El Alvia con destino a Torrelavega llega con casi tres horas de retraso
Los pasajeros tuvieron que hacer el trasbordo en autobús en Palencia | «Estuvimos parados 45 minutos por el tacógrafo del conductor»
Los pasajeros que la tarde del viernes cogieron el tren Alvia en Madrid con destino a Torrelavega llegaron a la capital del Besaya ... con casi tres horas de retraso sobre el horario previsto. Una «odisea» que relata Conchi Sierra, vecina de Treceño, uno de los viajeros que cogió el tren en la capital a las 15.25 horas y que no llegó hasta pasadas las diez de la noche.
«Ha sido una auténtica aventura», comenta. «Al salir de Madrid -explica Conchi- nos dijeron que íbamos a hacer el trasbordo en Reinosa para llevarnos en autobús hasta nuestro destino debido a que la vía está cortada por la riada». Sin embargo, indica que al llegar a Palencia dividieron a los pasajeros del Alvia según el destino. «Nos separaron a los que iban a Santander y a los que nos quedábamos en Torrelavega. Hasta ahí todo bien».
La aventura, según Conchi, comenzó cuando subieron al autocar que les recogió en Palencia. «En un punto del recorrido vimos como el autocar se salía de la autovía y se detenía, cuando preguntamos al conductor nos dijo que el tacógrafo no le permitía continuar la ruta y que teníamos que permanecer parados unos 30 o 45 minutos», afirma. Una vez que reanudaron el itinerario de Palencia a Torrelavega, los viajeros volvieron a mostrar su sorpresa porque de nuevo el autocar se detenía. Esta vez, un fuerte olor a quemado hizo saltar las alarmas y el conductor apagó la calefacción para evitar «males mayores». Luego, según el relato de Conchi, «aunque no lo veíamos muy bien, el conductor se desplazaba hasta la zona derecha de la cabina y a mano manipulaba el limpiaparabrisas que al parecer no funcionaba correctamente, lo que hacía que permaneciéramos otro rato detenidos».
Así, la ruta se fue alargando y sobre todo, «el cachondeo, sobre todo entre la gente más joven, era generalizado por lo surrealista de la situación, hasta el punto de que al llegar a Torrelavega, sanos y salvos, la gente comenzó a aplaudir y a ovacionar al conductor que en todo momento nos pidió disculpas por las incidencias del viaje». Un recorrido, que según los viajeros, «no se podía realizar en un autocar que a primera vista se veía que no reúne los requisitos mínimos necesarios para realizar este trayecto», y que dudan que tenga la documentación en regla para circular por una autopista.
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