El patrimonio cántabro entra en clase

«La asignatura me resulta muy atractiva porque soy historiadora y me encanta particularmente la etnografía de Cantabria. Para mí, es como un regalo poder impartirla y me lo estoy planteando con mucha ilusión, sensación que creo estoy transmitiendo a los chavales», explica Marina Gurruchaga, profesora del IES Villajunco de Santander, cuando se aborda ya el segundo bimestre de clases. «En cuanto se aprobó que se podía impartir esta materia, me la pedí rápidamente», destaca la que es también responsable del departamento de Ciencias Sociales de este instituto. Ella tiene en clase 14 jóvenes que han decidido estudiar Patrimonio de Cantabria por delante de otras opciones. Además, hay otros 25 alumnos en el colegio Nuestra Señora de la Paz de Torrelavega; 24 en El Salvador, de Barreda; 14 en el San José-Niño Jesús, de Reinosa; y 8 en el Antonio Robinet, de Vioño de Piélagos.

Los contenidos se estructuran con el fin de dar a conocer en el espacio «más inmediato», el de su propia comunidad autónoma, la plasmación del devenir histórico y cultural, cristalizado en forma de patrimonio natural y cultural. «La asignatura sirve para compensar esa imposibilidad de abordar cuestiones más locales en otras disciplinas de la rama de las Ciencias Sociales, por la propia densidad de los contenidos y la falta de tiempo. Digamos que cubrimos esa laguna», reflexiona Gurruchaga, doctora en Historia por la Universidad de Cantabria que acumula veinte años de trayectoria en la profesión docente.

Los estudiantes adquirirán conocimientos sobre los distintos tipos de patrimonio que existen en la región: el arqueológico (arte paleolítico, castros, campamentos y yacimientos romanos, necrópolis medievales...), el natural (los espacios protegidos y las actuaciones desarrolladas para su protección), el edificado (evolución a lo largo de la historia, destrucción y conservación...), el mueble (concepto y evolución, la labor de los museos de cara a su preservación y puesta en valor...), el documental y bibliográfico (tipos de documentos, archivos...), el etnográfico (la ganadería y el pastoreo, la agricultura, la pesca, la artesanía...), el inmaterial (mitos y leyendas, tradición oral, el traje regional, la gastronomía, el Camino Santiago en su vertiente del Norte...) y el científico y tecnológico (principales ejemplos).

Dentro del bloque de tradición oral se abordarán incluso «los principales rasgos de la modalidad lingüística tradicional de Cantabria», a través de ejemplos de usos tanto en el habla espontánea como en la literatura y a través de las formas orales que integran el habla cotidiana de los valles y comarcas de la región.

Marina Gurruchaga detalla que ha enfocado los contenidos de forma «más procedimental que teórica», sin la presión y la carga académica que otras asignaturas llevan consigo. «Quiero que los alumnos vivan la materia de una manera positiva, agradable, atractiva, que cojan gusto a lo que aprendan y que guarden un buen recuerdo para que en el futuro ellos, por su cuenta, tengan la inquietud de leer, investigar, viajar, conocer y transmitir el patrimonio de Cantabria. En definitiva, sembrar para recoger el día de mañana», afirma la docente.

Y todo ello a través de un blog que ha creado y alimenta y que hace las veces de libro de texto, porque no hay aún ninguno concreto para enfocar la asignatura. «Se están preparando», comenta. «Además de ser gratuito para los alumnos, el blog permite almacenar todo tipo de información -audiovisual, textos, imagenes...- y posibilita el acceso a los estudiantes en cualquier momento con solo una conexión de internet», valora Gurruchaga sobre el método de enseñanza que utiliza, que se apoya igualmente en la consulta de páginas web y otros blogs.

La profesora ha intentado adaptar además las temáticas a las edades de los alumnos de 3º de ESO (14-15 años) y las completará con dos salidas didácticas por trimestre para visitar en vivo aquello de lo que se habla en el aula.

La asignatura se engloba dentro de la normativa de libre configuración autonómica que ofrece a cada territorio la opción de poner a disposición de los estudiantes distintas opciones académicas. Este curso, los alumnos cántabros pueden elegir, dentro de este apartado, entre Educación para la ciudadanía y derechos humanos; Iniciación a la actividad empresarial; Cultura clásica; Sistemas de control y robótica; Talleres de creatividad musical; Taller de lengua; Taller de matemáticas; y Patrimonio de Cantabria. Los escolares pueden cursar una de estas disciplinas en sustitución de la segunda lengua extranjera.

El consejero de Educación, Francisco Fernández Mañanes, reconoce que la decisión de sumar Patrimonio de Cantabria al programa de este curso fue «tardía» y que no hubo mucho tiempo «para promocionarla» durante la recta final del ejercicio pasado, razón que puede explicar el bajo pero «alentador» número de alumnos -85- que la estudian en su estreno. Así lo explicó recientemente en el Pleno del Parlamento cuando fue cuestionado por la diputada de Podemos Verónica Ordóñez sobre el grado de implantación de la nueva materia. Pero Mañanes se muestra convencido de que los interesados aumentarán «curso tras curso». Afirmación que comparte Gurruchaga: «En este tipo de asignaturas de libre elección la opinión de los chavales es muy importante de cara a los siguientes cursos. Por eso es importante que, además de aprender, les guste», apunta.

«Ha sido un acierto haberla incluido en el currículo», añade el titular de Educación, que destaca que Cantabria es «pionera», porque una asignatura así «no existe en ninguna otra comunidad autónoma». «Cuando vean monumentos, restos arquitectónicos o cuevas, queremos que los jóvenes sepan el valor que tienen y todo lo que nos puede mostrar de nuestro pasado, porque esa es la única forma posible de asegurar su porvenir», refleja.