«Ya he corrido tantos años que he dado la vuelta al mundo»
Cada artículo que publica se lee como un oráculo. Dice que el futuro de Cantabria es fundirse con el País Vasco y con Asturias, una unión que traerá desarrollo y riqueza
Es una de esas personas con currículo interminable, así que resumimos: fue secretario de Estado de Economía y secretario general de Comercio y, actualmente, es ... vicepresidente del Santander y presidente honorario del Center for Economic Policy Research de Londres. Guillermo de la Dehesa (Madrid, 1941) es, en otras palabras, un sabio.
-¿Cómo va Cantabria?
-Está bastante mejor que otras regiones españolas, y el hecho de estar situada en la costa le da un atractuivo fundamental, porque el centro de España, salvo en Madrid y Castilla, está despoblándose a velocidad elevada.
-Usted dice que aglomeración de población y prosperidad van unidas. ¿Cuál es consecuencia de la otra?
-La aglomeración es la que produce la prosperidad, es la que aumenta notablemente la productividad: es en las ciudades donde la productividad alcanza los mayores niveles.
- También aboga por una progresiva fusión de Cantabria con el País Vasco. ¿No corre la región el riesgo de convertirse en un apéndice económico?
-No tiene por qué. Los vascos han sido los primeros en la historia de España que han acumulado riqueza. En 1820 se desarrolló la Revolución Industrial en Inglaterra, y los vascos tenían la suerte de disponer de mineral de hierro, así que empezaron a exportar a través de Bilbao y su ría, y por eso fueron los primeros en acumular riqueza -bueno, antes lo hizo Sevilla con las Indias, pero es mucho anterior-. Luego los catalanes también lo consiguieron, pero se debió más al proteccionismo, que se desarrolló especialmente con Franco, que elevó los aranceles de todo y así los catalanes pudieron competir con sus productos en España -aunque también exportaran algo-, en unos años de comercio muy cerrado. En cuanto España se abrió al exterior, tuvieron que competir a nivel internacional, que es lo difícil.
«No hay que decir que todo el campo seva a abandonar, pero la mayor parte del secano no tiene futuro»
-¿Y el campo se irá convirtiendo progresivamente en una zona de recreo?
-Sí, de fin de semana, para salir a pasear. Naturalmente, aún se puede producir, pero para un consumo nacional, porque cada vez hay más competencia. Nosotros tenemos naranjas estupendas, un aceite estupendo,... esas cosas siguen siendo válidas, no hay que decir que todo se va a abandonar, pero la mayor parte del secano no tiene futuro. El campo compite en la producción de alimentos con muchos países en desarrollo. Los países que están más desarrollados tienen que dedicarse al sector terciario, sobre todo, y al secundario en algunos casos, cuando tienen algún tipo de industria que sea competitiva.
-Ahora no le pregunto por Cantabria como entidad económica, sino sentimental. ¿Qué le une a ella?
-Mi padre nació en Laredo y hemos estado toda nuestra vida yendo allí de vacaciones. En los años 40 se compró un chalecito de la Obra Sindical del Hogar, cerca de la playa, por 40.000 pesetas a pagar en cuarenta años, y ahí veraneábamos siempre. Aún van ahí mis nietos y los nietos de mis hermanos. Esas casas son estupendas, con jardín y a 130 metros de la playa. En aquella época se hicieron bastantes cosas importantes de vivienda, hay que reconocerlo.
-Alguien tan ocupado y que viaja tanto como usted, ¿no tiene la sensación de estar siempre de paso?
-Yo he viajado muchísimo por todo el mundo durante un montón de años, y así se ven muchas cosas y se aprende muchísimo. Soy técnico comercial y economista del Estado, y estuve destinado fuera de España, en la Administración Pública, en Comercio Exterior. Esa fue una época de muchos viajes. Y luego continué, porque durante 29 años y medio fui asesor internacional de Goldman Sachs, un grupo muy importante.
-¿Qué hace cuando no trabaja, si es que no trabaja alguna vez?
-He jugado mucho al tenis, al baloncesto, al fútbol,... pero con la edad lo vas dejando. En los últimos tiempos soy corredor, y ya he corrido tantos años que he dado la vuelta al mundo, que son 40.075 kilómetros. Ahora sigo corriendo, pero muy lento. Unos días salgo a correr, otros días bici, y cuando estoy aquí voy a nadar a la playa.
-Es verdad, alguna vez me lo he cruzado corriendo. ¿Tiene algún itinerario favorito?
-Con la edad, prefiero correr por la hierba porque sufren menos las rodillas y las articulaciones. Suelo ir al parque de Las Llamas, que se puede recorrer por tres sitios diferentes. Antes lo hacía todos los días; ahora corro menos, pero cuando salgo hago una media de diez kilómetros. Cada año que pasa -casi cada día-, me cuesta más, porque me empieza a doler la rodilla. Monto en bici para ver si la fortalezco más.
-¿Cómo es su día perfecto de verano?
-Que haga sol, que no esté lloviendo. Entonces salgo a correr o hago bicicleta con mis nietos, o bien me baño. Luego, por la tarde, me dedico a escribir. Porque ya he publicado nueve libros y tengo uno pendiente que tengo que entregar en octubre. Y también me cuesta cada vez más.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión