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El atropello tuvo lugar en el aparcamiento de la playa de El Camello. Antonio 'Sane'

El acusado de atropellar a un conocido se defiende diciendo que la víctima fue hacia su coche «como un loco»

Varios testigos coinciden, sin embargo, en que el procesado «aceleró» al ver a la persona con la que días antes había tenido un altercado

DM .

Santander

Jueves, 2 de julio 2020, 20:34

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El joven acusado de arrollar con el coche a otro con el que estaba enemistado niega que tuviera intención de atropellarle y asegura que la víctima se le «lanzó» encima del vehículo tras ir hacia él «como un loco», mientras que el atropellado, y varios testigos, aseguran que el procesado cambió la trayectoria de la marcha y «aceleró» para llevárselo por delante. De esta manera, acusado y víctima han presentado versiones contrapuestas durante el juicio que se celebró ayer en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial en medio de medidas de seguridad e higiene contra el covid-19.

Tanto el acusado como la víctima han reconocido que, una semana antes del atropello -que tuvo lugar en la medianoche del 20 de mayo de 2017 en el aparcamiento de la playa de El Camello-, se agredieron en la zona de Raos por una disputa que habían tenido días antes, aunque las versiones de este incidente no han sido coincidentes.

Respecto al día de autos, el acusado (B.A.) relató que cuando llegó con su coche al aparcamiento del Camello vio al otro chico (D.C.) que estaba junto a una veintena de amigos en el lugar. Añadió que la víctima, al verle en el coche, le hizo «señales» pero, debido a la disputa que habían tenido días antes, pasó de largo con su coche y se dirigió hasta el final del aparcamiento, donde saludó a un chico que conocía.

Posteriormente, decidió irse y emprendió el regreso hacia la salida del aparcamiento pero el grupo de amigos de D.C. estaba, según su versión, ocupando el carril de salida, por lo que giró para intentar «esquivarles». Según su relato, en ese momento, al verle D.C., se «puso como un animal» y fue «como un loco a por él», caminando hacia el coche y después «lanzándose» hacia el vehículo por el lado de su ventanilla.

En un momento dado, el acusado ha asegurado que sintió un «impacto», «se puso nervioso» y «no supo reaccionar». Unos metros después paró su vehículo, se bajó, vio al otro chico tendido en el suelo y que su estado «no pintaba bien». Según su versión, intentó acercarse a la víctima pero los amigos de éste no se lo permitieron, con lo que regresó al vehículo y allí esperó a que llegara la Policía.

«Estaba tranquilo»

En contra de este relato de lo sucedido, la víctima contó que esa noche se encontraba junto a unos amigos en el aparcamiento del Camello «charlando», ocupando no los carriles de entrada o salida del mismo, sino en la hilera central de las plazas de aparcamiento. D.C. afirmó que, en un momento dado, vio pasar al acusado conduciendo «rápido» su coche hacia el final del aparcamiento y ahí «no le dijo nada». De hecho, no sabe si B.A. le vio a él en ese instante.

Sí que ha recordado que cuando vio a B.A. llegar hasta el final del aparcamiento y dar la curva para regresar hacia la salida se separó de su grupo de amigos, y sin salirse a la calzada, indicó al acusado de que parara. Explicó que solo pretendía hablar con él de la pelea que habían tenido días antes «para intentar solucionar el tema». De esta forma, negó que se dirigiera al acusado de forma violenta o agresiva. Estaba «tranquilo» y solo le indicó que parara.

La víctima dice que el acusado dio un volantazo, se rio y dio un acelerón para atropellarle

En ese momento, la víctima apuntó que, al verle, B.A. «dio un volantazo» para cambiar la dirección de la marcha y dirigirse hacia él. Revolucionó su coche, poniéndolo en primera, se «rio» y dio un «acelerón».

Al parecer, el coche le golpeó por un lateral, en la zona de la rueda delantera izquierda. Él cayó sobre el cristal del coche, se fue al suelo y sintió las ruedas pasarle por encima. A raíz de ello, sufrió una fractura de tibia y peroné. Cuando ya estaba en el suelo, oyó al acusado decir solo «tengo seguro, tengo seguro».

Otro de los primeros en declarar en el juicio fue el policía que instruyó el atestado tras tomar declaración a los testigos del suceso, a través de las que supo que el acusado y la víctima se conocían y tenían amigos comunes y supo, además, que B.A. y D.C. habían tenido «desavenencias previas».

Varios testimonios coincidentes

A raíz de la declaración de la mayoría de los testigos, lo que pareció haber sucedido que es el acusado llegó con su coche al aparcamiento de la playa del Camello en compañía de su novia y de otra persona. Según la versión recogida en el atestado, el acusado vio a la víctima y a sus amigos, fue hacia el final del aparcamiento, dio la vuelta y se dirigió con su vehículo a donde estaba el grupo.

Una vez allí, giró a la izquierda, dirigiendo de forma «clara» el coche hacia donde estaba la víctima, dio un «fuerte acelerón» y arrolló a D.C, aunque el policía reconoció que algunos testigos, como la novia del acusado, dio otra versión distinta de lo ocurrido a la que dio el resto.

El fiscal pide ocho años de cárcel por homicidio en grado de tentativa y 63.000 euros de indemnización a la víctima

Según el escrito de acusación del fiscal, los hechos constituyen, a juicio del fiscal, un delito de homicidio en grado de tentativa por lo que solicitaba ocho años de cárcel, además de una indemnización de 23.000 euros por las lesiones sufridas y de 40.300 por las secuelas.

La sesión se celebró en el salón de actos del complejo judicial de Las Salesas, de mayor amplitud que las salas donde suelen celebrarse otros juicios en la Audiencia, y ha tenido aforo limitado, con solo unas pocas sillas para el público, separadas entre sí para mantener la distancia de seguridad por el covid-19.

Además, tanto los tres miembros del tribunal, como los letrados de las partes, el acusado, la víctima y todos los demás declarantes, al igual que el público, han tenido la mascarilla puesta. También se habían colocado mamparas para separar a los miembros de la Sala y a los letrados y todos los micrófonos estaban cubiertos con un plástico.

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