Gracias por salvarme la vida
El joven de quince años que estuvo a punto de ahogarse en Oyambre agradece a los bomberos que le sacaron del agua su valerosa actuación
Dicen que es de bien nacidos ser agradecidos. El joven de quince años que hace dos semanas fue rescatado por dos bomberos cuando estaba a ... punto de ahogarse en la playa de Oyambre acudió el sábado a dar las gracias a sus salvadores, en el parque de bomberos de Valdáliga. La imagen del chico con los «héroes» que le salvaron la vida es el punto final de una historia que estuvo a punto de terminar en tragedia.
Al joven todavía le dura la sorpresa de estar vivo, a pesar de que en parte sobrevivió gracias a su capacidad para aguantar más de veinte minutos en el agua luchando contra la corriente. Salió vivo del mar por eso y por la rapidez y la determinación con la que actuaron Eduardo González y Jaime Herrera, los dos bomberos que se lanzaron a nadar a ciegas -no localizaban al chaval en el agua- y contra reloj en una zona de corrientes. También tuvo suerte y un buen equipo de sanitarios que le atendió con rapidez cuando Jaime y Eduardo le arrastraron hasta la arena. Después fue trasladado en helicóptero a Valdecilla, donde recibió los cuidados pertinentes hasta volver del todo a la vida.
Desenlace sorprendente
Fue un desenlace sorprendente, como de película. De esos que te hacen volver a valorar todo, porque el chico vio la espalda de la muerte. En el encuentro con los bomberos no tenía más que palabras de agradecimiento. No es para menos. Tanto Jaime como Eduardo se jugaron la vida para salvarle aquella primera tarde del mes de junio.
«Nos avisaron de que un chico tenía problemas en el agua», explicaban al día siguiente de la proeza. Enseguida acudieron a la llamada de emergencia, con pocas expectativas de que pudiera terminar bien porque el joven llevaba demasiado tiempo en el agua y cuando llegaron a la orilla del mar nadie sabía ya dónde se encontraba. Fue Eduardo el que, sin pensarlo, se tiró a nadar en busca del joven en la zona de corriente. El bombero conoce bien el mar, se desenvuelve con soltura en el agua. Dio con el chico, que aguantaba con todas sus fuerzas en un estado de semiconsciencia, le habló y le arrastró hasta la orilla con la ayuda de su compañero Jaime. «La mejor de las recompensas ha sido ver que se ha recuperado completamente», dijeron los bomberos.
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