcto funcionamiento del espacio público, manteniéndose libre de veladores para facilitar el tránsito peatonal"

La asociación vecinal también pide al Ayuntamiento que asuma las recomendaciones que le realiza el Defensor del Pueblo pues "sus medidas adoptadas hasta la fecha (para controlar los ruidos, el botellón y los adultos bebiendo en la calle) no han dado resultados suficientes ni eficaces". Por ello, el Defensor recomienda al Ayuntamiento "intensificar los controles en la zona, reforzar el cuerpo de policía y adoptar medidas preventivas en la Plaza de Cañadío y adyacentes, para impedir el botellón y dispersar las aglomeración de personas".El Defensor sugiere al Ayuntamiento "la posibilidad de iniciar el procedimiento correspondiente para declarar esas zonas como acústicamente saturada, ante la contaminación acústica que ocasionan las actividades de ocio y la aglomeración de personas cada fin de semana".

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