124 casos activos menos que hace un mes con focos más pequeños y controlados
La segunda ola de la epidemia acumula cuatro semanas consecutivas con caídas en el número de positivos a la espera del momento clave de la llegada de la gripe
El pasado 12 de septiembre había 1.623 casos activos de coronavirus en Cantabria. Ayer eran 1.499. Un mes después, la cifra ... de personas -una parte importante de ellas asintomáticas- que luchan por superar la enfermedad ha caído en 124. La diferencia es mucho mayor si se compara con el pico de esta segunda ola de la pandemia, que el 23 de septiembre dejaba hasta 2.270 individuos con la enfermedad 'viva' en su organismo, la mayoría en aislamiento domiciliario y sin necesidad de cuidados médicos.
Ese es sólo uno de los datos objetivos que demuestran la mejoría en la situación epidemiológica de Cantabria en los últimos 30 días, pero hay más. Por ejemplo, los de la presión hospitalaria. Entonces, los 63 pacientes ingresados casi doblaban a los 37 actuales y algo similar ocurre con el ritmo de crecimiento diario de la pandemia. Tomando las mismas fechas de referencia, los días 12 de cada uno de estos dos meses, ha pasado de 118 casos nuevos en un día a los 35 de ayer. Lo único que apenas ha variado es el porcentaje de camas ocupadas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI): han pasado en este mismo periodo de siete a ocho. Incluso se aprecia un leve aumento.
Más allá de lo numérico, las sensaciones que manifiestan los responsables sanitarios de la comunidad autónoma son distintas. Recordando siempre que no hay que bajar la guardia y que el sentido de la curva puede variar en cualquier momento, el pasado jueves el vicepresidente Zuloaga se felicitaba porque la pandemia en Cantabria encadenaba su cuarta semana de caída y la región era una de las que mostraba un mejor comportamiento. Justo un mes hace desde que se decretó el confinamiento del barrio de La Inmobiliaria, en Torrelavega. Fue el segundo tras el de Santoña y también el último, por el momento, porque aunque siguen apareciendo focos como el de Villacarriedo, estos son más pequeños y están más controlados. El trabajo de los rastreadores ha evitado que haya que volver a hablar de 'transmisión comunitaria del covid-19' en alguna localidad.
Esa misma sensación de mejoría se aprecia echando un vistazo a las páginas de la hemeroteca. Septiembre fue el mes del golpe de realidad tras un verano relativamente tranquilo en el que la región se llenó como pocas temporadas de turistas. Eso se pagó con cifras récord de contagios en 24 horas, aunque la derivación de enfermos a los hospitales fue -y sigue siendo- menor que en la primera ola. Y se juntó con la incertidumbre que generó un atípico inicio de curso que finalmente está dejando, una vez superados los problemas de las primeras semanas, menos incidencias de las que cabría esperar.
A la espera del momento crítico de la llegada de la gripe, en la que esta enfermedad estacional coincidirá con el covid-19, ahora, este octubre, los titulares son otros: «estabilidad en Santander», «normalidad en Torrelavega» , «fuerte descenso de casos» o «menos colas en los 'coroautos'».
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