La enfermería da una tregua a Sanidad para negociar antes de iniciar la huelga

Como el gerente del Servicio Cántabro de Salud, Benigno Caviedes, y la de Atención Primaria, Alicia Gómez, se encuentran de vacaciones en pleno conflicto, la consejera, María Luisa Real, encomendó al subdirector de Recursos Humanos del SCS, Alfonso Romano, hacer un último intento por neutralizar la movilización. Y, por primera vez, en esas conversaciones participaron también los directores de Enfermería de Valdecilla y de Atención Primaria, cuyo posicionamiento han echado en falta los profesionales, como criticaron en la asamblea del pasado jueves.

Las enfermeras se han puesto en pie de guerra por la «falta de valoración y de reconocimiento de Sanidad» a su trabajo, «demostrada al sacar adelante el acuerdo para la reorganización del trabajo de Atención Primaria, con la adaptación de la jornada de las 36 horas semanales», que entra en vigor el 1 de mayo, «de espaldas a la profesión». Un documento consensuado con el Sindicato Médico que recoge, además de cuestiones que el personal de enfermería juzga «discriminatorias» con respecto a los facultativos en términos económicos, «una línea roja por la que no vamos a pasar», insistió la secretaria autonómica de Satse, María José Ruiz. Se trata de filtrar a los pacientes que acudan a los centros de salud sin cita previa -la gestión de la demanda urgente-, que implica «decidir quién debe pasar para que le vea el médico y quién puede irse a su casa, con un tratamiento, y volver en otro momento». Y es ahí donde las enfermeras han dicho un 'no' rotundo, «porque eso está completamente fuera de nuestras competencias. No estamos dispuestas a ejercer de minimédicos, sólo asumiremos la gestión de la demanda enfermera».

Ese punto, introducido en el acuerdo con el objetivo de descongestionar las consultas de los médicos de familia y pediatras, una vez limitada su agenda a un máximo de 28 pacientes al día, ha sido el gran escollo que ha provocado el plante enfermero. Y es en torno a este asunto, precisamente, sobre el que aún quedan horas de negociación por delante. «No vamos a aceptar presiones. Aplazamos el inicio de los paros al martes para seguir intentando un acuerdo el lunes, pero no desconvocamos la huelga, porque hay puntos claves en los que no hemos avanzado nada», señaló Ruiz al término de la maratoniana jornada de reuniones, «agradeciendo enormemente a los trabajadores el apoyo a los paros, que se esperan masivos».

En uno de los recesos ya había avanzado que «para llegar a un acuerdo, tienen que presentarnos una buena oferta no sólo retributiva, sino profesional». Es más, el colectivo espera una disculpa pública de Sanidad porque se ha sentido «ninguneado» y «menospreciado». «No vamos a permitir que haya cambios en la Atención Primaria que afectan a nuestras competencias y que se han decidido sin contar con nosotras», reivindicó también el Colegio de Enfermería, que ha respaldado desde el minuto uno la convocatoria de huelga «en defensa de la profesión». De hecho, ha lanzado una campaña para informar a la población de que «las enfermeras paramos para mejorar el sistema y cuidar mejor a la sociedad».

«Nos unimos para que nos respeten, nos escuchen y nos traten con la dignidad profesional que nos merecemos», señala su presidenta, Rocío Cardeñoso. «El problema es que como el grueso de nuestras funciones no figura en las agendas, parece que ese trabajo se hace solo», reivindica. La convocatoria de huelga, cuyos servicios mínimos se publicaron ayer en el BOC, afecta a enfermeras, matronas y fisioterapeutas de Atención Primaria y al personal de Enfermería de Especializada con guardia localizada.