Se multiplican los casos de acoso y violencia contra docentes en Cantabria

Las situaciones que generan esta violencia, relata el sindicato, proceden de la presión por modificar notas o informes, de la imposibilidad de impartir clase con normalidad, de faltas de respeto o del uso de las tecnologías para acosar a los docentes. Todos los casos atendidos por ANPE han tenido consecuencias negativas: además del sufrimiento generalizado de estrés y ansiedad entre los afectados, en dos de los casos se registraron bajas médicas y uno de los docentes optó por dejar la profesión.

Para ANPE Cantabria, las cifras revelan el «preocupante aumento» de las situaciones de violencia a las que se ve sometido el profesorado cántabro. Y eso que los casos que llegan a este servicio sindical son solo «a punta del iceberg» de una problemática «más amplia, más profunda», denuncian en ANPE.

Según el sindicato, también ha cobrado «especial relevancia» el 'ciberbullying' en las aulas, debido al uso de móviles para grabar a los docentes y compartir los vídeos en redes sociales, por lo que pide a la Consejería de Educación que regule el uso de estos dispositivos en lugar de dejar que sean los centros quienes decidan cómo actuar ante ellos.

Estos datos han sido presentados este martes en rueda de prensa por la presidenta de ANPE, Rus Trueba; el vicepresidente, Federico de los Ríos; y la responsable del servicio en la región, Felisa Hidalgo, quienes han señalado que las situaciones de conflictividad en los centros están «lejos de erradicarse».

¿Qué hacer para atajar estas situaciones? Las medidas en las que insiste ANPE desde hace años tienen que ver con la «reactivación» de los observatorios de la convivencia (han reclamado que el cántabro vuelva a reunirse); con aplicar programas de prevención que protejan a las víctimas; con establecer protocolos claros de actuación en los centros, o con el reconocimientos de las patologías derivadas de estas situaciones -ansiedad, estrés, depresión- como enfermedades profesionales.