
Secciones
Servicios
Destacamos
ROSA M. RUIZ
Lunes, 12 de agosto 2013, 10:11
«Desde Castro Urdiales, donde nació en 1913, al podio de la dirección orquestal de su tiempo, Ataúlfo Argenta rompió moldes y abrió fronteras hasta entonces cerradas para la música española». El periodista y escritor Jesús Ruiz Mantilla derrocha elogios para este músico que protagoniza este año, en el centenario de su nacimiento, un variado número de actividades. Entre ellas, una ocupa hasta el próximo mes de septiembre la santanderina plaza Porticada, un lugar que aún agrandó más la mítica figura de este castreño de extraordinaria sensibilidad y carisma que le convirtieron en una gran figura de la época.
Organizada por Acción Cultural Española (AC/E) en colaboración con el Ayuntamiento de Santander y la familia Argenta, la exposición es un homenaje a una «figura legendaria» que «hizo historia» y representó «un antes y un después en la dirección de la música en España». Así lo creen la presidenta de Acción Cultural Española, Teresa Lizarazu, y el comisario de la muestra. De hecho, este último está convencido de que Argenta, de no haber muerto joven a los 45 años en un accidente, hubiera sido «un Karajan (Herbert von Karajan) o un Bernstein (Leonard Berstein). Era en esa liga en la que jugaba, no en la de la mediocridad».
Ruiz Mantilla, quien también dirigirá un seminario sobre Argenta en la UIMP los próximos días 19 al 21 de agosto, subraya que la «sombra» de Argenta ha «inspirado a muchas generaciones» posteriores y destaca que, «lo que más» le ha interesado es plasmarle en esta exposición como un «absoluto pionero» que en los años cuarenta del siglo XX ya hacía aquello que hoy se considera una «obligación» en un director de orquesta ideal actual. Y esa es la idea que ha querido plasmar en esta muestra que ocupa uno de los escenarios de la ciudad 'conquistados' por el castreño, La Porticada, el mismo enclave en que se ubicó durante años el Festival Internacional de Santander (FIS) que él mismo impulsó.
Entre otras virtudes, Ruiz Mantilla también destaca la capacidad del director de orquesta de acercar públicos, de tener un «carisma atractivo» y de ser a la vez «riguroso», «atrevido» y «ecléctico» en sus repertorios.
La exposición se presenta de una manera gráfica en 12 paneles en forma de prisma que dibujan la huella de su trayectoria y que se divide en cinco secciones precedidas de un Preludio que sitúa a Argenta en el momento que le tocó vivir, unos años convulsos en los que Europa renacía de sus propias ruinas tras la Segunda Guerra Mundial.
Familia y trayectoria
Tras este preámbulo el visitante podrá conocer el entorno personal del músico y su gente. Su familia y sus raíces son claves en la vida de Argenta, así como Castro Urdiales, su localidad natal. Aficionado a la pesca y a la navegación fue un hombre de mar, una pasión que quiso trasladar a sus hijos Ana María, Angelines, Fernando y María Cristina. En esta muestra se recogen además una serie de imágenes de su matrimonio con Juanita Pallarés. Pero Santander también fue para Argenta un lugar fundamental, un concierto dado por él en 1948 junto con la Orquesta Nacional de España en el claustro del seminario Corbán sirvió para dar el primer impulso al FIS.
Visto su entorno familiar, la exposición dedica otro de sus espacios al Argenta popular y carismático. Inició su carrera como pianista, pero pronto su maestro Carl Schuricht le convenció para dedicarse a la dirección de orquesta. Y ahí inicia una carrera que le lleva por los principales escenarios españoles y también por Europa, como Londres, París.
Otra sección, la dedicada al Argenta universal, arranca en Inglaterra en 1948 y se sucede sin interrupción hasta 1958. Las actuaciones en Europa se multiplican y los más prestigiosos nombres del panorama en su tiempo bendicen su talento y poderío. El carisma de Argenta se ve reflejado en la cuarta sección de la exposición. En esta destaca una imagen de las manos armoniosas y expresivas, y los brazos largos y en constante movimiento del músico que conquistó la crítica y que popularizó la música en España, en palabras de Jesús Mantilla. «Otro de los secretos para construir ese carisma que le resultó infalible fue la expresión de la cara. Como la de un actor trágico, decían algunos, lo cual unido a su porte más propio de estrella de Hollywood que a un sobrio maestro musical, le convertían en blanco de auténticas persecuciones».
Para finalizar el recorrido el visitante se acerca hacia el mito. La muerte por accidente una fría mañana del 21 de enero de 1958 fue un impacto absoluto. Aquel día debía dirigir una ensayo de la Orquesta Nacional con la 'Sinfonía Renana' de Schumann. A partir de entonces surge el mito. Un fallecimiento que trucó la firma de un contrato en EE UU que le iba a convertir en el director mejor pagado del momento.
Después de que se clausure el próximo 1 de septiembre, la muestra viajará a Castro Urdiales, donde podrá visitarse entre el 5 de septiembre y el 6 de octubre en el Parque de Amestoy.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Importante aviso de la AEMPS a los diabéticos
Las Provincias
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Nacho González Ucelay
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.