«Las personas con discapacidad dan cada día una lección continua de superación»

La cinta dirigida por Javier Fesser plasma experiencias que realmente se vivieron bajo el techo del pabellón de Burjassot. «Los chicos vieron la película y recordaban muchas situaciones. Tuvo un alto componente motivador para seguir con el trabajo que estábamos haciendo», reconoce Dolz. A partir de ahí, se deja llevar por la debilidad que siente por estas personas con las que convive a diario. «Tienen un don para cambiarte el estado de ánimo. Si tienes un mal día, ellos te lo cambian con el cariño que te dan, con la alegría que derrochan». Ahí es donde emerge esa capacidad de superación que le tiene rendido a sus jugadores. «Ves los desplantes que les puede hacer la sociedad, a ellos y a sus competiciones, y te dan una lección continua de superación: a ellos realmente no les importa, mientras el martes y el jueves tengan su entrenamiento», explica.

De ahí que se genere un vínculo que el entrenador considera irrompible. «Te sientes parte de un proyecto, formas parte de una familia, lo que te da una alegría y te aporta un sentimiento de pertenencia tan grande que me resultaría muy difícil dejarlo», reconoce Dolz. Los aprendizajes van mucho más allá de la cancha de juego. «Son personas con una capacidad bastante alta, su diversidad funcional les puede limitar para ciertas cosas, pero tienen una gran capacidad, sobre todo de trabajo. Nunca dicen que no, y todo lo hacen con alegría», resalta. También son una escuela de valores. «Les ves acabar un partido y da igual cómo haya sido el resultado: demuestran respeto, amistad y disfrute. Hemos perdido, pero qué bien lo hemos pasado», resume.

A nivel profesional, Alberto Dolz trabaja en el departamento de recursos humanos de una empresa de servicios de limpieza. Y tiene muy clara su reivindicación: «Hay que apostar por ellos, en todos los sentidos. Sigo viendo mucha exclusión social y yo reivindico que hay que darles una oportunidad». En este sentido, señala que «a nivel de trabajo lo van a dar todo, aunque les pueda salir mejor o peor, algo que también nos pasa a los demás. Hay que darles esa oportunidad para que puedan demostrarnos lo valiosos que son», insiste.

En su caso, los años que lleva enrolado en esta aventura los valora como un tesoro. «Fue un reto que me apetecía vivir y salió muy bien. Hemos cuajado a la perfección. A ellos les gusta cómo soy yo, y a mí me encanta cómo son ellos», reflexiona.