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El director general de Arquitectura del Ministerio de Fomento, Javier Martín, en una imagen de archivo. Pedro Urresti

«Invertir en patrimonio no es una carga por el valor sentimental que atesora»

Javier Martín ofrecerá esta tarde una ponencia sobre los beneficios del Programa 1,5% Cultural en el Paraninfo de la Universidad de Cantabria

Ángela Casado

Santander

Martes, 9 de octubre 2018, 07:16

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El patrimonio cultural es parte intrínseca del ser humano. Los monumentos de cada localidad influyen en sus habitantes, fusionando su historia con la identidad de los allí presentes. La proliferación de grandes infraestructuras, como las autovías, acortan las distancias y contribuyen al desarrollo de las ciudades, pero dejan atrás murallas, iglesias y castillos que, con el paso del tiempo, no les queda más que desaparecer. El Programa 1,5% cultural, nacido en 1985 y rediseñado en 2014, se puso en marcha para evitarlo. El director general de Arquitectura, Vivienda y Suelo del Ministerio de Fomento, Javier Martín (Madrid, 1970), ofrecerá esta tarde, a las 19.00 horas, una ponencia sobre el tema en la Sala Fray Antonio de Guevara del Paraninfo de la Universidad de Cantabria, en Santander.

El programa, que Martín admite que «es bastante desconocido», se nutre de las grandes obras públicas del Ministerio y de empresas asociadas como Adif o Aena –aquellas que superan los 600.000 euros de presupuesto–. De ese dinero, se extrae un 1,5% para destinarlo a rehabilitar y recuperar elementos del patrimonio histórico. Las construcciones a nivel nacional «suponen una gran inversión». «No cuesta» realizar un «pequeño esfuerzo adicional» y dirigir la mirada a los edificios y elementos olvidados, que muchas veces se quedan «como un segundo o tercer plato». Si no existiera el 1,5% cultural, cuando se atraviesan periodos de crisis o existen otras prioridades, el patrimonio quedaría olvidado o se perdería, retrasando mucho más su recuperación y conservación. Desde que nació el programa ha habido más de 2.000 intervenciones en toda España y se han movilizado más de 700 millones de euros. «La información de los primeros años se ha perdido, así que son más». También añade que, al ser un porcentaje tan bajo, ni siquiera se nota en los presupuestos de las grandes obras nacionales, «mientras que el impacto en los pequeños pueblos es incalculable».

«El programa se nutre de las grandes obras y destina un 1,5% de su presupuesto al patrimonio histórico»

El beneficio a corto plazo es la inversión. Pero el mayor potencial del programa es que «va más allá». «La idea es que genere actividad. No sólo económica, sino cultural y social». En muchas ocasiones, son espacios culturales, como teatros. Su rehabilitación no sólo genera un empleo localizado y puntual, que sería el momento de la obra, sino que origina una actividad para el municipio sostenible en el tiempo. «Valoramos que el solicitante sepa qué va a hacer con ese recurso y qué sinergias va a producir con otros elementos del entorno». Las bases reguladoras están disponibles en la web de Fomento y puede solicitar la participación en el programa cualquier comunidad autónoma, ayuntamiento o asociación sin ánimo de lucro. Aunque los requisitos pueden cambiar «mínimamente» con el paso de los años, la estructura siempre es parecida. «Cualquier entidad que quiera, puede hacer una solicitud». Si no entra en la primera convocatoria, puede mejorarla y participar en la próxima ocasión, «es un proceso continuo». La condición fundamental es que el elemento a restaurar sea un Bien de Interés Cultural. «Es la máxima categoría de patrimonio dentro de las comunidades autónomas. En ella hay una enorme variedad de edificios: iglesias, castillos, casonas, murallas...».

Rediseño del programa

Cuando nació el Programa 1,5% cultural, en 1985, «había muchos recursos económicos y el listón para decidir qué financiar era más bajo». Desde 2014, cuando se rediseñó, se valoran técnicamente las actuaciones para determinar cuáles son prioritarias y cuáles tienen mayores sinergias en el territorio. «Hay que comprender que invertir en patrimonio no es una carga porque atesora un gran valor sentimental para las personas que conviven con esos elementos».

Esta fórmula permite priorizar por qué intervenciones apostar y «nos permite sacar convocatorias anuales en las que mantenemos un nivel de inversión similar. Esta última ha sido de 50 millones de euros». El modelo es de cofinanciación. Además de la inversión de la administración pública, los solicitantes también aportan una cuantía adicional «del 25-30% más». «Estamos orgullosos del propio programa porque cuenta con una parte muy singular: la afectiva. La gente tiene un apego por su territorio y su localidad que muchas veces está ligado a los monumentos. Tienen especial apego a la iglesia del pueblo, al castillo... Y es una buena noticia poder invertir en ello».

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