El Gobierno no encuentra comprador en su primer intento de subastar la escuela de música

En la última planta del Palacio Macho, en pleno centro de Santander, no esperaban ayer recibir visitas, por lo menos de compradores interesados en participar en la subasta pública, al alza y a viva voz, que se iba a realizar de la antigua Escuela de Música situada entre los patios de las calles Menéndez Pelayo, El Sol y Santa Lucía y que, posteriormente, se utilizó como dependencias de la Dirección General de Juventud. Hasta la seguridad encargada de controlar los accesos al edificio, sede de la Consejería de Economía, Hacienda y Empleo, se sorprendía de que alguien preguntara por la misma.

El caso es que, minutos antes de las once de la mañana, cuatro personas se dieron cita en torno a la mesa de subastas. Sorpresa mayúscula, aunque la expectación se evaporó rápidamente. Uno de ellos era quien escribe estas líneas, así que no contaba para la puja. Otro era Miguel Meca, coordinador de Espacio Espiral, el laboratorio escénico y artístico que ocupa la planta inferior al local que se subastaba. Él tampoco quería comprar, solo conocer a sus posibles futuros vecinos. Pero Juan Antonio Montes y Amalio Viadero sí mostraron interés en adquirir, juntos, el inmueble, pero no por ahora, por lo que la subasta quedó desierta al no presentarse ninguna oferta formal. Por lo tanto, el Gobierno de Cantabria tendrá que esperar a sucesivas convocatorias para encontrar comprador del primero de los cuatro destacados edificios de Santander que ha puesto a la venta para hacer caja por valor de 12 millones de euros.

El precio de salida de la antigua Escuela de Música, de 420 metros cuadrados de superficie y con entrada por el portalón del número 8 de Menéndez Pelayo, era de 657.492 euros, pero la posibilidad legal de realizar una segunda subasta con una rebaja del 15% -entonces el precio será de 559.000 euros- e, incluso, una tercera con otro 15% menos -460.000 euros- si no se vende en las precedentes convocatorias, templó los ánimos de los compradores. También su calificación como edificio para oficinas, dotaciones o centros públicos le resta atractivo. Para construir pisos hay que cambiar su calificación en el Plan de General de Ordenación Urbana de Santander, cuestión que lleva su tiempo y un complejo proceso añadido.

Fianza del 25%

Con puntualidad británica, a las 11.00 horas, la Mesa de Licitación tomó asiento para comenzar con la subasta. Al frente, su presidente Emilio del Valle, Jefe de Servicio de Administración General del Patrimonio. Un letrado de la Dirección General del Servicio Jurídico y un interventor, como vocales, y un funcionario, en este caso Marta Casuso, como secretaria con voz y voto, completaron la composición de la mesa. Del Valle tomó la palabra, recordó las características y el precio tipo de la subasta (657.492 euros) y abrió el preceptivo periodo de diez minutos para participar en ella, para lo cual se requiere, como fianza, haber ingresado el 25% del total (164.373 euros) en la Tesorería del Gobierno regional o presentar en ese momento un cheque por tal cantidad a nombre de la comunidad autónoma de Cantabria, con la correspondiente conformidad de una entidad bancaria.

Pero eso no ocurrió. El tándem Montes-Viadero acudió a esta primera subasta de la Escuela de Música para consultar algunas dudas que les había dejado la oferta pública y para cubrirse las espaldas, por si concurría algún competidor. Así que cuando Del Valle respondió a sus preguntas sobre las características del edificio y del proceso y vieron que no había competencia, abandonaron la sala de subastas «agradecidos por el trato recibido», pero sin presentar una oferta formal. No esperaron a que se cumplieran ni siquiera los diez inutos. «Estamos interesados en comprar, pero no a los precios actuales. Veremos si hay ocasión en las siguientes subastas, cuando el precio sea más rebajado», confesaban tras abandonar la sala. Más rebajado, sí, pero posiblemente también con más competencia, porque el inmueble ha recibido varios visitantes interesados. «Es tendencia que los interesados acudan a las subastas finales, no a la primera, aunque luego las pujas, en algunos casos, terminen subiendo el precio solicitado inicialmente», explica Emilio del Valle.

Una vez agotado el tiempo, el presidente de la mesa cerró la sesión y levantó acta, donde se certifica que no se presentó ninguna oferta y que la subasta queda desierta. Ahora solicitará que la segunda y la tercera, si fuera necesaria, se celebren el mismo día, para así aligerar el proceso. Pero eso ya será decisión del consejero de Economía, Hacienda y Empleo, Juan José Sota, que fijará las siguientes fechas.

Juan Antonio Montes y Amalio Viadero, «dos comerciantes», como así se definieron, aseguran que también «conocen» los otros tres edificios que el Gobierno de Cantabria ha puesto a la venta y que saldrán a subasta en próximas fechas: la residencia de la tercera edad La Pereda (sale a la venta en 6,5 millones de euros), la Quinta Labat (3,3 millones) y el Palacete de López Dóriga (1,5 millones). «Son más apetecibles..., pero también más caros», aseguran sin desvelar del todo si acudirán a sus respectivas pujas.