El Obispado se desvincula de las terapias del cura de Ruiloba para corregir la homosexualidad
La Diócesis reconoce que en el convento se imparte un programa de «maduración física, moral y espiritual», pero dice que lo lleva a cabo el párroco «por su cuenta»
DANIEL MARTÍNEZ
RUILOBA.
Jueves, 11 de abril 2019, 07:09
Los vecinos de Ruiloba saben que cuando llega el verano el convento de las madres Carmelitas Descalzas se llena de personas de fuera del municipio ... para participar en las actividades que desarrolla el capellán. «El año pasado igual había unos cien. Sobre todo familias con niños, pero no sé que hacen», explica Mercedes, una vecina de Pando, la zona donde se ubica el edificio en el que actualmente viven once monjas. El obispo de Santander le ha resuelto la duda. Manuel Sánchez Monge reconoció ayer que en este templo existe un programa sobre cómo corregir la homosexualidad, pero precisa que la Diócesis cántabra no tiene ninguna vinculación con esta iniciativa que imparte el párroco a título individual. Además, subraya que no solamente se lleva a cabo una labor centrada en gays y lesbianas, sino un amplio trabajo de «acompañamiento integral a personas con el tipo de problemas que tengan y que lo que pretende es una maduración y un acompañamiento pastoral y espiritual».
Ese es, precisamente, el objetivo que dice buscar el aludido, Santiago Olmeda. Lleva casi 20 años en el municipio y también se encarga de la gestión de otras parroquias de Valdáliga. El religioso cuenta en el vídeo de presentación de las charlas que la finalidad es proporcionar un «acompañamiento integral en un proceso de maduración de todo el ser, especialmente en el eje de la masculinidad-feminidad». El propio Olmeda lo traduce a un lenguaje comprensible: «Una terapia reparativa para salir de la atracción entre personas del mismo sexo».
«No necesitamos ninguna cura ni ningún cura», dicen desde Alega
Desde Alega (Asociación de Lesbianas y Gays) de Cantabria han respondido con un comunicado remitido al Obispo de Santander en el que se rechaza las «terapias de conversión que se están dando en nuestro territorio».
A pesar de que el Obispo ya dejó claro este miércoles que se desvincula de estas prácticas que supuestamente realiza el cura de Ruiloba, Alega explica que «no somos enfermos, ni perturbados. Somos lesbianas, bisexuales, transexuales, gais, homosexuales… Y no necesitamos paternalismo, ni ninguna cura ni a ningún cura, ni tampoco torturas de conversión, las cuales está demostrado que no funcionan. Lo único para lo que sirven es para provocar más dolor a aquella persona que las recibe».
Desde la Asociación de Lesbianas y Gays recuerdan «la desprotección legal que sufrimos en Cantabria, gracias a un Parlamento que no fue capaz de aprobar la Ley LGBTI autonómica, con la cual este tipo de terapias, más propias de un tribunal inquisitorial, serían ilegales y un delito».
La teoría que difunde es que los perfiles aludidos tienen estas tendencias porque no han madurado adecuadamente su feminidad o masculinidad, algo que atribuye a «heridas en el corazón» que se han producido en el marco de las relaciones familiares. Todo ello sin hablar de homosexualidad porque es «una palabra trampa e ideológica, ya que la homosexualidad no existe». Lo que propone el cura a los participantes es descubrir el origen de esa herida, ver qué elementos de la sexualidad no han madurado y activarlos para poder vivir un amor verdadero.
Imparte una «terapia reparativa para salir de la atracción entre personas de igual sexo»
Santiago Olmeda | Párroco de Ruiloba
Sánchez Monge explica que el párroco de Ruiloba forma parte del movimiento civil -estrechamente vinculado a la Iglesia-'Es posible la esperanza'. Como adelantó eldiario.es, es el mismo que está detrás de los cursos de reorientación de la sexualidad que se imparten en el Obispado de Alcalá de Henares, en Madrid. «No se intenta reorientar nada. Se intenta la maduración de la persona en su parte física, moral y espiritual», matiza el prelado, convencido de que las palabras del sacerdote se han manipulado y no se corresponden con la realidad.
«Los que acuden van libremente. La Iglesia está dispuesta a acoger a los que se acercan a ella»
Manuel Sánchez Monge | Obispo de Santander
También recordó que los que acuden lo hacen libremente y que la Iglesia está dispuesta a acoger a todos los que se acercan a ella. Preguntado sobre su opinión acerca del colectivo LGTB, afirmó que estas personas «son hijos de Dios y merecen todo el respeto y tienen toda la dignidad». «De ningún modo se les puede maltratar o discriminar», concluyó el obispo.
El debate, en la calle
Muchos vecinos de Ruiloba ya han visto el vídeo en el que Santiago Olmeda explica en qué consiste la terapia que promulga y en el municipio hay división de opiniones. «Yo no soy practicante, pero no creo que sea nada ilegal. Irá quien quiera y quien no se quedará en casa», afirma Mercedes. En el grupo con el que charla de este asunto y en el que también está Maribel, la impresión general es que su párroco «es una buena persona, pero demasiado antiguo, como los de antes». Para reforzar su opinión, cuenta que mientras que «otros curan dan la misa en media hora, él se tira hora y cuarto. Se hace insoportable».
Pilar, otra vecina, se muestra menos comprensiva. «Mal, ¿qué nos va a parecer? Eso son cosas de otro siglo», defiende. Eso sí, pone el acento en la labor solidaria que realiza con jóvenes que vienen de países en vías de desarrollo. Y la madre superiora del convento se limita a decir que la actividad de Olmeda no tiene que ver con la congregación -vive en un edificio anexo- y que está a la espera de hablar con el Obispado.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión