Los pescadores dan por terminado su cupo de verdel en cuatro días de costera

La decepción es todavía más «sangrante», sostiene Fernández, si se compara con los meses que esta pesquería duraba hace no tantos años, antes de que las sanciones y las reducciones establecidas por Europa en favor del medio ambiente restringieran su actividad «en más de un 60%», como aseguró el portavoz gremial. Con la salida al mar de ayer, el 80% de los cerqueros de la región dieron por finalizada la costera en «cuatro días». Al resto sólo le quedan 4.000 kilos de verdel por pescar o, dicho de otra forma, el 15% del cupo asignado por Europa para los buques cántabros (de 1.600.000 kilos a repartir en total entre esa flota). «Ya lo dijimos. No hay costera, y ahora los barcos se ven obligados a reservar una cantidad para pescar en las próximas semanas. Unos se reservan dos mil kilos, otros un poco más...», calculó Fernández.

La flota cántabra se queda en tierra, sin más remedio, a la espera de la llegada del bocarte en los próximos días (que traerá más verdel a su paso). Se produce así la paradoja de una costera enormemente limitada pero, al mismo tiempo, extendida en el calendario. Y sobre todo con un matiz: «Ya no es una pesca dirigida sino accidental. Tenemos que descartar la caballa e ir a por otras especies». Los buques dosificarán el cupo restante en «diez días, más o menos».

No le queda otro remedio a la flota regional. Puede que salgan a la mar unos días, otros no... y cuando lo hagan será la mitad de tiempo. Lo explicó él: «A partir de ahora algunos saldrán tres días a la semana. Lo que sea que ayude a estirar la costera hasta que llegue el bonito». Fernández es todavía más pesimista en relación a las artes menores. «Habrá barcos que le quedan tres días y otros puede que ni hayan empezado. Por ejemplo, mañana muchos barcos no saldrán», manifestó el patrón mayor de Santoña.

Por su parte, su homólogo en Laredo, César Nates, señaló que el verdel «es una especie fácil de pescar porque viaja muy cerca de la costa y el gasto para su captura es mínimo», pero lamentó que no se disponga de más cupo para faenar. Además, advierte de que en unos días el verdel copará en su totalidad las aguas de Cantabria. Un hecho que dificultará a las embarcaciones echar las redes a otros pescados, porque desde este año la normativa europea prohíbe descartar especies sometidas a un TAC y obliga a su desembarco en puerto.

La flota cántabra inició la costera de verdel el martes de la pasada semana. En Santoña, sin ir más lejos, los pescadores desembarcaron 78 toneladas de verdel, vendidas finalmente a un precio de 1,35 euros el kilo en primera subasta. Muy cerca de allí, en Colindres, la escena se repetía en forma de cien toneladas, entre 97.000 y 100.000 kilos de caballa, como llegaron a calcular en la cofradía local. El precio en lonja, muy similar al de sus vecinos, osciló entre los 1,30 y 1,35 euros.

La cuantía de verdel a repartir entre los buques de cerco de Cantabria asciende a 1.600 toneladas, mientras que a las embarcaciones de artes fijas les corresponden 1.905. A ese TAC fijado por la Unión Europea ya se la ha restado el porcentaje de la multa por sobrepesca que pesa sobre España hasta 2022.