Las rachas de viento han alcanzado los 131 km/h durante una noche sin incidencias
Los servicios de emergencia piden precaución a los ciudadanos y los ayuntamientos costeros toman medidas para protegerse
Mariana Cores
Viernes, 3 de febrero 2017, 09:41
No hay tregua. Si ayer el viento dejó un racha máxima de 108 kilómetros/hora en Alto Campoo o de 95 en Santander, Meteorología anunciaba para hoy peores condiciones: prácticamente toda Cantabria está en alerta naranja (se activa a las 18.00) por un viento que podría superar los 120 kilómetros (especialmente en Liébana) y por la amenaza en la costa de olas de hasta seis metros coincidiendo con la pleamar (8.44 y 21.15 horas).
Las previsiones se han superado, porque esta esta madrugada se han registrado rachas de hasta 131 kilómetros por hora en Tresviso y de 115 en Reinosa aunque no se han producido incidencias, según el 112.
Tampoco los bomberos de Santander han tenido salidas durante la noche y primera hora de la mañana como consecuencia del viento, que en la capital cántabra han soplado con fuerza y ha registrado rachas de 89 kilómetros por hora.
Los servicios de emergencia del Gobierno y de los ayuntamientos han solicitado precaución a los ciudadanos, a los que piden que no se acerquen a la costa y tengan cuidado por los desprendimientos que se puedan producir por efecto del vendaval. Los municipios costeros, además, han tomado las habituales medidas de seguridad que, en el caso de Santander, pasan por cerrar los accesos a la avenida García Lago dos horas antes de la pleamar y a la zona del minizoo de La Magdalena. El corte se ampliará hasta la rotonda situada en la confluencia con la calle Doctor Gregorio Marañón. El Ayuntamiento insistió en la importancia de la colaboración de los ciudadanos, evitando acercarse a la costa cuando se producen alertas de oleaje y respetando las indicaciones de los servicios de emergencias y protección ciudadana.
24 horas sin parar
A pesar de las alarmas, la noche transcurrió sin incidentes. Según el 112, en el recuento de incidencias remitido a las siete de la mañana no había ninguna relacionada con la meteorología. También los bomberos de Santander pasaron una noche "tranquila". Y eso que ayer estuvieron casi 24 horas seguidas con una frenética actividad, tras una noche -la del miércoles- «movidita y también durante el día. Mucho trabajo, pero ningún incidente importante». Lo único reseñable, según apuntaron, fueron dos andamios que se estaban desplomando, uno en la calle Castelar, a la altura del número 41, y otro en la calle Ángel del Castillo, a la altura del 130 de General Dávila. En el de Castelar, los bomberos se encontraron el andamio (a las 4.37 horas) ya muy inclinado y tuvieron que acabar de tirarlo, de manera controlada, atándolo a uno de sus vehículos. En el de General Dávila, el andamio se había caído por efecto del viento y los bomberos tuvieron que desmontar y retirar las estructuras destartaladas.
Media hora de rayos, truenos y granizo
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brusco cambio
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Fue media hora intensa, con rayos, truenos y granizo. En Santander y todo el arco de la bahía. A las seis de la tarde, aproximadamente. Fruto de una brusca bajada del termómetro (pasó de los 14 grados centígrados a los 9) y de un cielo negro que descargó con fuerza en la capital.
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La explicación de los expertos de Meteorología fue el repentino cambio del viento. El Sur dejó paso a un flujo del Oeste, que trajo consigo un banda nubosa negra cargada de agua y que dejó espectaculares descargas eléctricas. Media hora más tarde, la tormenta se desplazó hacia el mar y el viento Sur regresó con fuerza.
El resto de salidas estuvieron relacionadas con ventanas, dos árboles caídos (en Primero de Mayo y Valdenoja), uralitas, canalones y contenedores. «Durante la noche del miércoles hicimos 20 salidas y hasta las cinco y media de la tarde, dieciséis», indicaron.
La actividad no fue menor en el Centro de Atención a Emergencias 112 del Gobierno de Cantabria, que, entre las 6.00 horas y las 18.00 horas de ayer realizó 33 intervenciones derivadas de las 58 llamadas recibidas en relación al viento.
Según indicaron, la mayor parte afectaron a la zona litoral, bajo la influencia del aviso amarillo. Santander, «por su propia morfología, con más población y más edificios, ha sido el municipio más afectado por el viento», especificaron. Además de la capital, Camargo, Marina de Cudeyo y Medio Cudeyo, Laredo, Castro Urdiales, Reocín, Liérganes, El Astillero, o Torrelavega registraron algún tipo de incidente menor como chapas de obra sueltas, árboles o ramas caídos o trozos de fachadas desprendidas.