Incendios forestales en Cantabria: de febrero a abril, el 99% provocados y con viento sur
Aunque la región se ha librado de la oleada de fuegos del país «gracias a su climatología», los expertos reclaman más «prevención» y «concienciación»
¿Por qué Cantabria se ha salvado de los incendios forestales que afectan a las comunidades limítrofes de Castilla y León y Asturias y ... a otras del norte como Galicia o Navarra? Esta es la pregunta que más de un cántabro o visitante se habrá hecho en los últimos días. La respuesta la tienen los encargados de combatir los fuegos, los ganaderos y los gestores de los montes. La mayoría coincide en que la particular climatología de Cantabria es lo que ha evitado imágenes desoladoras como las que vemos desde hace semanas en los telediarios, si bien algunos de ellos también hacen referencia a «un golpe de suerte».
A pesar de habernos librado de la oleada de fuegos, todos coinciden en la necesidad de llevar a cabo «más de medidas de prevención» y de «concienciar» a los propietarios de los montes para que los mantengan en las mejores condiciones. Y todo ello en un contexto en el que en Cantabria la mayoría de los incendios forestales, «intencionados en un 99%», según apuntan desde el Gobierno de Cantabria, se registran entre los meses de febrero y abril, alentados por el «viento sur».
En su contexto
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556 incendios forestales se registraron en Cantabria durante el pasado año, lo que supone un 37% menos respecto a 2023, cuando se contabilizaron un total de 764.
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10.239 hectáreas de monte se quemaron a lo largo del año pasado en la región como consecuencia de los 556 incendios que contabilizó el Gobierno de Cantabria.
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605 incendios forestales se han registrado en la región hasta el pasado mayo, casi un 9% que en todo 2024 y con una superficie quemada de 6.283 hectáreas.
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Abril, el mes en el que hubo más incendios La consejera de Desarrollo Rural del Gobierno de Cantabria, María Jesús Susinos, anunció durante la última Mesa del Fuego, celebrada el pasado mes de junio, que abril fue el mes de 2024 que más incendios registró con 177.
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Pas-Pisueña fue la comarca más afectada La comarca de Pas-Pisueña fue la comarca que más incendios registró durante el pasado año, con 141, seguida de la comarca del Pas con 82. La zona donde más superficie se quemó fue la de Soba con más de 3.000 hectáreas.
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Más de 200 quemas controladas en 2024 El Gobierno de Cantabria contabilizó 231 quemas controladas el pasado año con una superficie de unas 2.000 hectáreas quemadas. Además, se impartieron 51 cursos de habilitación a ganaderos para realizar estas tareas.
El director general de Montes del Gobierno cántabro, Ángel Serdio, explica que nuestros incendios «no tienen nada que ver con los de ahora, más propios de la España mediterránea». «Aquí se producen generalmente en invierno y principios de primavera cuando la vegetación está muy seca y se dan circunstancias que favorecen la acción de los incendiarios, como son las fuertes rachas de viento sur».
Según detalla, el modus operandi de los incendiarios de nuestra región es el siguiente: «Prenden mechas retardantes en cuatro o cinco puntos a la vez y después se bajan al pueblo, están allí tomándose un vino y, al cabo de hora y media, es cuando se origina el incendio. Generalmente se generan entre las seis y las ocho de la tarde, que es cuando más daño hacen porque por la noche no tenemos medios aéreos y los terrestres tienen serias dificultades de acceso, aunque conozcan el terreno».
El origen de los fuegos cántabros no tiene nada que ver, según Serdio, con los incendios actuales, que, en su opinión, no están producidos por el cambio climático, si bien este fenómeno «favorece que un fuego tenga más virulencia y sea más difícil de controlar». «Incendios ha habido siempre, son un elemento más del medio natural como la flora, la fauna... Este fenómeno de ahora en España no tiene que ver tanto con incendios intencionados, aunque alguno hay, sino con rayos, como los dos que han provocado los fuegos que han estado a punto de entrar en Cantabria, o negligencias, como un cigarro que se tira por la ventana».
Los incendios se redujeron un 37% el año pasado
Cantabria registró el pasado año un total de 556 incendios forestales, lo que supone un 37,4 % menos que en 2023, cuando se provocaron 764 fuegos. En esta misma línea, se redujo la superficie quemada en Cantabria con 10.239 hectáreas, frente a las 11.738 del año 2023, un 12,7% menos de hectáreas quemadas. La campaña de incendios forestales del 2024 dejó cifras por debajo de la media autonómica, que es de 725 fuegos anuales, con una superficie afectada de 10.503 hectáreas quemadas. Sin embargo, la tendencia de este año es a la inversa, creciente. Según los últimos datos ofrecidos, hasta el pasado mayo se habían declarado 605 incendios, casi un 9% que en todo 2024 y con una superficie quemada de 6.283 hectáreas.
En su opinión, la situaciones de calor extremo, muchísima vegetación, muchos días sin llover y viento «es el caldo de cultivo ideal para que una chispa provoque un incendio que se propaga de manera rápida». Y esta situación viene provocada, según el director general de Montes, «porque ha habido un abandono espectacular de nuestros montes, de nuestro medio rural durante las últimas dos décadas». «El ganado extensivo, que es una desbrozadora natural, se ha castigado y la gente ha ido abandonando este tipo de ganadería», afirma, al tiempo que señala que, aunque podrían estar mejor, los montes de Cantabria «no están mal».
La ganadería extensiva
En este sentido, el secretario general del sindicato ganadero UGAM-COAG, Luis Pérez, que apunta que «hace años los montes estaban más limpios que ahora», reivindica un mayor apoyo a la ganadería extensiva, teniendo en cuenta que de los 8.000 ganaderos que había en Cantabria en el año 2008 «apenas quedan 3.000». «El pastoreo con ganado ovino y caprino, que junto al caballar y vacuno son los que limpian los montes, es casi inexistente», lamenta.
A su entender, esta coyuntura viene motivada por «los problemas con el lobo» y «una normativa excesivamente exigente con la protección medioambiental». «Los ecologistas defienden que no se pueden hacer cortafuegos porque dañas la vegetación, pero luego es mejor que se quemen miles de hectáreas». Pérez, que coincide en que la climatología (y también la ganadería) han librado a Cantabria de la ola de incendios del país, cree que «si no salvaguardamos y promovemos la ganadería extensiva, pues difícilmente vamos a conservar los montes y, por tanto, estos incendios van a ser recurrentes. La mayor protección del medio ambiente la puede realizar la ganadería en los montes y en los pastos de Cantabria para que estén limpios, no se quemen, se salve esa fauna que habita en ese sotobosque y ahorremos mucho dinero en extinción. Pero claro, si no tenemos un plan...».
Usan mechas retardantes y provocan los fuegos de noche para que sea más dificultosa la extinción
Los dos que han estado a punto de entrar en nuestra región fueron provocados por la caída de dos rayos
El portavoz ganadero apunta que en Cantabria tenemos una orografía «muy escarpada» donde es «muy difícil apagar los incendios» y, sin embargo, «no promovemos que la gente se quede en los núcleos rurales, hacemos lo posible casi por echar a esa gente». «Si no somos capaces en los núcleos rurales, con la pérdida de ganaderos, de mantener las fincas privadas limpias, cómo vamos a ser capaces de tener los montes en condiciones».
Más crítico si cabe con esta situación se muestra Vicente Gutiérrez, encargado de una cuadrilla de bomberos forestales en la zona de Vega de Pas y Liébana y representante sindical. «Ha sido una cuestión de suerte y de que tenemos medios, aunque de aquella manera, el que no nos hayan entrado los incendios aquí. Si llega a pasar el fuego por la zona de Mazandrero (Campoo de Suso), no hay quien lo pare».
Gutiérrez critica la «situación de abandono» de los montes y las pistas forestales. «Teníamos que hacer labores de prevención, de desbroce y limpieza de cortafuegos cuando no hay incendios, y nos dedicamos a hacer trabajitos para los alcaldes y las juntas vecinales». Sin ir más lejos, estos días atrás, con temperaturas de hasta 40 grados, «hemos estado plantando eucaliptos para que mañana estén secos». «Eso se llama tirar recursos o incluso puede llegar a ser malversación de caudales públicos porque entre los ingenieros y los alcaldes han decidido que hay que plantar ahora», denuncia.
Más allá de criticar la «falta de labores de prevención», este representante sindical lamenta la ausencia de medios materiales para poder desempeñar sus labores. «La Dirección General de Montes tenía una pala, un buldócer, que se dedicaba a hacer cortafuegos y pistas, y hace años nos la quitaron por motivos políticos y se pasó al Servicio de Estructuras Agrarias para hacer esos trabajitos para los alcaldes. Y para más inri, hace seis meses nos robaron maquinaria y no se ha repuesto. Conclusión, que no se hace nada para evitar incendios».
Planes de prevención
El presidente de la Asociación de Agentes del Medio Natural en Cantabria, Javier Pérez, coincide en la necesidad de desarrollar «planes de prevención» a largo plazo y considera que, aunque el operativo cántabro contra los incendios está bien dotado en cuanto al número de efectivos, «carece de organización». Principalmente, apunta, ante incendios de gran magnitud como los que se han registrado en León. «Hay que mejorar los medios técnicos de los que se dispone y fomentar los simulacros, la formación...».
Esos planes de prevención pasan, según Pérez, por realizar desbroces, un pastoreo más dirigido, repasos en los cortafuegos con un buldócer... Medidas con las que está de acuerdo el director general de Montes, que aboga por tener en los núcleos rurales fajas donde no haya vegetación, «que estén limpias para hacer puntos seguros». «Y si los pueblos están asegurados, pues podremos extinguir en otro sitio».
Respecto a la «falta de prevención» que platean los bomberos forestales y los agentes del medio natural, Serdio responde que «hay tiempo para todo». «También es concienciación de todos, de los alcaldes, de los que son los dueños de los montes. No todo es plantar, hay que desbrozar, hacer quemas controladas, repoblaciones...».
En este sentido, el director general de Montes invita a los ayuntamientos a «establecer sus propios planes de autoprotección y hacer una gestión activa de los montes favoreciendo las repoblaciones».
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