«La inactividad física de los menores es otra epidemia»
Valdecilla y la Asociación Buscando Sonrisas ponen en marcha un programa de alimentación y vida sana dirigido a los jóvenes
Niños más sanos, que combinen las horas frente a una pantalla con las de juego al aire libre. Que entiendan y aprecien qué es una ... comida saludable. Este es el objetivo que se ha marcado la Asociación Buscando Sonrisas y el Hospital Valdecilla. Para ello, han puesto en marcha un nuevo proyecto. 'Por una vida activa y sana'. El primer municipio en el que se pone en práctica es Camargo, pero su intención es llegar a toda Cantabria.
Encarna Fernández, coordinadora de Buscando Sonrisas, explicó a este periódico que «la idea partió del Servicio de Pediatría de Valdecilla». «Nos comentaron lo necesario que era un programa de acciones particulares para cada niño para combatir el sedentarismo, fomentando las actividades físicas y hábitos saludables en la infancia y adolescencia». Este tipo de actividades «siempre son necesarias, pero aún más ahora, en este tiempo de pandemia, en la que nuestros jóvenes se pasan más horas de las debidas ante el televisor o con una consola».
La duración del plan es de tres meses en los que, a través de citas de enfermería y nutrición, los menores tendrán un plan personalizado, con un seguimiento «para poder mejorar algunos hábitos que lleguen a ser saludables de forma óptima», especifica Fernández.
Buscando Sonrisas y el Hospital Valdecilla «hacemos de nuevo, con este proyecto, un tándem perfecto». «Nosotros nos ocupamos de la humanización de las áreas pediátricas del hospital. Así que, cuando nos propusieron este nuevo reto, en noviembre nos pusimos manos a la obra llenos de entusiasmo e ilusión».
De la parte médica se encargan Ricardo Lanza, doctor en Psicología en el Área de Medicina del Desarrollo, «que es quien lleva este campo en el proyecto», y la doctora María Jesús Cabero, jefa de Pediatría de Valdecilla, explica la coordinadora de la asociación.
Lanza asegura que «el niño es el eje fundamental de la familia». «A la hora de realizar cambios siempre es la pieza que mueve todo el engranaje». Recuerda que los niños «son dependientes». «No se hacen la comida, no pueden ir solos, en muchos casos, a hacer deporte. A veces, ni siquiera les dejamos ir solos al parque, craso error en ocasiones. Cada vez somos más sobreprotectores. Esto es malo a nivel emocional, pero esa hiper responsabilidad hace que también tenga su parte buena, como ser responsables de que a nuestros hijos les sobren unos kilos y esto implica que tengamos que hacer algunos cambios».
Por su parte, Cabero destaca que «la inactividad física de los menores es otra epidemia, que da lugar a problemas psicológicos, sobrepeso, obesidad, de relación y aislamiento social». Por ello, recomienda «sustituir el exceso de tiempo de pantallas por el aire libre, aumentar la actividad diaria, ir al cole andando, deporte... Esto disminuirá las enfermedades cardiovasculares, mejorará el humor y disminuirá problemas de ansiedad. Y si se está más contento, es más fácil cuidar la alimentación».
El Ayuntamiento de Camargo es el primero en poner en marcha esta iniciativa. Cada chico, explica Fernández, «contará con un psicólogo (un estudiante del Máster de Psicología General Sanitaria de la Universidad del Atlántico y de cuarto curso del grado). Estos psicólogos hablarán con ellos vía online diariamente, reforzando la autoestima de cada participante».
Recuerda que la obesidad es «una enfermedad crónica». «En Cantabria, se estima que el 12,4% de los niños de entre dos y cuatro años tiene sobrepeso y el 3,66%, obesidad, porcentajes que se elevan hasta el 21,38 y el 9,53, respectivamente, en niños entre cinco y nueve años. Entre los jóvenes entre los diez y los catorce años, estas cifras se sitúan en el 25,35% y el 6,09%».
Además, los martes y jueves habrá entrenamiento en directo vía digital, con monitores de gimnasia y danza en cada uno de los grupos. «Y los sábados nos encontraremos presencialmente en el parque de Cros, en Maliaño, para realizar actividades como juegos, terapia de perros. Todo ello, con el fin de socializar y además de movernos y divertirnos, crear vínculos entre unos y otros», concluye Fernández.
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