«Aunque he sido director, nunca he dejado de ser profesor, algo que siempre me ha gustado»
El máximo responsable de este centro educativo se jubila tras 35 años en el cargo y al frente de un proyecto basado en la «calidad y la equidad»
Cuando camina por los pasillos del instituto estos últimos días no puede evitar recordar las mil y una batallas que ha vivido en 35 años ... como director. El buen ambiente con la comunidad educativa, la defensa a ultranza de un modelo basado en las oportunidades, la alternancia del cargo con la alcaldía de Suances durante más de una década y momentos duros, como la crisis económica de 2008. El IES Valle de Camargo ha cambiado mucho desde que, en 1985, Pedro Ruiz Moya (Suances, 1955) se hizo cargo de su dirección con apenas 28 años. Ayer cerró su despacho por última vez para poner el broche a una carrera «muy positiva» marcada por dos máximas: «La calidad y la equidad» como pilares del proyecto educativo.
-¿Qué balance haría después de 35 años como director?
-El balance como docente ha sido muy positivo. En España está muy bien que los directores de los centros públicos educativos tengamos que impartir alguna clase lectiva -no sucede lo mismo en otros países del entorno- además de llevar la gestión de la dirección del centro. Esto nos permite estar en contacto con los alumnos y conocer mejor la realidad de lo más importante de un centro, que es la actividad académica, para tomar decisiones acertadas. Aunque he sido director, nunca he dejado de ser profesor, algo que siempre me ha gustado mucho.
-¿Cómo ha cambiado el instituto en estas tres décadas?
-Desde el primer día hasta hoy hemos trabajado con una idea clara de proyecto educativo que atendiera la calidad y la equidad. Para ello era necesario disponer de los recursos humanos y materiales, además de los servicios complementarios que hicieran posible ese programa. El trabajo desde el primer día ha sido intenso, pero ha merecido la pena. Tenemos un instituto que desde su inauguración ha ido creciendo en plantilla de profesores, alumnado, personal, instalaciones, equipamiento, programas de innovación educativa, servicios, etc. Me siento orgulloso de trabajar en un centro educativo moderno y referente en Cantabria.
-Abandona la dirección en un año atípico marcado por una pandemia mundial. ¿Cómo ha sobrellevado el instituto la crisis del covid-19?
-Están siendo unos meses de trabajo muy intenso, tanto para el profesorado como para las direcciones de los centros. Sin embargo, el compromiso y la profesionalidad de los docentes, pasando de un día para otro a emplear una nueva metodología, ha supuesto una experiencia complicada, pero positiva, ha supuesto sacar adelante dignamente un curso académico en unas circunstancias francamente complicadas. Además, nosotros hemos resuelto durante este tiempo la llamada 'brecha digital' aportando dispositivos informáticos a todos los alumnos que lo necesitaban.
-Ha vivido momentos de todo tipo. ¿Cuál diría que es el mejor?
-Tengo muy buenos recuerdos de esta profesión. En algunas profesiones el conocimiento da poder y, a veces, se esconde a sus competidores. Sin embargo, los profesores forman un grupo humano que tiene por oficio compartir todo lo que saben, enseñando como forma de ganarse la vida, pero sobre todo, como forma de ganar la vida de los otros, de sus alumnos. El buen ambiente en la comunidad con el profesorado, el alumnado, el personal de administración y servicios, las familias, etc. Todo ha supuesto una satisfacción permanente.
-¿Y el más complicado?
-Recuerdo un mal momento en 2008. Con la crisis económica, la Administración pretendió un recorte en Educación que venía a suponer el 50%, lo cual hubiera sido nefasto para los centros educativos. Nos movilizamos los directores y directoras y, afortunadamente, aquella intención terminó fracasando.
-¿Cómo definiría el papel y las características de un buen director docente?
-Es muy importante que sea el referente, que lidere el proyecto educativo, que sea capaz de sacar lo mejor de cada miembro de la comunidad, que fomente la participación, que deje hacer, que seduzca al personal en el buen hacer y que gestione con firmeza ante las instituciones, entre otras cosas. En cualquier caso, todo ello tiene que estar complementado con un buen equipo directivo y, en este sentido, yo puedo presumir de haber contado con personas magníficas.
-¿Cómo vivió la experiencia de alternar una responsabilidad como la de la alcaldía con la dirección de un instituto?
-Me cogió joven, con 26 años, y aún así fueron once años muy duros. Comenzaba a ser alcalde en la era de la transición democrática y a la vez comenzaba también simultaneándolo con la dirección del IES. Entonces, en los Ayuntamientos medianos no había arquitectos, interventores ni ese tipo de personal. Tenías que hacer un poco de todo. Sin embargo, aquella experiencia a mí me supuso adquirir un temple y unas cualidades personales que me facilitaron mucho dirigir un centro educativo.
Ovaciones, despedidas y presentaciones en el claustro de profesores
El último día de Pedro Ruiz Moya al frente del IES Valle de Camargo coincidió con la celebración del claustro de profesores, en el patio interior del centro. Cerca de 85 docentes aprovecharon sus intervenciones durante el orden del día para dedicar unas palabras al ya exdirector quien, por su parte, presentó al nuevo equipo dirigente, que encabezará Mar Rodríguez.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión