El Patronato de Altamira, aún sin fecha, no se reúne desde hace dos años y medio
El Museo de Santillana ha recibido hasta noviembre cerca de 270.000 visitas. Se mantiene el régimen de acceso controlado y limitado a la cueva, por la que han pasado 245 personas en 2019
Las cifras ratifican que Altamira, Museo Nacional y Centro de Investigación, sigue siendo un referente atractivo para el visitante y para el consumo cultural. El ... Museo ubicado en Santillana del Mar, con el acicate de la réplica de las pinturas o Neocueva, ha cumplido sus dieciocho años de vida desde que se inauguraran las nuevas instalaciones. El templo del arte parietal europeo y una de las cuevas más importante del mundo mantienen su imán, pese a su restringido y limitado acceso por razones de conservación. Hasta noviembre, a falta del balance definitivo, el Museo de Altamira ha recibido cerca de 270.000 visitantes, de los cuales más de 127.000 han utilizado la visita guiada ofertada por la institución para conocer la Neocueva que «sigue siendo el espacio más celebrado por el público tanto a nivel nacional como internacional», según se destaca desde el propio Centro.
En paralelo en 2019 ha continuado el régimen de acceso controlado a la cueva de Altamira que se inició en el marco del Programa de investigación para la conservación preventiva y accesibilidad. Esta medida se estableció en marzo de 2015 y no se ha modificado. De este modo durante el presente año han accedido al interior de la denominada Capilla Sixtina del arte paleolítico 245 personas.
Todos los viernes, con un horario de visita fijado a las 10.40 horas, cinco personas vistan la cueva durante 37 minutos. El recorrido se realiza bajo un estricto protocolo de indumentaria e iluminación, y con un trayecto y tiempos de permanencia definidos para cada zona de la cueva. Pueden participar en el procedimiento de selección de los cinco participantes todas las personas mayores de 16 años que se encuentren visitando el museo entre las 9.30 y las 10.30 horas de ese mismo día.
El Patronato de Altamira, que decidió mantener este régimen consistente en una visita a la semana, lleva sin reunirse dos años y medio (la última convocatoria se celebró en junio de 2017) con lo que cualquier revisión, estudio, medida o acuerdo está paralizado a la espera de una próxima cita. La situación de inestabilidad política y los sucesivos comicios han aplazado o impedido un encuentro que se considera fundamental para tomar decisiones en torno a procesos en marcha o nuevos proyectos.
El Patronato del Museo de Altamira es un órgano informativo entre cuyas funciones está precisamente la de «proponer acciones que sirvan para un mejor cumplimiento de los fines de la institución».
Los días y condiciones de acceso a la cueva pueden sufrir variaciones por diversos motivos. Es lo que sucedió a finales de 2018 y durante parte del mes de enero de este 2019. Como adelantó este periódico, durante seis semanas la ya tradicional visita, tras sorteo, quedó suspendida tras aplicar «una acción preventiva de carácter provisional». La existencia de una «perturbación en la concentración de anhídrido carbónico en el interior de la cueva, que es natural y estacional, y viene determinada por la situación climática en el exterior», obligó a cerrar la cueva en cumplimiento de los protocolos establecidos en el Plan de Conservación.
Régimen de visitas
En su última reunión, en junio de 2017, el Patronato aprobó mantener el actual régimen de visitas experimentales a la cueva con idénticas cifras: esas cinco personas que acceden cada semana desde marzo de 2015.
El pasado siglo la desestabilización del microclima puso en peligro a la cueva, motivando su cierre al público en 1979. En 1982, tras un trabajo de investigación, se reabrió la cueva con un régimen restringido de 8.500 personas al año. Entre 1997 y 2001 se adoptaron medidas preventivas para controlar los riesgos potenciales derivados de usos nocivos del suelo y de la contaminación ambiental. Por criterios de conservación preventiva la cueva se cerró al público en 2002. Y entre 2012 y 2014 se desarrolló el denominado Programa de Investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso a la Cueva de Altamira, impulsado por la Secretaría de Estado de Cultura, cuando su titular era el santanderino José María Lassalle.
En 2001 los Reyes inauguraron el nuevo edificio del Museo Nacional, diseñado por el arquitecto y pintor santanderino Juan Navarro Baldeweg, presentado como «un brillante ejemplo de integración paisajística». José Antonio Lasheras, director entonces del Museo, declaraba que las expectativas sobre los visitantes eran «enormes» esperando que se recuperaran los 200.000 visitantes al año que acudían a la cueva original antes de que se restringiera el acceso. Dieciocho años después, hasta junio de este año el Museo ha superado los cinco millones de visitantes.
Renovar la muestra permanente y la cueva de las estalactitas, temas pendientes
El Patronato de Altamira, aún sin fecha en perspectiva para 2020, deberá avanzar en los proyectos que el Ministerio tiene para el Centro museístico de Altamira. La fecha ha estado condicionada a la constitución del nuevo Gobierno. El Museo trabaja en «la conceptualización del cambio de la exposición permanente» con el fin de renovarla y ofrecer nuevos contenidos. En julio, en una entrevista concedida a El Diario, el titular en funciones del Ministerio, José Guirao, planteaba como factible una reunión del Patronato para el pasado otoño que de nuevo la falta de Gobierno impidió. La celebración del 18º aniversario del Museo Nacional, que dirige Pilar Fatás, atrajo al ministro a Santillana. Guirao ya se refirió entonces a la necesidad de convocar el Patronato para abordar la actividad expositiva.
«Una especie de vuelta a lo que se puede ver ahora para que los visitantes que repitan puedan contemplar otras cosas». Para el ministro los dos primeros objetivos, «difundir el patrimonio y las investigaciones sobre la Prehistoria, y preservar la cueva original de la presión de la visita», están logrados. No obstante, con los estudios científicos en curso el Patronato deberá abordar el cambio, o no, del régimen controlado de visitas. Durante estos años, Altamira se ha consolidado como uno de los tres museos del Ministerio más visitado. No sólo destaca por las cifras sino también por el alto grado de satisfacción del público. Otro de los aspectos clave a estudio es la viabilidad de la apertura de la cueva de las estalactitas. Un proyecto anunciado en la reunión de 2017. En paralelo, el Patronato abordará la reactualización de las inversiones previstas en el complejo museístico y su entorno.
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