El gasto realizado con tarjetas de crédito y débito muestra la reactivación del consumo en Cantabria

Así lo corrobora un informe en tiempo real y alta definición llevado a cabo por el equipo de economistas del BBVA Research -el servicio de estudios de la entidad bancaria- sobre el impacto que está teniendo el covid-19 en el consumo en toda España, trabajo que, en líneas generales, viene probando semanalmente cual es la tendencia del gasto en los diferentes escenarios en los que le ha situado esta crisis: el periodo de confinamiento, las cuatro fases de 'desescalada' y la nueva normalidad.

De acuerdo con ese estudio, y por lo que respecta a Cantabria, el gasto medio semanal efectuado con tarjetas de crédito o débito ha ido recuperando su fuerza en la medida en que la comunidad autónoma ha ido avanzando por el periodo de desconfinamiento hasta superar, incluso, los índices de consumo observados hace un año.

Así, Cantabria, que en la semana del 11 al 17 de mayo presentaba un índice de gasto del -22% en relación con el año anterior, consiguió cerrar esta pasada, la que fue del 22 al 28 de junio, con otro de mucho mejor aspecto, un +1%, afianzado a lo largo del último mes.

Si bien conviene mirar el dato con las lógicas reservas que sugiere la realidad del momento -habría que determinar la incidencia que sobre estos números pueda tener el hecho constatado de que los propios ciudadanos estén priorizando el uso del dinero plástico sobre el efectivo a la hora de realizar sus pagos por su temor a un posible contagio- lo cierto es que la nueva normalidad le ha devuelto a Cantabria hábitos de consumo realmente esperanzadores.

Al menos eso piensa Pep Ruiz, economista de BBVA Research y uno de los autores del informe, que cuando contrasta sus cifras no percibe apenas diferencias entre las que arroja Cantabria y las que, en términos generales, presenta España.

«Cuando sobrevino la crisis, las matriculaciones de vehículos cayeron un 77% en Cantabria y un 78,5% en el conjunto del país. Comparativamente hablando, podríamos decir que nos movemos en niveles muy similares», afirma Ruiz, quien, dicho esto, resalta los números relacionados con el comercio minorista. «En Cantabria son algo más favorables», reconoce el experto. «Allí, la caída en la utilización de las tarjetas no se aprecia tan alta, quizá porque el peso del gasto extranjero no es tan fuerte como pueda serlo en otras comunidades autónomas».

A su juicio, Cantabria ha sido «una de las regiones españolas en las que el consumo a través del uso de las tarjetas bancarias ha tenido una mayor progresión porque, dado su curso sanitario, ha ido en el grupo que lideraba el avance de España hacia la nueva normalidad».

Eso, cree él, habría favorecido la rápida ascensión de la región por una escalera que llegó a colocarle 22 peldaños por debajo del lugar en el que estaba antes de la irrupción del coronavirus y por la que ha remontado semana a semana hasta colocarse no a la misma altura sino un escalón por encima una vez sorteados los peores días de la crisis.

Esto produce en el economista una sensación «algo mejor» de la que cualquier analista podía tener al respecto hace tan solo unos meses.

«Estos datos vienen a decirnos que, en el ámbito del consumo, la situación allí, en Cantabria, parece estar normalizándose con más rapidez de la esperada. Y aunque la situación en general no nos dejan ser muy optimistas, números como estos sí nos permiten ser menos pesimistas», concluye Ruiz.

A esa misma conclusión ha llegado la directora general de Comercio y Consumo del Gobierno de Cantabria, Odette Álvarez, a quien el informe publicado por la plantilla de BBVA Research le parece una traducción a cifras de sus sensaciones.

Sin datos objetivos propios que midan la altura actual del gasto, la directora de Comercio y Consumo se posa sobre este trabajo para poner algo de luz sobre las sombras que rodean al consumo. «Se aprecia con claridad que entre el 18 de mayo y el 14 de junio fue similar al del año anterior y que la última semana de mayo incluso lo superó».

Y esto, afirma, es motivo para ser moderadamente optimistas. «Pensábamos que las ventas iban a ser más bajas, pero, afortunadamente, los indicadores nos dicen que no es así».

Los indicadores y las sensaciones personales que viene percibiendo en sus constantes visitas a los comerciantes minoristas. «Los números no son los de antes, obviamente, pero sí son mejores de lo que cabría esperar» y eso está animando al sector. «Son optimistas porque se ven arropados por el consumidor», piensa la directora general, que está trabajando en el cierre de algunos proyectos con los que su departamento quiere dinamizar el pequeño comercio.

«Positiva» porque «la expectativas iniciales eran muy malas y la realidad nos dice otra cosa», Odette Álvarez confía en que la tendencia ascendente del gasto continúe en las próximas semanas pues de ello va a depender la estabilización de un segmento clave en la actividad económica «que está muy comprometido porque conoce perfectamente cual es la situación a la que se está enfrentando».

Sobre esto, la directora general de Consumo quiere destacar «el enorme esfuerzo que tanto los comerciantes como los clientes vienen realizando estos días en el cumplimiento de las medidas de seguridad que han impuesto las autoridades sanitarias», un sacrificio, dice Álvarez, «que está ayudando decisivamente a que la vuelta a la normalidad sea exitosa».