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Esta vez el soplao apareció ayer junto a una casa que se está cimentando. El hundimiento atrapó la rueda de un todoterreno. :: SANE
Un nuevo soplao acentúa la preocupación vecinal en revilla de camargo

«Tengo los nervios a cien, me voy a volver loca con los soplaos»

Suena a rutina pero para los vecinos de Camargo es miedo e impotencia. Ayer hubo un nuevo hundimiento junto a una casa en obras

EUGENIA ESCAGEDO

Lunes, 12 de diciembre 2011, 11:16

De nuevo, un hundimiento de terreno en Revilla de Camargo, un soplao, viene a aumentar la preocupación de los vecinos. En este caso se ha producido en el barrio 'La LLosuca', donde ayer por la mañana no podían ocultar el temor porque se ha producido justo en el exterior de una casa que está siendo reparada y cimentada porque se había inclinado. Por esta razón, los vecinos, que ya viven con el miedo en el cuerpo, se han asustado más si cabe.

Y no sólo ha sido eso, sino que en un foso existente en el garaje se ha detectado agua y barro en el fondo, así como falta de firme. Una de las ruedas del remolque de un todoterreno aparcado en el patio de la casa, quedó atrapada en el soplao.

«Ya es lo que nos faltaba, salen soplaos alrededor de la casa y lo que ya se ha arreglado y cimentado en el centro del garaje se está hundiendo», se queja Montserrat Llata, propietaria de la vivienda, quien recuerda que «desde mayo estamos con las obras y no se acaban, se alargan, y eso que nos costó que empezaran porque decían que nuestra casa no estaba afectada».

Tras el susto, Llata explicó que dejará el vehículo «como está, hundido» para que la empresa 'Abando', que realiza las obras, informe a los responsables de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico de lo ocurrido. «Espero que mañana (por hoy) el remolque esté ahí y no haya desaparecido», aventuró recelosa.

«Trabajan sin ganas»

Esta vecina de Revilla no oculta su disconformidad y disgusto por cómo se están haciendo los trabajos para reparar los daños de su vivienda: «Se hacen las cosas sin ganas y sin criterio, que le van adquiriendo cuando ven lo que sale, y no con un estudio previo».

Dolores Salmón, cuya vivienda también está afectada por los soplaos, comparte la opinión de su vecina: «Tengo los nervios a cien y cualquier día acabo loca viendo lo que está pasando y que mi casa está abandonada». Insiste en que rellenaron con hormigón el soplao que apareció junto a la escalera de su vivienda, pero desde entonces las grietas se han multiplicado «y la Confederación se ha negado a repararlas, ya que según sus representantes, Antonio Roldán y José María Moncó, mi casa no tiene nada».

Estos vecinos denuncian que la Confederación no se hace cargo de los daños que no sean del subsuelo, cuando, además de los hundimientos, las obras de consolidación están provocando grietas. «Estamos totalmente indefensos, perdiendo la salud y el dinero, porque tal y como se están desarrollando las cosas, tendremos que ir al Juzgado para que se resuelvan nuestros problemas».

Ni Montserrat Llata ni Dolores Salmón pueden plantearse abandonar sus casas, ya que «nosotros no tenemos la suerte que han tenido otros afectados, a los que el Ayuntamiento les ha dado un piso mientras se hacían las obras, y aunque sus casas llevan reparadas hace más de un año, no han vuelto a habitarlas. Tiene que apoyarnos, si no económicamente, sí moralmente, porque estamos totalmente desamparados por la Confederación».

No quieren saber nada de la Asociación de Afectados por los Soplaos porque «no se ocupa de nada, no sirve nada más que para amenazarnos afectados cuando contamos ciertas cosas a la prensa, que ellos no quieren», explica Salmón.

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