El secreto de Reocín

El club de espeleología Ábrigu ha anunciado el descubrimiento de una red de cuevas de excepcionales dimensiones en el municipio de Reocín, cavidades en las que se han encontrado, además, abundantes rastros de osos (algu-nos de 187.000 años de antigüedad) «de un gran valor paleontológico», según han constatado los expertos de la Universidad de Cantabria, que han seguido con inusitado interés los trabajos que han llevado a cabo los espeleólogos a lo largo de los dos últimos años.

«Los indicios de la presencia de osos en esas cavidades son notables. Nidos, huellas y marcas de garras que en otras cuevas han ido desapareciendo por la acción del hombre aquí se conservan con gran claridad», afirma el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria Manuel González Morales, que cree que el aprovechamiento de las cuevas desde el punto de vista turístico será difícil por sus dimensiones y su complejo recorrido pero sostiene que estas cavidades «tienen un gran interés para el planeamiento territorial».

El secretario del club de espeleología Ábrigu, José Ramón Saiz, que ha topografiado con sus compañeros más de 30 kilómetros de galerías, desconocía que se tratara de una cueva tan grande y que escondiera tantos secretos.

Saiz cuenta que, en los dos años que se ha alargado la investigación, los integrantes del club de espeleología han logrado unir varias cavidades localizadas al sur de Quijas en la zona de El Burco, entre la antigua mina de Reocín y la localidad de Barcenaciones.

"Un espectáculo"

En ellas «hemos hallado un importante yacimiento paleontológico: restos de los osos de las cavernas». Además de numerosos restos óseos «hay centenares de oseras y nidos que se conservan prácticamente intactos, como las marcas de sus huellas y de sus zarpas», explica Saiz. «Restos de osos hay en muchas cuevas, pero tantos y con unas trazas tan bien conservadas, en poquísimas. Es un espectáculo».

En cuanto dieron con los restos, «nos pusimos en contacto con la Universidad de Cantabria», que rápidamente puso a sus expertos a trabajar en la datación.

«Al menos uno tiene una antigüedad de 187.000 años», dice Saiz, que precisó que, en este momento, «estamos pendientes de que los organismos oficiales concedan un proyecto de investigación».

Mientras, el club de espeleología continúa explorando el conjunto de cavidades, que no han conseguido comunicar por completo.

«Hemos topografiado un total de 15 kilómetros al oeste y 15 al este. Están separados por 200 metros y estamos trabajando en la unión de esos dos sectores», comenta el espeleólogo, que añade que al sur, entre el Monte Estrada y El Burco, se han topografiado otros 12 kilómetros que corresponden a Rotablín y El Pernal.

Saiz, que cree que puede haber «hasta 60 kilómetros de cueva», calcula «otros tres años de trabajo» hasta llegar a conocer completamente todo el kars de Reocín.

«Visto lo visto... Además, existen otras cavidades muy cercanas que casi con toda seguridad van a darnos más sorpresas».

Según Saiz, el estudio de estas cavidades estaba un poco apartado «porque la gente se concentra en macizos montañosos más grandes». No obstante, el espeleólogo explica que «si uno se fija en la geografía exterior, todo son depresiones, y eso indica que debajo tiene que haber una extensión de drenaje, al haber una extensión tan grande sin corrientes de agua exteriores».

"Un gran hallazgo"

Asombrado por el descubrimiento, el alcalde de Reocín, Pablo Diestro, admite que es «muy importante», aunque prefiere esperar a los resultados de los estudios que está efectuando la Universidad de Cantabria «antes de poder ser más preciso» . Diestro confía en que para Reocín las cuevas sean «un foco turístico» pues, aunque es consciente de que probablemente no se puedan ver porque el acceso es complicado», no descarta la posibilidad de crear «un centro de interpretación», proyecto para el que, ya lo adelanta, «se necesitaría la financiación del Gobierno de Cantabria».