Ocho años de prisión para un hombre por abusar de dos amigas de su hija
Las menores, a las que el condenado tendrá que indemnizar con 9.000 y 5.000 euros, tenían 11 y 12 años cuando empezaron a sufrir los tocamientos
Ocho años de cárcel. Esa es la pena impuesta por la Audiencia Provincial de Cantabria a un hombre que abusó sexualmente de dos amigas de ... su hija, menores de edad, a las que realizaba de manera frecuente tocamientos aprovechando que acudían a su casa a jugar.
La Sección Primera considera a este individuo autor de dos delitos continuados de abuso sexual a menor de 16 años, ya que cuando se iniciaron los hechos -en 2018 en un caso, y entre 2019 y 2020, en el segundo- las niñas tenían 11 y 12 años de edad. Además de la pena de prisión, al hombre se le ha impuesto una medida de alejamiento y prohibición de comunicar con las menores durante un periodo de seis años, y una medida de libertad vigilada de cinco años tras su salida de la cárcel.
Asimismo, el ahora condenado deberá indemnizar con 5.000 euros a una de las menores por el daño moral sufrido, y con 9.000 euros a la otra, por el daño moral y también por los «trastornos psíquicos y psicológicos severos» que sufre, «con afectación relevante en su vida y con exigencia de terapias psicológicas y seguimiento psiquiátrico prolongado temporalmente».
Cuando comenzaron los tocamientos «padeció una situación de estrés con sentimiento de culpa»
LA VÍCTIMA DE 11 AÑOS
Presenta depresión moderada, intentos autolíticos y trastorno de la conducta alimentaria
LA VÍCTIMA DE 12 AÑOS
Según recoge la sentencia, contra la que cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC), durante los primeros seis meses del año 2018 y con ocasión de las continuas visitas que una menor hacía al domicilio del acusado para estar con su hija, este le realizó a la menor «diversos tocamientos en los pechos, culo y zona genital, tanto por dentro como por fuera de la ropa, metiéndole incluso las manos por debajo de la ropa interior y acariciándole la zona genital».
Cuando comenzaron estos tocamientos, la menor tenía 11 años y como consecuencia de los mismos «padeció una situación de estrés con sentimiento de culpa».
En idéntica circunstancia, entre julio de 2019 y diciembre de 2020, el acusado, «aprovechando los momentos en los que estaba haciéndole cosquillas» a otra amiga de su hija -que al comienzo de los hechos tenía 12 años-, con el fin de «satisfacer sus deseos sexuales, realizó en reiteradas ocasiones tocamientos por encima de su ropa en los pechos, entrepierna y nalgas». Como consecuencia de ello, esta menor presenta depresión moderada, intentos autolíticos y un trastorno de la conducta alimentaria que es compatible con una situación como la vivida.
Credibilidad de las menores
A la hora de dar por acreditados los hechos que se han declarado probados, el tribunal ha tenido en cuenta la declaración de las menores, de las que destaca su credibilidad, así como la declaración de otros testigos y los informes periciales. Sobre lo dicho por las niñas, en ambos casos la Audiencia resalta la «convicción y seriedad al declarar», que siempre han dicho lo mismo y que no existen contradicciones en su testimonio. Tampoco se ha apreciado en ninguna de las dos motivos espurios que indiquen posibles razones para no decir la verdad, y en ambos casos existen elementos periféricos que corroboran sus versiones.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión