La avalancha de bocarte colapsa los puertos y obliga a amarrar la flota hasta el lunes

Los barcos están amarrados desde ayer a las nueve de la noche. Y los pescadores no prevén reanudar la faena hasta principios de la próxima semana. Después, mantendrán la actividad hasta la víspera de los festivos de Semana Santa. «Es la decisión que hemos acordado respetar de momento, pero veremos cómo transcurren las cosas», señalan desde el muelle de Ondarroa, en Vizcaya, uno de los principales puntos de descarga para buena parte de la flota vasca, cántabra, gallega y asturiana.

Los abundantes apresamientos han saturado el mercado en fresco, que ha sido incapaz de absorber tales cantidades. A los problemas para su comercialización en las pescaderías se ha sumado el progresivo descenso en el precio de venta en lonja, que ha bajado hasta un euro el kilo. «Es pescado joven, de tamaño no muy grande y que, por lo tanto, no es tan interesante para la conserva», detallaron agentes que operan en la dársena. «Si los conserveros entrasen a comprar, la situación podría cambiar ya que la distribución sería más amplia. Pero, de momento, no es el caso». Los barcos del Cantábrico salieron a faenar el lunes con un mar en calma y con unas condiciones idóneas para pescar.

Por otra parte, los pescadores cántabros han asumido con cautela la creación de un grupo de trabajo que se reunirá de forma periódica para analizar la situación de la pesquería del verdel y estudiar posibles alternativas al modelo de gestión actual. La mesa sectorial fue acordada ayer por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, las comunidades autónomas y el sector pesquero tras la reunión mantenida en Madrid para abordar el desarrollo de la costera del verdel.