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Alumnos de la Escuela Taller, durante una de las clases.
El nuevo reto: electricidad e informática

El nuevo reto: electricidad e informática

La Escuela Taller de El Astillero afronta una nueva edición con una remesa de jóvenes desempleados que obtendrán acreditación profesional primero y trabajarán después

Sheila Izquierdo

Lunes, 17 de abril 2017, 07:18

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La Escuela Taller de El Astillero es un programa público de formación y empleo que tiene como objetivo la acreditación profesional y la inserción laboral de los jóvenes. En Astillero lleva trece ediciones en funcionamiento un total de 23 años, que convierten al municipio en uno de los más veteranos de la región en mantener este programa.

El pasado día 3 de abril, una nueva remesa de jóvenes comenzó a cursar los certificados de Montaje y mantenimiento de instalaciones eléctricas de baja tensión que ya se puso en marcha la pasada edición y el de Montaje y reparación de sistemas microinformáticos la gran novedad este año en la sede la de la Escuela Taller (calle Industria, junto al Punto Limpio), dos planes oficiales que les acreditarán como profesionales en la materia y, además, les permitirá realizar diferentes proyectos en obra real de una manera remunerada.

Los participantes de la Escuela Taller estarán un año en la sede de El Astillero, donde deberán completar y superar los conocimientos teóricos y prácticos para obtener el título oficial. Tras presentar los proyectos a la convocatoria del Gobierno regional, el Ayuntamiento de El Astillero puso en marcha ambas acreditaciones por un importe global cercano a los 420.000 euros, de los que el consistorio aporta unos 95.520 euros. Así lo recordó la concejala de Empleo y Desarrollo Local, Belén Benito, tras recalcar el compromiso del municipio con el futuro de los jóvenes y su apuesta por estos programas.

La subvención otorgada por el Servicio Cántabro de Empleo a la entidad empleadora estará financiada en el caso de las escuelas taller y casas de oficios, con fondos de empleo de ámbito nacional cofinanciados con una tasa media del 91,89% por el Fondo Social Europeo a través del Programa Operativo de Empleo Juvenil para el periodo 2014-2020.

En cuanto a los proyectos vigentes en esta convocatoria, ambos certificados de profesionalidad son de nivel 2. En total, los dos programas planteados por el Consistorio astillerense están dirigidos para un total de 30 alumnos/as entre 16 y 29 años, y que estén inscritos en Garantía Juvenil, una condición que desde hace varias ediciones es necesaria para poder formar parte del proyecto de Escuela Taller.

Además, en este proyecto, al ser los certificados de nivel 2, también será necesario que los alumnos tengan el graduado ESO o aprobado un certificado de nivel 1 del mismo área profesional.

Tras los primeros meses de teórica, los alumnos realizarán la práctica en obra real durante los meses siguientes, y lo harán en espacios municipales donde es necesario llevar a cabo una serie de mejoras en la materia.

En este caso, los alumnos actuarán en la revisión y mejora de la instalación eléctrica de la nave municipal de remo, adaptándola al actual reglamento y además la comprobación y arreglo de los elementos de protección de los cuadros eléctricos de varias dependencias municipales así como el montaje y reparación de sistemas microinformáticos en diversas instalaciones municipales.

Anterior edición

La edición anterior, finalizada el pasado 28 de febrero, se centró en otros dos certificados, uno de conservación y mejora de montes y otro de montaje y mantenimiento de instalaciones eléctricas de baja tensión. Este proyecto contó con un presupuesto superior a los 400.000 euros de los que 323.000 euros fueron aportados a través del Emcan y cerca de 97.000 euros el Ayuntamiento de Astillero.

La concejala de Empleo, Belén Benito, destacó la importancia de este tipo de iniciativas que se llevan a cabo para "promover la formación de los jóvenes y ayudar a su integración".

En el caso de los alumnos de la certificación en conservación y mejora de montes, las actuaciones que los jóvenes realizaron se centraron en tres zonas verdes del municipio: el entorno de Morero, y las marismas blancas y negras. En dichas áreas realizaron tareas de desbroce, técnicas de compostaje, recolección de semillas, creación y mantenimiento de caminos forestales y charcas artificiales, entre otras.

Mientras, los alumnos de montaje y mantenimiento de instalaciones eléctricas de baja tensión actuaron en las dos naves de obras y en la nave de carpintería del edificio antiguo de la Escuela Taller.

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