«Aquí hay mucha playa, comida y poco virus»
Los turistas dicen elegir la región por estar libre de contagios; aunque desconfían de las aglomeraciones en algunos locales nocturnos y arenales
«Aquí hay más sol de lo que nos creemos. Hay playa, buena comida, muchos lugares que visitar y poco coronavirus». Los preceptos que ... han motivado la visita a Santander del gaditano Antonio Sánchez son más o menos compartidos por todos los turistas llegados a la región. Tienen perfil variado: familias, parejas, grupos de amigos... y todos son españoles. Las restricciones internacionales y el temor a utilizar ciertos medios de transporte, como el avión, lastran aún la llegada de extranjeros.
«Lo más ilustrativo de que la gente se está animando a venir son los atascos que hemos visto en la A-8 de camino para acá», cuenta Eduardo Bardeci. Salió el viernes de Vitoria junto a su mujer, Nuria Muiños, y aquí han pasado el fin de semana aprovechando el buen tiempo.
«Hemos tenido suerte porque nos ha hecho mucho sol, sobre todo este domingo». Son habituales de los fines de semana santanderinos: «Nos hospedamos en la casa de un familiar y por eso tenemos más facilidad. Es una suerte porque nos encanta esta ciudad y venimos todo lo que podemos», explica ella.
«En Vitoria mucha gente va sin mascarilla por la calle y aquí lo raro es ver que hay alguien que no la lleva»
Maykel Erazo | Vitoria
«Hemos venido para ver Cabárceno y Cantabria es segura, pero en el ocio nocturno la gente se relaja con las normas»
Paula Martín | Madrid
«Hacemos turismo nacional porque ahora da pereza subir a un avión con todos los protocolos que hay que seguir»
Marta Valle | Algeciras
«Puedes quedarte en una casa rural, que es más seguro y como todo está cerca, puedes luego venir al centro de Santander»
Antonio Sánchez | Cádiz
Han diseñado una rutina, subir a sus bicicletas y pedalear para recorrer todo el carril bici de Santander. «Salimos desde Corbán y vamos por todo el carril habilitado por la zona de las universidades y Las Llamas. Luego llegamos a El Sardinero, vamos por Reina Victoria, donde han hecho un nuevo itinerario que es maravilloso, y llegamos hasta esta zona del Centro Botín. Es un paseo estupendo que nos sirve para desconectar y soltar lastre», confiesa Muiños.
Dicen que Cantabria proyecta una imagen de seguridad frente al virus, que además de haber pocos casos, los que hay se contienen con rapidez. «Hemos estado atentos a todo lo que pasaba en el edificio de Castilla-Hermida y nos parece que se ha hecho rápido y bien. Eso te da una seguridad cuando vienes aquí porque sabes que vas a estar bien».
Aunque no todas las opiniones siguen la misma línea. Daniel Galán y Paula Martín han pasado también el fin de semana en la región atraídos principalmente por la experiencia del Parque de la Naturaleza de Cabárceno. «Es algo que queríamos conocer porque no es un zoo al uso, sino que se trata de algo mucho más respetuoso con los animales, es lo más parecido a una reserva», detallan. «Aquí y en toda esta zona se percibe que la gente cumple con las normas, se pone la mascarilla y demás, pero la cosa cambia cuando llega la noche. El ocio nocturno parece regirse por otras reglas y ahí, con dos copas, la gente parece olvidar que hay pandemia», resumen.
Pasearon por el centro y tomaron algo el mismo viernes, cuando vieron locales llenos hasta la bandera. «No entendemos muy bien por qué pasa esto pero también es cierto que si no dejaran entrar a toda esa gente, quizá a los propietarios del local no les saldría rentable abrir», argumentan estos madrileños que ayer mismo regresaron a la capital del país en coche tras pasar estos dos días en un apartamento de la ciudad.
Hospedaje rural
Julio hace un balance de reservas cubiertas hasta el 80%. Muchas de ellas son en la ciudad pero el porcentaje se incrementa incluso en las zonas rurales. Ese tipo de turismo ha vendido precisamente la seguridad del esparcimiento, de experiencia no masificada. «Nosotros hemos preferido eso a quedarnos en el centro. Además es que es más barato», cuenta Antonio Sánchez. Llegó con un grupo de amigos a inicios de la pasada semana, con el que regresó a Cádiz ayer. «No tienes por qué quedarte en hotel, y en el centro. Además, si quieres ver Santander te acercas un poco un día y lo tienes solucionado porque todo está cerca», argumenta. También prefiere las playas de la región, «donde en apariencia parece que va a haber menos gente. Pero digo en apariencia porque a la postre parece que están igual de llenas en todas partes. Hay que tener un poco de cuidado con eso, aunque dicen que es más difícil el contagio en las playas».
Muchas de las visitas son de fin de semana, escapadas con el coche para conocer la región
Pero incluso pese a los aforos completos de los locales nocturnos, y aunque las playas muestren un lleno total, sostienen que Cantabria continúa siendo un ejemplo a seguir. «Nosotros venimos de Vitoria y allí la gente se pone mucho menos la mascarilla. Aquí todo el mundo la lleva en todas partes en la ciudad», cuentan Maykel Erazo y Maialen Onraita, llegados de aquella ciudad. «Pasamos el fin de semana aquí en una visita relámpago porque no conocíamos Santander y lo teníamos muy cerca».
Ellos optaron por el hotel, «es más cómodo, te lo dan todo hecho y no tienes que preocuparte de nada». Han aprovechado el buen tiempo para pasear por la urbe e ir a la playa. «Lo malo es que al final un par de días se te hace corto para conocer lo que quieres conocer, pero bueno, ya habrá tiempo de volver».
Más fugaz ha sido la escapada del amplio grupo familiar de Juan Manuel Ojeda, Marta Valle y José Luis Valle. Llegaron el mismo domingo de Valladolid y por la tarde regresaron a la capital castellana. «Esto sí que ha sido un viaje rápido», ríen en un grupo de diez personas. Ojeda llegó a Valladolid el viernes procedente de Algeciras: «Allí vamos a visitar a la familia y luego nos movemos donde nos apetece. La otra noche decidimos venir al norte un poco porque nos gusta y nos lanzamos. Es un poco paliza pero es que además teníamos el aliciente de querer estrenar un coche nuevo», cuentan.
Cantabria o cualquier otro destino español es, según dicen, más apropiado este verano que el extranjero. «Te da más pereza todos los protocolos que dicen que hay que cumplir por ahí, al subir a un avión y todo eso. Aquí subes, te das una vuelta, conoces cosas y lo pasas muy bien. Ya habrá más años para ir al extranjero», destacan sobre el hecho de que la afluencia de turismo nacional pueda suplir este verano el déficit de foráneos que espera sufrir la hostelería cántabra.
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