Jesús Celada
«Los daños producidos por los incendios en la vertiente cántabra del Parque han sido mínimos: por suerte, se pudo parar a tiempo»
Jesús Celada (Santander, 1960), codirector del Parque Nacional de los Picos de Europa desde hace poco más de un año, estuvo aguantando la respiración mientras ... veía cómo avanzaba el fuego estos días atrás desde León hacia la vertiente cántabra. La fortuna se alió en esta ocasión con quienes luchaban contra el fuego, y la caída de temperaturas y la lluvia ayudaron a evitar el desastre.
–¿Cómo ha afectado el incendio a Picos?
–Afortunadamente, los daños en la vertiente cántabra son mínimos. Gracias a Dios ha habido muy poca extensión afectada tanto en Camaleño como en Vega de Liébana, aunque no es Parque. Por suerte se pudo parar a tiempo.
–¿Este susto ha dejado la impresión de que no se cuenta con suficientes medios?
–El Parque tiene una cuadrilla para la extinción de incendios, que también se dedica a labores de prevención, haciendo desbroces y limpiezas. Realiza una labor muy bien organizada a través de la Consejería –de Medio Rural–, por medio del jefe de comarca, que es el que les va marcando los trabajos y tienen ya además un ritmo establecido porque van limpiando toda la extensión del Parque, que es mucha.
–¿Y basta con esa cuadrilla?
–Tenemos los medios que tenemos, que en principio son suficientes. ¿Qué ocurre? Que cuando llega una catástrofe como la que hemos encarado, o la que han tenido que encarar, pues es que todos los medios son pocos. ¡Es que no había medios en toda España!
–No sé si han contribuido a ello los medios, pero daba la impresión de que el fuego no importaba tanto mientras no llegase a Cantabria...
–No, no, no. El Gobierno de Cantabria facilitó medios, en lo que yo sé, al Gobierno de Castilla y León para detener el incendio. El problema que tenemos, si saltaba a Cantabria, es que había una zona muy grande donde, por las características orográficas, habría sido difícil de combatir.
–¿Se hace suficiente tarea de prevención?
–Se hace limpieza de cortafuegos, desbroces... Hay que mantener los cortafuegos saneados; en invierno, más o menos, la vegetación no sale, pero a partir de primavera, cuando vuelve a brotar, hay mucho trabajo.
–Siempre se relaciona la falta de limpieza en los montes con el abandono del campo.
–Esta comarca tiene una importantísima actividad ganadera, lo que pasa es que ahora ya no hay tanto ganado menudo, sobre todo, porque no se puede defender tan bien frente a sus agresores como, por ejemplo, el bovino. No hay rebaños de ovejas ni de cabras, que son las que más limpian el monte, porque son más de comer de todo, por decirlo de alguna manera.
–¿A qué se debe el abandono de la actividad? ¿Es culpa de la Administración, de las restricciones del Parque, de la despoblación...?
–Creo que es un cúmulo de todas las cosas: las Administraciones cuando gestionamos a veces no lo hacemos del todo bien, porque no es fácil conjugar las necesidades de unos y de otros. Evidentemente, la población aquí en Liébana está envejeciendo, hay muy pocos jóvenes que quieran sumarse a una vida agroganadera, y es que vamos para atrás en ese sentido, porque nos estamos despoblando poco a poco.
–¿Aparte del turismo, que otra actividad económica hay en los municipios que están en el Parque?
–Actividad ganadera y luego productos artesanales, elaboraciones de quesos, de mieles, de orujos, o sea, la actividad tradicional de aprovechamiento de una vida agroganadera. Ahora hay unas cuantas queserías, hay unas cuantas orujeras, gente que se dedica a la apicultura y luego lo demás es el sector servicios, esperando que vengan los veraneantes a disfrutar de esta tierra que tenemos.
–Desde que accedió al cargo insistió en la necesidad de cuidar a los vecinos del Parque. ¿Qué se ha hecho desde entonces?
–Los presupuestos del Gobierno de Cantabria vuelven a incluir unas ayudas directas a los habitantes del Parque Nacional, que el anterior Ejecutivo había eliminado. Es verdad que se trata de una pequeña cantidad, pero vamos a ver si año a año la vamos aumentando. También han aumentado otras cantidades que son para los ayuntamientos y entidades locales, las Administraciones dentro del Parque Nacional.
–También habló de la necesidad de actuar en el Centro de Visitantes de Tama.
–Está costando, pero espero que dentro de bien poco haya buenas noticias y que empiecen las obras y la actualización de la exposición, que se ha quedado obsoleta.
–¿Le gusta la idea del Ministerio de recuperar el lago de Ándara?
–Me parece una muy buena idea. Es un proyecto que está bien estudiado aunque hay ciertos problemas entre Administraciones: la Confederación Hidrográfica del Cantábrico no está muy segura de la bondad del proyecto en cuanto a la movilización de metales, etcétera, sin embargo tenemos estudios de la Universidad de Oviedo y del Instituto de Hidráulica de Cantabria que creen que la recuperación de la laguna de Ándara va a producir una mejora medioambiental en la zona. Yo estoy empujando en eso porque creo que es un atractivo, una cosa que se perdió en su momento, una desgracia de una explotación minera, y me parece que es muy-muy interesante.
–A propósito del turismo: en algún momento se sopesó la idea, después desechada, de limitar en acceso de visitantes por Fuente Dé. ¿Qué opina de eso?
–Yo creo que no se deben hacer limitaciones en el teleférico en este momento. Hemos visto que, con el incendio, se cerró Fuente Dé y la actividad turística cayó en picado, así que no creo que sea el camino a seguir. Tampoco creo, y lo digo de verdad, que haya un impacto ambiental excesivo en la Estación Superior. Recibimos mucha gente, pero Fuente Dé tiene su lista de espera para subir, tenemos también un horario y las velocidades de las cabinas son las que son y el intercambio de gente subiendo y bajando es el que es: el mismo tipo de acceso limita también la gente que puede subir, y no hay que hacer más. El visitante tiene que saber que viene a Liébana a disfrutar de la zona y que puede subir al teleférico, porque si no, ¿qué estamos haciendo aquí?
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