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Viernes, 2 de diciembre 2016, 12:09
Agentes de la Guardia Civil, en una operación denominada 'El Corte Azul', han desarticulado un grupo dedicado a la falsificación y distribución de moneda en Cantabria.
En el marco de esta investigación se ha detenido a siete personas, dos mujeres y cinco hombres, como presuntas autoras de los delitos de Pertenencia a Grupo Criminal y de Fabricación y Distribución de Moneda Falsa. Además, los agentes han realizado registros en domicilios de Hoznayo y Hazas de Cesto en los que se ha localizado un laboratorio de impresión y elaboración de billetes falsos, varias impresoras, maquinaria de corte de billetes y 17 hojas impresas cada una con varios billetes de 20¤, preparadas para su corte y distribución.
Los billetes falsos fabricados en Cantabria por esta organización eran distribuidos no solo a nivel regional, sino también a comunidades vecinas como Asturias o el País Vasco. El grupo movía los billetes falsos utilizando vehículos en los que viajaban menores y ancianos, que intentaban adquirir productos de escaso valor con billetes falsos, o simplemente pedían el cambio por monedas.
De esta manera se han podido introducir, por los efectos intervenidos, entre 180.000 y 200.000 euros en billetes de 20 y de 50 falsos.
Dos por uno
Durante el mes de agosto de este año, la Guardia Civil detectó la existencia de una gran cantidad de billetes de 20 euros falsos en circulación, desde Asturias al País Vasco. A finales de septiembre, la investigación estaba centrada en un hombre que frecuentaba dos casas situadas en las localidades Cántabras de Hoznayo y Hazas de Cesto. En las inmediaciones de ambos inmuebles se constató una incesante actividad y una inusual presencia de personas y vehículos.
El modus operandi era el siguiente: cortaban parte de un billete de 20 euros de curso legal y pegaban dicho recorte al falsificado, de tal manera que el billete resultante estaba compuesto por una parte legal y otra falsificada. Al billete de curso legal que le había realizado el recorte le pegaban el mismo trozo pero del falsificado, obteniendo de esta forma dos billetes.
Parte de los billetes montados eran aceptados por máquinas dispensadoras de cambio de dinero y máquinas tipo vending en las que adquirían productos de ínfimo valor para de esta forma obtener la mayor rentabilidad posible. El resto de los billetes eran introducidos directamente en establecimientos comerciales mediante engaño.
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